Epilogo

Para Jacobo.

Hola. Espero que estés en un lugar en donde no puedas recibir esta carta... primero quiero decirte que lo siento mucho. No debí invitarte a esa fiesta, te insistí demasiado para que vinieras que... no lo sé. No creo que me perdones, ni mucho menos que olvides lo que pasó, pero estoy seguro de que no quería que te mataras. Debí hablar. Debí decirte a todo el mundo lo que vi, lo que el señor Hugo te estaba haciendo. Tal vez hubiese sido diferente o ta vez habrías tenido mas fuerza si yo te apoyaba. Si tan solo pudieras verme ahora, te estarías riendo por como fue mi vida.

Llevo desde que te fuiste, y un poco mas, que no tengo interacción con otras personas. No me gustaba que la gente me tocara, era terrible. Sentía que me iba a morir si alguien lo hacía porque... tu moriste. Pensaba que si alguien me llegaba a tocar, me iba a pasar lo mismo que a ti. Iba a estar triste todo el tiempo, me enojaría con todos, después trataría de disculparme por mi comportamiento y al final, me encontrarían en una bañera ahogado en mi propia sangre.

Conocí a Cesar en la preparatoria. Mis padres insistieron en que debía tomar clases. Lo evadí un par de veces, no estoy orgulloso de eso, pero, el punto es, que cuando lo conocí me caía mal. Era invasivo, no respetaba el espacio personal de otros y se tomaba atribuciones que no debía, lo raro de esto es que cuando yo le dije que se detuviera, lo hizo. Lo mas extraño es que de algún modo, era raro, si, pero... pude tocarlo, Jacobo. Y cuando lo toque no sentía que me estaba arrebatando la vida, sino que, me la estaba dando. Todavía no puedo tocar a las personas como una persona “normal” pero, ahora puedo respirar el aire sin sentir esta sensación de que tengo que cuidarme.

Me habría gustado que lo conocieras. Es agradable, amable, sonríe tanto como habla. Le gusta dibujar igual que tu, solo que Cesar le hace falta un poco de practica. De hecho, me hizo una lista de cosas para hacer ahora que estoy progresando con mi rehabilitación, es larga, apuesto que tu hiciste la mitad de las cosas que dicen ahí. A veces me imagino presentándotelo, estoy seguro de que a él también le agradarías, tiene ese don para hacer amigos que todavía no comprendo del todo.

Fuiste un gran amigo, Jacobo. Uno que no voy a poder reemplazar. Impactaste mi vida a tal grado que pase los últimos años solo pensando en ti, pero al hacerlo, deje de hacer cosas solo para no terminar como tu. Base mi estilo de vida en prevenir algo que ni siquiera estaba seguro si pasaría como me lo imaginaba. Me hubiese gustado que me dijeras algo más ese día, al menos una cosa más y habría estado totalmente tranquilo. “Arquímedes, lo lamento, no debí alejarme de ti, me siento culpable por como te obligue a apartarte de mi, nos vemos después” Yo no lo sentí como una verdadera despedida. Solo sentí que estábamos progresando, y que el día siguiente sería un nuevo comienzo, pero solo recibí la llamada de tu mamá diciendo lo que había pasado... ¿Porque dijiste que nos veríamos después si te ibas a suicidar? Todavía no lo entiendo, y creo que nunca lo entenderé,

No te hubiese gustado verme morir solo atrapado en una habitación esterilizada, al menos eso es lo que creo y quiero creer. Estas serán las últimas palabras que te voy a dedicar, amigo. No te olvidare, pero necesito seguir, ¿No crees? Ya he sacrificado mucho estando encerrado, y ya no quiero esa vida para mi... me dedique a restringirme cosas y personas para no morir y en el proceso me olvide de vivir... y quiero hacerlo.

Con mucho afecto, Arquímedes.