Personajes Modelo:
1. Pueden abarcar a todas las personas de su misma condición social, cultural... Son más sencillos que los otros personajes, y muestran una escasa o nula evolución a lo largo de la novela. En ocasiones se les usa como villanos, pues se tiene la errónea idea preconcebida de que un "malo" presenta características menos complejas y profundas que el resto de nuestros personajes.
2. Independientemente de su naturaleza, siempre presentan los mismos arquetipos: son iguales en personalidad, ideas, características físicas y emocionales, actitud... Se ha de buscar un personaje más accesible para que el lector se sienta identificado y quiera continuar la lectura, y no hay que olvidar que las imperfecciones de nuestros personajes los harán más atractivos y complejos.
3. Cuando se trata de este tipo de individuos, siempre se va a los extremos, en todos los aspectos. Es imprescindible saber que entre el blanco y el negro hay mil tonos de gris, que podemos emplear para hacer destacar a nuestro modelo y personalizarlo absolutamente a nuestro gusto. Para ello, es importante plantearnos qué haría una persona modelo en la situación de nuestro personaje, y abordar el momento de la manera menos común, pero más satisfactoria para el mismo.
4. Jamás serán altruistas con personas fuera de su círculo, ¡no os hagáis ilusiones! Si tenéis personajes estrictamente de este tipo, tened en cuenta que, o serán egoístas, o solo verán a aquellos que son similares a ellos.
5. A estos personajes se les puede sacar bastante partido, pues no por ser los más "sencillos" de crear son poco complejos: en las cosas simples se encuentra lo difícil e incomprensible, por lo que no descartéis un pequeño grupo de este tipo de individuos en algún relato. Os sorprenderá el jugo que podéis sacarles, y sorprenderéis a los lectores si queréis hacer giros argumentales con ellos (convirtiéndolos en personajes complejos). Un ejemplo de este punto es la comunidad vampírica que aparece en la primera película de Underworld: todos son similares, por no decir iguales, hasta que Selene rompe las convinciones sociales de los suyos, juntándose con un licántropo.
Personajes Complejos:
1. Los más difíciles y personales, se caracterizan por una profundidad que no podemos encontrar en otros. Desde mi punto de vista, los más divertidos de crear (y los más complicados a la par) son los antihéroes, como Deadshot en la película de Suicide Squad o Escuadrón Suicida: su deseo de derrotar al murciélago (Batman) choca con su amor por su hija, creando un producto encomiable.
2. Son extremadamente imprevisibles pues, a menos que describan sus intereses o los narren en primera persona, nadie sabe con exactitud con qué intervendrán en la trama: bien pueden ser almas caritativas, que buscan el bienestar general, o bien pueden ser auténticos personajes sin escrúpulos que solo buscan su propio beneficio (el vampiro Lestat, uno de mis personajes favoritos de la enigmática y siempre perfecta Anne Rice, es uno de estos claros exponentes: el antihéroe, que no quiere ser bueno porque no está en su naturaleza serlo, tan voluble y a la vez tan decidido que jamás será verdaderamente comprendido; al final acaba actuando de la mejor manera posible para sí mismo y, a veces, para todos).
3. Este tipo de individuos son manejados con soltura por algunos autores, y vistos con complejidad por los lectores. Es sencillo saber qué va a pensar nuestro personaje, porque evidentemente es de nuestra propiedad, pero el detalle de lo imprevisible es lo que resulta atractivo para todos (mi Tyrion Lannister es la opción perfecta para este punto). ¿Conclusión? Al personaje difícil, se le debería intentar dotar de un toque rebelde y adelantado a su época que nos descuadre ligeramente, para hacernos adictos a él y evitar que pase desapercibido.