Cleventine 2: Pasado y Presente

2x01. Bienvenido

 

2º LIBRO - Pasado y Presente

1.

Bienvenido

 

Los jóvenes “iris” de la KRS se fueron aproximando a la Torre de Tokio, viendo su punta asomando entre los rascacielos y cada vez más cercana. Drasik era el que estaba más emocionado, y Yako y Sam, por su parte, seguían con la duda sobre qué estaba pasando. Ellos no habían visto a su maestro desde hacía años, no como Raijin, Kyo y Nakuru, que habían tenido un encuentro con él no hace mucho. Sin embargo, la sorpresa de su llamada a través de su tatuaje no faltaba en ninguno de ellos.

Así era como se comunicaban los “iris” de una misma RS entre sí. Era una comunicación sensorial. Ese tatuaje especial podía transmitir el estado del “iris” o el estado físico de uno de los miembros a los demás. Si un compañero estaba malherido, esto era transmitido a los demás como una alarma. Podría decirse que fue Denzel quien creó esta Técnica, pero en realidad fue otra persona, hace varios siglos, quien además era, como se decía en aquellos tiempos, un joven brujo, llamado Zhen Qing Xiaolang. E iba siempre en compañía de su hermana melliza, también bruja, Mó Xiaolang.

Cuando Raijin volvió a impulsarse con los pies en el borde de la azotea de un edificio para saltar al siguiente, vio una enorme figura que, de no ser por sus rápidos reflejos, se habría estampado en su cara. El rubio dio un viraje en el aire con sobresalto y se pegó, literalmente, a una viga vertical de hierro que sobresalía de un edificio en obras, a través del electromagnetismo de su cuerpo.

—¡Uy, perdona, Brey! —exclamó Lao, aterrizando sobre el edificio de enfrente.

—¡Abuelo, también lo has notado! —dijo Kyo, y se paró con los demás por los edificios de alrededor.

—¡Claro que sí! ¡Jajaja! —carcajeó el viejo sonoramente, hinchándose de júbilo y poniendo sus musculosos brazos en jarra al verlos todos ahí—. ¡Yako, Sam, me alegro de veros! ¡Hace ya un tiempo!

—¡Hey, Kajin-san! —Yako saltó a donde estaba él, sonriente—. Duo xiang ni ya! You shen me xi qi de? —le habló en chino.

Mei you —contestó Lao—. Ni ne?

Hen hao.

—¡Eh, eh, basta de cháchara! ¡La impaciencia me va a matar! —intervino Drasik, levantando la palma de la mano.

—Jamás llegué a imaginar que volveríamos a estar todos juntos otra vez —se emocionó Nakuru.

—Y una vez más, Fuujin es la causa —contestó Lao—. ¡Pero vamos! ¿Qué hacéis ahí parados? ¡Que nos está esperando!

Los siete “iris” se apresuraron a aterrizar en el suelo junto a las patas de la torre roja, a esas horas cerrada como atracción. No había ni un alma por toda la zona, así que supusieron que Fuujin estaba en las alturas, como siempre. No obstante, no tuvieron que esperar mucho. Todos vieron cómo una figura negra con un destello blanco bajaba entre las vigas de la torre a gran velocidad, hasta que, con un último viraje, se sentó en una de las vigas de una de las patas de la torre, a cinco metros sobre sus cabezas. El parisino les sonrió sin decir nada.

Para Yako, Sam, Nakuru, Drasik y Kyo, verlo aparecer de esa forma por primera vez en años, descendiendo desde las alturas como un “iris”, con su ojo abierto emitiendo su luz blanca propia del elemento viento en aquella penumbra, era como ver a un fantasma. Se quedaron mudos observándolo, respirando fuertemente con expectación. Ver a Neuval no era lo mismo que ver a Fuujin. Uno era un ciudadano normal, típico empresario con traje, elegante, serio, aburrido… y el otro era una bomba nuclear. Neuval llevaba demasiado tiempo siendo lo primero, y para sus jóvenes compañeros de la KRS, ver su verdadera esencia ahí personificada después de siete años, era la mayor sorpresa de sus vidas.

 Neuval apoyó la cabeza en una mano y siguió sonriéndoles, disfrutando con sus caras boquiabiertas. Sabía que todos, menos Lao, se estaban haciendo la misma pregunta: “¿Esta llamada a través del tatuaje por primera vez en siete años significaba su regreso oficial?”.

—¿Cómo están mis pequeños “iris” marginados? —saludó Neuval entonces.

Los demás se miraron compartiendo una risa de emoción, excepto Raijin, que se cruzó de brazos sin más con un gruñido típico de los suyos. Neuval los llamaba así porque es lo que eran antes de que los acogiese en su KRS. Como muchos otros de aquella época, fueron “iris” marginados nada más acabar su entrenamiento porque ninguna RS quería acogerlos, ya bien fuera por motivo de su corta edad, como Nakuru y Sam, o por otras circunstancias, como Yako, o por ambas cosas, como Drasik. Hasta que Neuval promovió la iniciativa, entre él y otras RS, de darles una oportunidad a los más jóvenes. Raijin, Kyo y Lao eran otro caso por ser sus familiares.

—Maestro, antes que nada —dijo Yako, dando un paso adelante—. ¿Nos… nos puedes aclarar esto? ¿Es lo que creemos que es? Porque nos has llamada a través de la Marca, y sólo un “iris” oficial tiene Marca… ¿Vuelves a tener tu tatuaje por la razón que creemos o es por otra razón?

Neuval saltó de la viga, aterrizando frente a ellos. Caminó hacia Yako, parándose delante de él.

—¿Qué otra razón va a haber? —le sonrió.

Con eso era suficiente para confirmarlo, por lo que Yako no pudo evitar el impulso de saltar sobre él para darle un gran abrazo.




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