Clandestino luz y sombra

CAPITULO 44 DESPERTAR

“(…) Oye...

Me alejaré por el dolor (…)”

(Lo siento al dolor)

 

—No debiste despertar.

—Ya es tarde para lamentarse. Tú más que nadie tendrías que saberlo.

Empezamos a dar vueltas, sin bajar la mirada, totalmente concentrados en cada paso que hacia el otro, preparándonos para atacar y terminar con todo esto de una vez por todas.

Y llegó el momento para acabarnos mutuamente. Corrimos hacia el otro con toda la voracidad posible de nuestro interior, y con la furia e ira levantamos las manos en un puño, chocándonos entre sí.

Luego siguieron las patadas, giros y saltos, pero seguíamos empatados. Aunque todavía no estaba cansada, sabía que esto no terminaría nunca si seguíamos así, peleando de esta forma.

Miré a mí alrededor, grabando el rostro de cada uno de mis amigos, y recordando las de otros que no se encontraban presentes en este momento.

Ellos son la verdadera razón por la cual estoy luchando. Salvar a todos es mi mayor prioridad, y eso incluye a las personas que amo.

—Ya es hora de aumentar esto al siguiente nivel —Le dije, mirando mis manos para luego cerrar el puño con fuerza neutra.

Lucifer esbozó una sonrisa torcida y luego acompañada de una mayor risa

—Como tú digas.

De pronto, detrás de él se formó una gran nube negra, como la que invocó a todos aquellas criaturas del Averno.

De allí se desprendió una poderosa tormenta eléctrica que descendió en nuestro cielo, y más tarde salió una estampida de interminables seres.

Uno tras otro salía de allí, corriendo, volando, arrastrándose, saltando o incluso caminando. Aquella era la puerta tridimensional que dirige hacia el mismísimo Infierno, el lugar que alguna vez consideré mi hogar.

—Está bien.

Tragué saliva, ahora también habría que cerrar el portal tridimensional.

—Ya es hora de la acción.

Una luz azul emanó de mi mano.

—Así se habla.

Nos acercamos nuevamente hacia nosotros. Estaba segura de que esta vez sí podría ganar. Estando lo suficientemente cerca, vi cómo la comisura de sus labios se levantaba hasta formar una sonrisa.

Sabía lo que significaba, pero no llegué a tiempo para frenar.

En un parpadeo él desapareció delante de mí.

— ¡Grace! —Oí el grito de Peter y recordé que seguían mirándonos.

Detrás de mí sentí una sensación atroz, y el pánico del que creí deshacerme reapareció en mi cien.

—Haré que vuelvas a ser mi muñeca personal —Susurró en mi oído.

Su mano había atravesado mi pecho, dejando un gran agujero a la vista.

Escupí sangre, y vi la escalofriante expresión de Peter.

— ¡Largo, váyanse todos, ahora!

—No, no me alejaré de Nick, no volveré hacerlo… —Gritó Anelis, opacando mi voz en un llanto desgarrado. La comprendía, pero esta no era la situación indicada para hacer un reproche.

— ¡Peter, llévatela con Daisy! Siento que está en el ala norte cruzando el arbusto, oculta en un árbol.

Lucifer sacó su mano de mi pecho, y un demonio se posicionó delante de ellos, amenazando con matarlos.

— ¡Rápido! —Grité, inmovilizando a los demonios de bajo nivel con sólo mi voz.

Peter se levantó y agarró de la mano a Anelis, llevándosela a los tirones.

—Genial, ya te quedaste sola.

Se separó de un salto.

—Ellos están en un lugar seguro, y además, no estoy sola.

En el campo aparecieron los grupos de exorcizadores que sobrevivieron.

—Puedes relajarte ahora, te cubriremos.

El profesor Pedro fue el primero en aparecer detrás de los árboles que nos rodeaban. Tenía algunas lastimaduras, pero nada grave. Y en su rostro aún perduraba aquel ceño fruncido tan característico de su persona.

En lo absoluto, la mayoría de los profesores seguían vivos, hasta el Director Willson. Aunque sus equipos no estaban completos.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos, quería abrazarlos a todos.

—Encárguense de los monstruos, sólo yo seré quien acabe con Lucifer.

— ¿Y crees que puedes hacerlo con un hueco en el pecho?

—Puedo derrotarte y mucho más.

Di un paso al frente, ahora que estaban todos aquí, luchando a mi lado soy invencible.

Sentí una punzada que me provocó retroceder. Mis piernas no reaccionaban para dar un segundo paso, y todo mi cuerpo se paralizó, caí de rodillas.

— ¿Qué sucede? ¿No ibas a acabar conmigo? —Se burló de mí —Te será difícil con veneno recorriendo en todo tu sistema.

Mi expresión se llenó de pánico y obtuve de él una desagradable satisfacción.

— ¿Por qué piensas que tu herida no sanó?

Estalló a carcajadas, secándose las lágrimas.

—Muy pronto… cuando me adueñe de este mundo, reviviré tu cuerpo y serás mía una vez más.

Mis piernas cedieron y me desplomé en la tierra, a medida que la vista se nublaba e iba escaseando.

—Nos divertiremos mucho —Su voz se oyó como una campana resonando en mis oídos.

— ¡No! —Jadeó una voz que seguramente provenía de algún profesor.

Me pregunto qué pensará el director Willson al ver en persona que fracasé en mi misión, tan rápido, en un instante.

Pedro tenía razón, debía de haber entrenado más. Ya no queda nada para esta estudiante ilusa sin un futuro.

¿Cómo se sentirá Peter cuando sepa que no sobreviví?

Creí que ya estaría muerta, faltaba realmente muy poco para que me consumiera el veneno, realmente no podía oír, todo estaba en mute.

Los ojos se me cerraban, y de repente Peter estaba delante de mí, enfrentándose a Lucifer, probablemente insultándolo por lo que me hizo. Pero con un solo movimiento cayó disparado al piso.

Desvanecí.



#14872 en Fantasía
#33150 en Novela romántica

En el texto hay: secretos, amor, exorcistas

Editado: 24.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.