Cleventine 1: Realidad y Ficción

1x29. El pasado de papá (3/5)

 

1º LIBRO – Realidad y Ficción

29.

El pasado de papá (3/5)

 

«Al final de la mañana, después del almuerzo, los dos estuvieron comiendo un helado en el puerto, sentados sobre uno de los muelles de madera donde reposaban algunas embarcaciones vacías. Bueno, Neuval se comía un helado; Lao se tomaba a sorbos un chocolate caliente, a pesar del calor que hacía. Neuval se había quitado el calzado para meter los pies en el agua. En cambio, Lao estaba de piernas cruzadas, resguardado.

—¿No quieres meter los pies? —le preguntó Neuval—. ¡Está agradable!

—Para que sea agradable para mí, el agua debe estar muy caliente, o hirviendo.

—¿En serio? ¿No te gusta el agua templada ni fría?

—Me hace daño.

—¡No me lo creo!

—Como lo oyes. Igual que a ti el fuego te quemaría la piel, yo sufro dolor o quemaduras en contacto con el agua fría o el hielo. Sólo tolero el agua muy caliente.

—¡Eres raro de cojones!

—Esa lengua… —le reprochó Lao por milésima vez—. A lo mejor tú acabas siendo tan raro como yo. Si al final eliges el elemento del fuego.

—No sé. No creo que elija ese. Me dijiste que se suele elegir el elemento con el que te sientes más compatible. Creo que el fuego no es lo mío.

—¿Sabes o sospechas ya cuál podría ser el tuyo?

—Mmm… ni idea —se encogió de hombros, y se acomodó apoyando las manos hacia atrás y cerrando los ojos, quedándose en el más puro bienestar durante unos segundos en que sopló el viento, meciendo su cabello largo—. Me da igual qué elemento tener, sólo me interesan las cosas que puedo hacer con él.

—¿Quieres construir más puzles y rompecabezas raros usando tu futuro elemento?

—¡No! Bueno, sí. Pero no sólo eso. Me refiero a hacer más cosas.

—¿Qué más cosas te interesaría hacer?

—Quiero hacer muchas cosas. Que sean todas importantes e increíbles. Construiré cosas geniales que sean útiles para todos, que ayuden a la gente. Con el poder que obtenga, les daré su merecido a los hijos de perra que abusan o matan a los demás…

—Esa lengua.

—Protegeré y salvaré a mucha gente. Haré muchos amigos. Crearé cosas grandes. Como… ¡una gran fábrica de cohetes espaciales! Y cuando la haya creado, podrás despedirte de esa empresa en la que trabajas ahora, donde dices que no te tratan bien. ¡Te construiré una fábrica para ti solo para que hagas lo que quieras! Podemos construir cosas juntos.

—¡Hahahah! ¿Y quién de los dos sería el jefe?

—¡Yo, por supuesto! ¡Es mi fábrica!

—¡Hahah! Claro, claro.

—Pero no te preocupes, te encantará tenerme de jefe, porque yo te trataría como de verdad mereces y como el genio que en verdad eres.

—Oh… guau… Eso estaría muy bien —se rio el hombre, siguiéndole la corriente en sus fantasías, pero le conmovían sus palabras y el hecho de que le incluyera a él en sus planes del futuro.

Parecía mentira, pensaba Lao, que hace apenas cuatro días ese niño ya estaba pensando en suicidarse y ahora sólo hablase sin parar de sus ilusiones, objetivos, sueños y deseos del futuro.

—¿Y querrás también crear una familia? —sonrió Lao—. Sólo te falta eso, ya que pretendes crear todo lo demás que hay en el mundo.

—¡Oh, no, ni hablar! Yo jamás, jamás, jamás me voy a casar. Y jamás, jamás, jamás tendré hijos.

—¿Y eso?

—Porque seguro que acabaré arruinándoles la vida. Seré un padre horrible, igual que Jean, ¡y no quiero!

—Neu… —le sorprendió oírle decir algo así—. No eres como Jean. No tienes por qué ser como él.

El niño se encogió de hombros y no dijo nada, porque no quería discutir con él de eso. Pero realmente estaba convencido de ello. De que su sangre estaba maldita como la de Jean.

—Oye, ¡ya son las dos! —dijo el muchacho al ver la hora en el reloj que Lao tenía en la muñeca—. Se te va a hacer tarde. Deberías ir ya con tu familia a pasar la tarde.

—Se me hace duro dejarte solo, Neuval.

—No te preocupes. Estaré en mi callejón, seguro y a salvo. No necesitaré salir, porque estaré el resto del día entretenido con los cuadernos de kanjis que me has traído.

—¿Tú crees que no acabarás hartándote de ellos enseguida? Aprender a escribir los kanjis chinos es realmente complicado y pesado. ¿De verdad te interesa aprender chino? Yo puedo seguir siendo tu traductor.

—¿Por qué no? Hablar idiomas es útil. Y si voy a estar más tiempo viviendo aquí, necesitaré aprender el idioma de aquí, al menos lo básico. Es difícil sobrevivir en un país donde no entiendes lo que dice la gente y lo que pone en los carteles. Además, no me costará mucho. Ya he visto que aprender idiomas es fácil.

—Aprender un nuevo idioma nunca es fácil. ¿Sabes hablar alguno aparte del francés?

—¡Sí! Sé hablar perfectamente inglés, polaco, ucraniano y turco… —fue enumerando con los dedos—. Sé hablar más o menos el alemán… Algo de hindi y un poquito de urdu. Los aprendí durante mi estancia en esos otros países. Me quedé en algunos más tiempo que en otros. Por ejemplo, me quedé un mes entero en Polonia, y mes y medio en Turquía, me dio tiempo a aprender los idiomas de allí por completo.




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