Close to you

Capítulo VII: Al rescate

Andrea

Cuatro meses antes

–Maestra ¿usted qué opina del Dr. Marín?– pregunta Gloria a la maestra Roxy en la clase de diseño organizacional.

Esta puede ser una gran idea o puede ser algo muy malo, sobretodo porque yo solo tengo cosas positivas que decir acerca del Dr. Y pues temo que Roxy sepa cosas que no me gusten.

Gloria y yo habíamos decidido que ella sería la que le preguntaría a Roxy por el Dr. Marin y no yo porque no quería ser tan evidente.

– ¿Cómo novio?– pregunta la maestra con una sonrisa pícara.

A caray esto no me lo esperaba.

Gloria y yo nos vemos impresionadas y simplemente no podemos ocultar nuestro sonrojo porque Gloria con esa piel tan pálida cualquier sonrojo se le nota a un kilómetro y luego se ve más blanca con esos oscuros y largos rizos definidos.

–pues en general–intervengo con una sonrisita.

–le di clases hace unos años, era un alumno muy cumplido pero decían algunos de sus compañeros que era muy presumido.

Yo también sería presumida si tuviera un doctorado antes de los cuarenta, además en esta ciudad tienen la costumbre de decir que una persona es presumida cuando simplemente tiene la autoestima alta.

– ¿Y cuántos años tiene?–pregunto porque en una clase dijo él que tenía 45 y papacito así mi abuela y mi madre no te aceptaran en la casa.

La maestra empieza a murmurar números y supongo que hace cuentas mentales hasta que finalmente dice que tiene entre 30-35.

–también tengo su número por si lo quieren. –me guiña el ojo y sonríe pícaramente.

–ay no maestra, él es muy serio y…

–A veces los hombres necesitan un empujoncito– me interrumpe y añade– arriésgate, no pierdes nada solo toma en cuenta de que su relación seria muy discreta o posiblemente empezarían hasta que acabaras la carrera.

Al final de la clase la maestra se despide y dice– me mantienen informada para la siguiente clase.

–Ya Andrea lánzatele– me comenta Luisa cuando llega a la siguiente clase.

–sigo teniendo mis inseguridades.

–no pierdes nada.

Andrea

Presente.

– ¿No te da miedo?– le pregunto a Ernesto en el trayecto a mi departamento, él voltea por un momento y añado ante su confusión– que alguien se entere de esto.

–Mientras solo tengan conocimiento personas de confianza no debe haber problema– responde brevemente.

Una de las cosas por las que no me atrevía a hacer nada, primero porque antes que nada admiro a este hombre, después me empezó a gustar pero últimamente los casos de acoso sexual están muy presentes y está muy bien pero luego esta esa suerte que a los verdaderos acosadores no les hacen nada pero a otros maestros que tienen relaciones consentidas con alumnas los terminan corriendo y no es por nada pero no quiero que esto le vaya a perjudicar a él y a su carrera, simplemente no me lo perdonaría jamás.

–No pienses mucho en eso, Andy– añade al notar mi silencio.

Ernesto se estaciona afuera del edificio de departamentos, la calle está sola y doy gracias a que se tomara el tiempo de traerme porque venirme en camión o caminando mejor ni me lo imagino.

–Gracias por traerme– le digo volteando a verlo– y por invitarme a comer.

–No hay de que linda– ay que se me caen los calzones– descansa.

Me acerco a él y le doy un beso en los labios, no se emocionen fue corto porque luego no puedo separarme de él.

–Buenas noches– me despido y salgo del carro.

Entro al departamento y todos mis amigos están en la sala viendo una película que desconozco pero puedo observar que es de terror porque cuando entro todos pegan un salto del susto.

–Al fin llega la desaparecida– dice Jocelyn con burla pero no es un reclamo por lo que rio y dejo mis cosas en el piso.

–descansen, tengo mucho sueño.

Me voy a mi habitación y después de hacer mis tareas pendientes y ver mi bullet me duermo.

 

Veo a Ernesto a lo lejos, va con una camisa tipo polo roja, unos jeans y un saco oscuro, a veces me pregunto si no tiene calor con esos sacos, lo que puedo decir es que el color rojo le sienta demasiado, pero ¿Qué puedo decir? Para mí con cualquier cosa se ve bien.

Verlo así me recuerda a como estaba hace unos meses, me conformaba con mirarlo a distancia y ahora puedo decir que ya he ido a su casa y a cenar con él, tengo que admitir que me gusta y mucho.

Entro a mi clase de inglés con una sonrisa tonta y solo puedo pensar en lo afortunada que soy ya que a pesar de que no estemos en una relación formal puedo presumir que al menos, por el momento, hay atracción.

–Hola– saludo a Gloria quien en la única que está en el salón.

–Adivina a quien vi– digo sentándome al lado de ella mientras Gloria me mira con sus ojillos saltones– al mi novio, o sea al maestro de estadística.

– ¿Dónde lo viste?– pregunta con curiosidad.

–iba hacia el estacionamiento, se veía bien lindo con esa camisa roja.

Wey yo te recomiendo que ya lo olvides–me bajo de la nube en la que estaba y la mira con impresión. – no te va a hacer caso, hay que ser realistas.

–Gloria no me digas eso. – Si supiera que ya salí con él dos veces pero me lo guardo para mí.

–Tal vez tienes al amor frente a tus ojos y aun no te das cuenta– esto último lo dice señalándome a un chico que cursa con nosotros inglés, va un semestre atrás.

–Dios no–niego viendo al chico con el que solo he intercambiado un par de mensajes sobre las tareas de inglés– Gloria no rompas mi corazón.

–Es lo mejor.

 

 

Es miércoles más específicamente las 7:00 pm, vamos rumbo al estacionamiento donde está el carro de Luisa para poder ir a las alitas, hay que aprovechar que es 2x1 en boneless.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.