Clean Boy

Capitulo 18

ARQUÍMEDES

Nunca me había sentido tan bien. Estaba en un mar de nubes y Cesar estaba conmigo.

Entendía ahora porque Sour siempre estaba sonriendo, tan relajado y sin ataduras, ¿esto era lo que es ser realmente libre? Podría ser una ilusión o un sueño sin embargo podía sentir todo con suavidad… parecía que la droga que me había dado Sour me hubiese quitado la piel ardía la piel, pero me gustaba.

Cesar salió de la pista de baile dejándome encargado con Flor, la chica divertida que ayudo a su amiga en el baño. Era muy amable y al parecer también había consumido algo porque decía que el color de mis ojos se escuchaba bonito, me reí por lo gracioso que se escuchaba.

—¿Quieres unos brillitos? — me pregunto apuntando a su cara, sonríe asintiendo. No sentía mi cara de igual manera.

Llamo a su amiga Reni con el brazo y le grito algo al oído. Me guiaron de la mano a un lugar con mejor iluminación y ese lugar fue la cocina de Yeya. Me sentaron en una banca de la barra y ahí Reni saco todos sus cosméticos de purpurina.

—¿Qué es todo esto? — pregunte tomando un delineador azul, Reni lo tenía alrededor de los ojos.

—Belleza mi querido Arquímedes, pura belleza con poder — decía Reni tomando un botecito transparente con algo blanco adentro. —Pon la cara papi.

Cerré los ojos y sentí lo frio del pegamento, sabía que lo era por el olor. La música era baja en la cocina y podía escuchar a las chicas a la perfección sin que estuvieran gritando.

—¿Por qué estabas tan nervioso en el baño Arquí? —pregunto la voz de Reni cerca de mi cara, su aliento olía a alcohol y era cálido. Me dio cosquillas.

—Estaba algo ajetreado, me encontré con alguien que no quería encontrarme… mi papá piensa que exagero… pero él no entiende —solté sin más. Las palabras fluían como agua en mi garganta, era gratificante poder decirlo sin ahogarme. 

—¿Quieres platicarlo? —encogí los hombros por la pregunta de Flor. Abrí los ojos y ambas sonreían… tal vez la razón era mi cara. —Déjanos ponerte estas florecitas, por favor.

Me mostró unas florecitas de pedrería de color azul. Eran tiernas, me recordaban a las flores de aquel jardín donde jugaba con mi mejor amigo de la infancia antes de mudarme. Un jardín extenso de flores azules silvestres. Asentí con melancolía…

—Me gustan esas flores —dije cerrando los ojos para que procedieran a ponerme la pedrería. —A Jacobo le encantaban también…

—¿Quién es Jacobo?

—Era mi mejor amigo… pero ya no puedo hablar con él. Me mude.

—Tienes celular amigo, ¿No tienes su número de teléfono?

—No, no creo que se pueda llamar a los muertos —Sonreí pensando que era gracioso, pero al abrir los ojos vi las caras preocupadas de las chicas. —¿Sucede algo?

—Lo sentimos mucho, no debimos preguntar.

—No hay problema, paso hace mucho tiempo… —explique. —Solo trato de no pensar mucho en ello.

—¿Puedo preguntar de que…?

—¡Renata!

—Tranquila, él no estaba muy bien… se mató —Vi al suelo y aunque sonreía recordé esa llamada, esa terrible llamada.

Su madre me llamo una noche en la madrugada para darme la noticia de que Jacobo se había tomado dos pomos de pastillas esa misma noche, lo llevaron al hospital, pero murió antes de que pudieran vaciarle el estómago. Fueron unos días difíciles, tanto para mí como para su familia. Ni dijo nada del porque lo había hecho y por una semana su mamá me acoso para que le dijera cualquier cosa del motivo de su suicidio… pero él nunca dijo nada, ni una palabra, no obstante, creo saber porque lo hizo y si mi hipótesis es verdadera, también podría morir yo.

—¿Qué le están haciendo al pobre? —Entro Diego sonriendo.

—Poniéndolo guapo para Cesar, los vi comiéndose en la pista de baile —grito Honey haciendo sonar sus cascabeles que tenía en la cabeza. —¿Siempre fuiste gay o…?

—No lo sé… siempre supongo —respondió sonriendo.

—Pero ojo con el Cesaron porque es narco —dice Honey yendo al refrigerador.

—No deberías de decir esas cosas —dijo Diego viéndola sacar una cerveza. —Cesar no tiene nada que ver con el negocio familiar… es un chico limpio, Arquí, no tienes nada de qué preocuparte.

 —Él no me ha dicho nada, de hecho, nunca habla de él —dije, lamí mis labios y vi a Diego esconder los suyos. Estaba algo inquieto, tal vez hablo de más… quizás Cesar les pidió que no lo divulgaran y al estar conmigo Diego asumió que me había dicho algo, pero no lo hizo.

—Le conseguía droga a Sour en la secundaria —siguió Honey.

—Quiero que te calles, Honey —La amenazo Diego.

—Lo anexaron por una sobredosis que tuvo en la misma secundaria, fue divertido ver a tantos policías en la escuela, suspendieron las clases ese día…

—Honey, estas borracha, ya no sabes ni lo que dices —dijo Flor a mi lado. Esta conversación me puso nervioso.

Me podía imaginar lo que sea de Cesar, pero nunca que fuera un ex-adicto…




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