Dulce Gatito

Max encuentra a Lola sentada en la cama con uno de los gatos en las piernas mientras come de su mano y los otros a su alrededor peleándose por turnos por los trozos de pienso que va cayendo fuera de los dos platos que ha puesto en el suelo para que coman, le ha dado tiempo de preparar una zona con papeles para que hayan sus cosas y una zona de mantas para que duerman, se pregunta si es que ha tardado tanto pero no lo cree ya que el cabello de ella aun sigue mojado y algunos mechones aun sueltan gotas de agua sobre su pijama. Es en ese momento en el que se da cuenta, cuando se fija en su pijama ve que en el hombro sobresale un borde morado donde no debería y es que parece que al final si que la ha llegado a golpear al carrito de golf, no parece grave ya que no se queja y mueve el brazo con normalidad intentando controlar al gatito sobre sus piernas pero aun así no puede evitar hacer una mueca.

---¿Te duele? ---pregunta agachado delante de ella, estira una mano para apartar la tela y ella retrocede de forma brusca, con miedo--- Solo quiero verlo, no te haré nada

Levanta las manos alejándolas de ella y parece que no se fía pero asiente, no vuelve a su posición original y es algo incomodo tener que inclinarse sobre ella estando de rodillas e intentar no tocarla en el proceso o invadir su espacio. Con cuidado aparta un poco la tela y ve que no es mas que un cardenal en el hombro, no parece nada de lo que preocuparse pero tiene que ser tratado para que al día siguiente no empeore o le duela, Max se echa hacia atrás y se levanta, se pone a dar vueltas por la habitación hasta que da con el botiquín que todas las habitaciones de la residencia tienen y rebusca por la pomada para los golpes.

---¿Quieres que lo haga yo o lo haces tu? ---le pregunta enseñándole el bote alargado, ella rehúsa--- Hay que tratarlo o mañana te dolerá mas de la cuenta

Max le tiende el bote alargado no queriendo presionarla mas de la cuenta y ella hace un movimiento que no se esperaba, a pesar de la rigidez de su cuerpo y de su cara de susto deja al gato en el suelo junto a sus hermanos y se desabrocha el primer botón de la camisa del pijama dejando al descubierto parte del pecho y el hombro pero sin mostrar nada comprometedor. Max traga saliva y se recuerda que esto no es algo sexual aunque en otras circunstancias pasearía sus manos y labios por esa piel suave que le muestra, respira hondo intentando que la sangre no se le acumule donde no debe y saca una pequeña cantidad de pomada pasándola por encima del cardenal con cuidado, le mira el rostro ladeado y asustado de vez en cuando, cuando le hace daño hace menos presión de la que ya hacia y por un momento cree que ni esta tocando piel, cuando termina le ayuda a ponerse de nuevo la chaqueta del pijama y ella tiembla, no lo mira a los ojos y su labio inferior tiembla aunque intente retenerlo entre los dientes.

---¿Pero qué te han hecho?

Pregunta en un susurro tragándose el nudo que se le forma en la garganta al verla así, le sostiene el rostro con ambas manos, Lola niega no queriendo recordarlo, los fantasmas empiezan a salir de debajo de la cama y de pronto siente tanto frio que cuando nota que Max se mueve lo agarra con fuerza de la tela de los brazos de la sudadera para que no se vaya aunque solo haya hecho un pequeño movimiento para no aplastar a uno de los gatos, el pánico la invade y envuelve como una manta helada y aunque no quiere llorar mas es como si su cuerpo fuera incapaz de hacerle caso, su cerebro esta frito y todo su autocontrol se ha evaporado.

---N-no... ---niega con rapidez alborotando los rizos mojados--- N-no... N-n...

---No me voy a ir ---le dice con una sonrisa para tranquilizarla--- Tranquila ---con cuidado le quita las manos de la tela--- Voy a cerrar la puerta y vuelvo ¿vale? ---ella asiente--- No tardo nada

Y en tres zancadas recorre la habitación, cierra la puerta con seguro y vuelve con ella que esta con la mirada clavada en él como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

---¿Ves? ya estoy aquí ---le sonríe agachado delante de ella y parece relajarse un poco--- Ven conmigo ---dice y ella se asusta al ver que se levanta y la levanta también--- Agárrate de la sudadera, vamos a la cocina, ambos necesitamos algo caliente para los nervios

Lola se sujeta de la parte de atrás de la sudadera con ambas manos pero sin hacer que se sienta incomodo llevar la prenda así que se acerca lo máximo posible a su cuerpo mientras Max rebusca en los armarios por algo que no sea café hasta que encuentra una caja amarilla con letras extrañas, al girar la caja en las instrucciones en ingles lee que es manzanilla y calienta agua en la jarra eléctrica para dos tazas.

---¿Todo bien ahí detrás? ---pregunta por encima de su hombro preparando las tazas

Lola asiente pero como no sabe si desde esa posición la puede ver estira de la tela en sus manos de arriba abajo haciendo el mismo camino que su cabeza, levanta la vista para ver su media sonrisa y en ese momento se da cuenta de que Max sigue oliendo a lo que tanto le gusta pero combinado con su gel de aloe vera, se pega a él un poco mas y  se le abraza dejando las manos a los costados de su cuerpo y la frente apoyada en su espalda.

---¿Lola?

Lola niega con la cabeza sabiendo que lo notara y él sigue con lo que estaba, en poco están las infusiones preparadas y la lleva hasta la mesa, la sienta con cuidado dándose cuenta de que ya parece temblar menos, pero no parece querer beberse la infusión por lo que busca sus ojos y pregunta sin voz qué ocurre, ella mira la taza y mas concretamente el humo que sale de ella luego la toca con un dedo un hace un sonido siseante, esta demasiado caliente. Max suspira, ha preparado el agua a la temperatura que a él le gusta sin pensarlo demasiado, arrastra la silla hasta quedar delante de ella con las piernas a cada lado de las de ella y con cuidado llena la cucharilla con un poco del liquido amarillo y lo sopla hasta que considera que esta lo suficientemente frio, se lo ofrece y parece que funciona aunque sigue estando mas caliente de lo que parece gustarle por la mueca de hace su boca.