Clávame el puñal

Capitulo 1

Me miro al espejo y veo a una chica de 18 años palida y delgada. Estoy en ropa interior y puedo ver la marca de nacimiento en el lado derecho de mi abdomen, es una mancha en forma de estrella que Alena amaba y valoraba. Pero Elena ni siquiera la tenia, y por eso debo evitar a toda costa que algun miembro de la familia Collins la vea o estare perdida.

- Elena, el desayuno esta listo- grita la madre desde el otro lado de la puerta del baño y presiono mis labios- ¿Esta todo bien ahi adentro?

- Si, esta perfecto-digo y me pongo el vestido rosado rapidamente. El vestido favorito de Elena, y el que yo odiaba cuando lo lucia cada vez que iba a verme al psquiatrico- Voy a demorar un poco, ¿te importaria esperarme abajo?-pregunto alzando la voz

- Claro, tu hermano te llevara hoy, asi que date prisa-dice ella y escucho sus pasos alejandose.

Fingir que eres una persona totalmente opuesta a ti no es tan dificil como lo parece si la conoces a la perfeccion, y se vuelve todavia mas facil si ella era tu gemela. Elena y yo eramos como dos gotas de agua, nos pareciamos tanto que cuando eramos pequeñas nos asignaron un color para la vestimenta y asi evitar confusiones. El de ella era rosado y tonos pasteles, el mio era azul y tonos oscuros. Lo se, totalmente opuestas pero al mismo tiempo tan iguales.

Me pongo unas converse blancas y me ato el pelo con una cola alta que me da una apariencia limpia y formal, totalmente distinta a la que lucia en el psquiatrico. Observo la foto que puse en el espejo donde esta mi gemela sonriendo mientras posa elegantemente junto a Steve y sonrio un poco mientras saco el maquillaje para imitar su estilo.

Cuando ya estoy lista, abro la puerta del cuarto de baño y me tiro de espaldas sobre la cama. Nada de esto es mio, pero no puedo dejar de sentirme comoda usando las cosas de mi hermana. Y no se trata de que me guste actuar como ella ni tener todos los lujos que ella tenia, se trata de que de alguna forma u otra siento que sigue aqui conmigo a pesar que lleva 3 dias muerta.

- ¿Que haces aun aqui, Elena?-escucho una voz varonil y me levanto de la cama para ver a Steve parado en el umbral de la puerta- Se nos esta haciendo tarde-dice el y se cruza de brazos

- No dormi bien anoche-digo tratando de no ser brusca a pesar que me fastidia el hecho que abra la puerta sin siquiera haber tocado

- ¿Una pesadilla?-pregunta acercandose a mi y por inercia doy unos pasos atras- Vamos, soy tu hermano mayor, puedes contarme lo que sea-dice el

- No es nada, creo que la cena me cayo mal-digo mientras agarro el bolso y salimos de la habitacion

Steve es el hermano mayor, el de Elena porque yo no lo considero como tal. Tan solo es un desconocido que nunca quiso saber nada de mi incluso cuando le escribi cartas pidiendo que diga la verdad acerca de lo que paso con nuestro hermano menor y que confirme mi inocencia. El solo me dio la espalda y siguio con su vida, como todos los de esta familia excepto Elena. Ella siempre creyo en mi.

- Estas muy delgada-me dice mientras caminamos por el pasillo- ¿No estras haciendo dietas ni nada de ello no?-dice alzando una ceja y yo niego con la cabeza

- Claro que no-digo con una sonrisa forzada- Solo es que ya sabes, los examenes y todo eso no me dejan respirar-digo pero a los segundos me doy cuenta que he cometido mi primer error

Elena es demasiado inteligente y no tiene que preocuparse por las notas ya que ira a Yale en unos meses, mierda. Ya van dos cosas que Steve esta notando en mi que no concuerdan con la personalidad de Elena, lo primero es la delgadez que adquiri debido a que en el hospital psquiatrico no me alimentaban con frecuencia ya que no era la paciente mas querida de alli, y lo segundo es lo de la preocupacion por las notas que no tiene justificacion. Debo de tener mas cuidado con el sino quiero que me descubran antes de tiempo.

- Sabes que me puedes pedir ayuda en cualquiera de las materias, no podemos arriesgarnos a ser los segundos- me dice y entiendo perfectamente a lo que se refiere - Recuerdalo, la perfeccion es lo unico que nos debe importar-dice y coloca un mechon de mi cabello detras de mi oreja.

Segun Elena, los Collins deben de ser perfectos y un ejemplo a seguir ya que esta familia es perteneciente a la elite de Londres y no debe de cometer errores. Y si eso ocurriera, deberia de ser eliminado de inmediato; tal como lo hicieron conmigo al encerrarme en un centro psquiatrico por un crimen que no cometi.

- Steve, Elena, vengan a la mesa-dice la madre y me aparto de Steve para bajar las escaleras a toda prisa

Desconfio de toda la familia en general, incluyendo de la dulce y bondadosa madre que alguna vez considere como la mia. Steve es demasiado amable y demasiado perfecto que me da miedo lo que pueda estar ocultando al igual que el padre, quien se la da como un padre amoroso y atento cuando en realidad conmigo fue todo lo contrario por varios años.

- Te servire un poco de huevos revueltos con tocino-dice la nana cuando tomo asiento - Estas hecha un palillo, niña-se rie y le doy una sonrisa timida como las que dedicaba Elena cuando se sentia incomoda

- Es lo que le estoy diciendo, nana-dice Steve sentandose al lado mio- Debe ser por ello que la noto distinta- dice el sonriendo y yo le devuelvo la sonrisa sin que parezca demasiado forzada.

Aunque se que mi delgadez es notoria, no me esfuerzo mucho en ocultarla. Y no es que me guste que se me anden marcando los huesos, pero en cierto modo representa mi fuerza del no comer lo que las enfermeras me daban ya que en la mayoria de veces me ponian sedantes o medicamentos en la comida debido a que siempre me rehusaba al tomarlos. Y vaya que me eso me ayudo a no perder mi cordura, pero mi cuerpo recibio las consecuencias al desnutrirse por completo.




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