Cleventine 1: Realidad y Ficción

1x33. Las condiciones de Alvion

 

1º LIBRO – Realidad y Ficción

33.

Las condiciones de Alvion

 

—Le expliqué tu situación, los motivos por los que te abstenías a volver, y Alvion los consideró, créeme —le contó Denzel a su viejo amigo—. Aunque ya sabes que después de lo que has hecho, habrá que hacer cambios.

Ambos se habían reunido en el Yoho Pub, mismo lugar donde Lao se reunió con Neuval para contarle lo de Kyo el otro día. El local se había convertido en un antro al paso de los años. Antes era un lugar con un ambiente más animado y limpio, y ahora asomaba la roña por todas partes, sobre todo en el viejo, corpulento y amargado dueño, que seguía limpiando vasos detrás de la barra con el paño que nunca lavaba.

Esa taberna siempre había sido el lugar favorito de reuniones de Neuval, de Pipi, de Lao, de los otros Líderes de las RS aliadas y otros viejos camaradas, cuando la KRS estaba en su mejor época. Pese a haberse desperdiciado tanto ese lugar durante los últimos siete años, este seguía siendo un buen sitio para hablar de cosas confidenciales, seguras de no llegar a oídos ajenos poco apropiados. El dueño era otro caso, daba igual lo que oyese, todo le importaba un pito.

Neuval bajó la mirada hacia su copa, imaginándose qué le habría dicho Alvion a Denzel. Sin embargo, permaneció en silencio, esperando a que se lo contase todo.

—Alvion sabe bien cómo debes sentirte —prosiguió el Taimu, recolocándose las gafas negras sobre la nariz—. Pero está decidido a tomar medidas contigo. No te estoy hablando de un trato, una tregua o un favor, sino de órdenes directas, que tendrás que acatar te guste o no. Comprende que debe hacerlo por el bien de la Asociación. Estando tú fuera, aún con tu “iris”, hay más riesgo de que el Gobierno tenga las cosas más fáciles para cazaros, sobre todo después de... tu incidente de hace unos días. No me sorprendería que el simpático de Hatori Nonomiya ya esté al tanto de las muertes que provocaste, estoy seguro de que sospecha de algún “iris” como el causante; conociéndole, debe de estar manos a la obra con una investigación. Alvion lo sabe, por eso me ha dicho que te diga que no vas a tener más remedio que volver, ya que así te tendrá controlado y evitará más incidentes de estos. Esa es la primera opción que te da.

—¿Hay una segunda? —preguntó Neuval, levantando la cabeza por fin.

—Sí —asintió, apoyando los codos sobre la mesa—. La segunda opción es... despedirte de la Asociación completamente, lo que también supone tener que despedirte de tu “iris” para siempre, y modificar tu memoria para que no recuerdes nada de todo lo que has vivido siendo un “iris”. Te informo que extraerle el “iris” a una persona que aún no se ha vengado es muy arriesgado tanto para Alvion como para la persona. Sólo se hace en casos extremos. Pero a Alvion le supone un gasto de energías excesivo.

Neuval abrió los ojos con cierto asombro ante la declaración, y volvió a desviar la mirada, en silencio, reflexivo.

—Olvidar todo lo que he vivido siendo “iris”... —murmuró—. Es como olvidar toda mi vida, todo mi ser. Desde que Lao me adoptó y me llevó al Monte Zou... ese fue el auténtico comienzo de mi vida.

—Lo cierto es que... —sonrió Denzel—. Vi en la cara de Alvion cierta censura ante la segunda opción, se ve que no quiere despedirte de la Asociación, se juega mucho.

—Ya... —masculló—. No sé qué tiene de diferencia haber dejado de trabajar para él aún conservando el “iris” con que me despida y me quite el “iris”.

—Creo que siempre ha tenido una cierta esperanza de que volvieras.

—Sí... Lo que estaba esperando era una ocasión para obligarme a volver y para restregarme por la cara su superioridad.

—Eras y sigues siendo su peón más poderoso.

—¡Sí! Y yo soy muy feliz de haber nacido para ser el peón de alguien —dijo con el sarcasmo y la sonrisa feliz más falsa que pudo expresar.

—Qué cabezota eres, Neuval. ¿Te crees que me engañas? —se rio—. Te encanta el trabajo de “iris”. Vale que no te gusta tener a alguien por encima dándote órdenes, pero deja ya de hacerte el duro conmigo, sé perfectamente que le guardas a Alvion un profundo respeto y afecto en secreto.

—¿Sabes? Eras menos tocapelotas cuando no podías ver.

—Porque ahora que puedo ver, ser tocapelotas con la gente y ver sus caras de tontos resulta de lo más placentero —seguía sonriendo—. Tienes suerte de que te haya tocado a Alvion como Señor, Neuval —comentó, tomando un trago de su copa.

—Siempre pensé que habría tenido más suerte si me hubiera tocado a su padre. Se dice que Dorian Zou era todo un bromista. Es una pena, ni siquiera Lao llegó a conocerlo. Se supone que Dorian murió hacia el mismo año en que nació Lao.

—Dorian era más divertido y bienhumorado, sí. Pero creo que te habría resultado más duro estar bajo sus órdenes y de las de todos los demás Zou que bajo las de Alvion.

—Sé que Alvion hace las cosas un poco distintas respecto a sus antepasados, pero ¿cómo de diferente puede ser?

—Alvion es el único Zou que ha marcado la diferencia en todo su linaje, sin duda —le aseguró Denzel—. He conocido a todos los Zou anteriores a él. Excepto al fundador de la Asociación, que ya murió antes de que yo llegara al Monte Zou y conociera a su hijo Leander. Desde Leander hasta Dorian, todos los Zou han sido casi idénticos en su modo de dirigir la Asociación, de pensar, de sentir y de ver el mundo y a la humanidad.




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