NARRA EIRA (AYLA)
Estaba corriendo por el bosque, me seguía un lobo gris que al parecer quería matarme.
No sabía lo que estaba pasando, solo recordaba que hace unos momentos desperté en un montón de arbustos en el bosque y después de salir de ahí apareció un lobo que quiso atacarme y ahora me seguía.
No podía recordar casi nada, solo podía recordar mi nombre, Ayla.
Estaba haciendo mucho frío, estaba empezando a nevar.
Escuchamos un ruido y el lobo se distraje aproveche para esconderme, pero como era un lobo me fue imposible, estaba cansada.
El lobo podía alcanzarme pero no lo hacia estaba jugando conmigo, así llegamos a un acantilado.
—Por favor, dejame ir —dije llorando estaba muy asustada y desesperada por no poder recordar nada.
Este se estaba preparando para atacarme, así que solo cerré los ojos. Podía escuchar gruñidos, que después se hicieron más al parece habían llegado más lobos, estaba desesperada.
Espere que me atacaran, pero no sucedía nada.
Así que abrí los ojos, al hacerlo vi a tres lobos; uno café, otro gris con manchas de sangre y uno más grande de color blanco.
Estos me quedaron mirando y se acercaron a mi, así que yo retrocedía pero ya había llegado al final del acantilado.
Ellos al ver eso se pusieron inquietos y retrocedieron, tal vez para no asustarme. No entendía sus acciones, pero vi a los ojos al lobo blanco, sentí confianza y seguridad así que camine hacia ellos.
Al estar a unos metros de ellos el lobo blanco se acerco y me daba un poco de miedo, este se inquieto un poco y se acerco más a mi para después poner su frente contra la mía.
Empezó a frotar su cara con la mía, el miedo que tenia se había ido, así que sobe su cara y cabeza, los otros lobos quería acercarse pero el lobo blanco les gruño y se quedaron quietos.
—Gracias por salvarme —le dije y empezó a nevar un poco más fuerte y hacia más frío—. Creo que me tengo que ir —dije para acariciar su cabeza por ultima vez.
Cuando estaba por irme el me detuvo mordiendo mi brazo.
—¿Qué pasa?, ¿no quieres que me vaya? —le pregunte y el solo me miraba—. ¿Quieres que vaya con ustedes? —el sintió.
No sabía que hacer, no recordaba nada así que no tenia un lugar adonde ir, y el me daba mucha confianza y seguridad así que decidí ir con ellos. —Está bien, los acompañare —dije y el lamió mi cara, parecía alegre.
Así fuimos los cuatro caminando, el lobo blancos y yo primero y los dos lobos estabas a algunos metros detrás nuestro.
Después de caminar por un rato llegamos a un pueblo, por todos lados habían lobos y humanos, me sorprendí de que no los atacaran.
—¡Auuu! —Aulló el lobo blanco que estaba a mi lado.
Las personas y los lobos pusieron atención y se inclinaban un poco ante el, el caminaba pasando por en medio de ellos y estos se apartaban.
Yo me había quedado atrás y en cuanto el lo noto me miro, parecía que con la mirada me decía que lo siguiera así que lo hice no sabia lo que estaba pasando.
Llegamos a una gran casa, salió una chica.
—Por fin llegas —le dijo al lobo blanco y esta lo abraza, para después mirarme—. Veo que trajiste visita —
Me mira de arriba abajo por unos segundos. — ¡La encontraste al fin! —dijo emocionada, yo no sabia de lo que hablaban —. Disculpe mis modales señorita, soy Ada, hermana de Erick —dijo para extenderme su mano.
—Soy Ayla, pero... ¿quién es Erick —
Ada señalo al lobo blanco.
Estaba algo confundida y ella lo noto.
—Creo que será difícil de explicar, Erick ve a ponerte algo de ropa para explicarle todo —dijo regañando al lobo, el me miró por última vez antes de irse—. Por favor entra, hace mucho frío afuera, morirás si te sigues quedando afuera —
Al entrar estaba muy nerviosa, la chica me guió a la sala, encendió la chimenea y me dió una manta para después irse.
Me quede sola y no sabia que hacer, espere por unos minutos a que llegara alguien.
Pensaba en pedirles que me dejaran pasar la noche y ya mañana me iría necesitaba saber sobre quien era y como había llegado al bosque.
—Disculpa por haberte dejado sola —Escuche que alguien dijo a mis espaldas.
Voltee y vi a un chico alto, con cabello blanco y ojos azules.
—Estoy bien pero... ¿Quién eres? —
—Mi nombre es Erick, nos vimos hace unos momentos, aunque ahora me veo diferente tal vez —
—¿Eres el lobo blanco?, ¡¿puedes transformarte en lobo?! —
—Si —dijo sonriendo.
—Wow —Estaba muy sorprendida—. Gracias, por salvarme —
—No hace falta que agradezcas estamos para ayudar, pero que hacías en esa parte del bosque. Ese lugar es muy peligroso y está prohibido —
—Lo siento no lo sabía, no sé como llegué ahí... No recuerdo nada —dije algo desesperada.
—Esta bien, no te asustes —dijo acercándose a mi y acariciando mi cabeza.
Me avergoncé un poco por su acción y solo asentí, no lo conocía pero su presencia me hacia sentir segura y alegre.
—Te quedaras con nosotros, hasta que sepamos de donde vienes —
—No quiero ser una molestia, es más que suficiente que solo me dejen pasar la noche, mañana puedo irme y buscare algún pueblo cercano para —
—Te quedaras aquí, es más seguro y no hay pueblos cerca, el más cercano de aquí esta a dos días —
No quería molestar pero con esta nieve era posible perderme y morir. —Entonces creo que me quedare, gracias —
~ ~ ~
Pasaron meses después de haberme quedado con Erick, me dijo que casi todos los del pueblo eran lobos y pertenecían a la manada White Star, de la que el era el líder.
En esos meses el me dejo vivir en su casa, estaba muy a gusta viviendo con el pero tenía la sensación de que había olvidado algo importante, y por eso quería ir a los pueblos que estuvieran cerca de dónde Erick me había encontrado, para saber si yo provenía de alguno de ellos.
Quería encontrar a mi familia, tal vez estaban buscándome.