Close to you

Capítulo XXVI: Sospechas

Me quede sentada en una esquina del baño, maldita sea que estúpida soy, un problema más, pero esta vez seria “EL PROBLEMA” solo esperaba que mi pronostico estuviera incorrecto.

Me levanto del suelo, voy al lavado donde lavo mi boca como mi rostro, aplico mis cremas y finalmente salgo como si no hubiera pasado nada.

Tiare: Hola Andy ¿Cómo estás?

Veo y releo el mensaje en mi trayecto al campus. Era mediados de marzo, empezaba a hacer un calor insoportable y desde que vivo con Ernesto no he vuelto a hablar con ellos, a veces los veo en los pasillos y nos saludamos cordialmente, aunque hablar como tal nada y menos con Jocelyn.

Andy: Hola, bien. ¿y tú?

Tiare: Bien amiga, oye ¿sigues viviendo con Ernesto?

Andy: Sí.

Tiare: Oh, es que Alan, Ben y yo tenemos una habitación disponible.

Andy: Que bien, espero que encuentren compañero pronto.

Rodee los ojos y bloquee el teléfono.

Malditos hipócritas.

Aun recuerdo hace un par de semanas cuando intente hablar con Benjamín y lo único que hizo fue dejarme con la palabra en la boca a medio pasillo del campus. O sea, sabia que Tiare no tenia la culpa del comportamiento de Ben, pero me parece incongruente toda esa actitud hacia mí, estoy segura que todo iba bien, todo estaba perfectamente, no entiendo que cambio.

Xiomara y Gloria me dijeron que no le diera mas vueltas al asunto que eso no me hacía bien, y lo peor es que lo reconocía, pero nada tiene sentido. Cuando estaba viviendo con mis amigos me sentía protegida y feliz, no me hacia falta Ernesto ni mis “amistades” dentro de mi carrera y lo peor es que lo que tengo ahora no es suficiente.

Y es que nunca pensé que los extrañaría como lo hago ahora, extraño las quejas y regaños de Jocelyn, extraño mis platicas interminables con Tiare y nuestros conciertos de canciones de Taylor Swift en la sala, extraño la protección de Ben, la calma de Alan ante todo y Roberto mi mejor amigo… todo lo que añoro, pero el tiempo lo es todo o eso es lo que dicen.

Pero, aunque tengo ganas de ir y abrazarlos hasta dejarlos sin aire mi orgullo no lo permite y no pienso volver a donde ya no me reciben. Porque si algo tengo es amor propio, aunque me muera por dentro no los voy a buscar.

Cuidado con lo que dices…

 

–Deberías decirle a tu novio que no nos deje tarea el fin de semana– me sugirió Gloria con una sonrisa cómplice.

–La ultima vez que le dije me mando por un tubo– repuse sonriendo mientras negaba.

Nos dirigíamos por una computadora a la biblioteca y es que hoy nos toca exponer en clase de producción, si con mi querido novio; solo espero que no sea tan duro en sus comentarios porque no entiendo porque es tan estricto conmigo.

–Al menos deberías intentarlo– sugirió de nuevo. – Deberíamos tener privilegios.

–creo que es lo que menos que tenemos con él– respondí riéndome ante sus regaños y es que mis amigas y yo nos la pasábamos en el chisme y a él le enojaba demasiado.

Nos quedamos calladas por unos segundos hasta que siento un codazo en mi costado, la miro con confusión y solo me hace un gesto para que vea frente a mí.

–¿ese no es el tipo del congreso? – me susurra y es el güerito se aproxima hacia nosotros con la misma chica descolorida.

–Sí es él. –susurro.

Mi mirada se cruza con la del chico, hace mucho que no lo veía y me pregunto ¿Qué había pasado con él? Tenia curiosidad. Obviamente nos reconocemos, a final de cuentas desayunamos juntos el ultimo día de conferencias; estoy a punto de saludarlo, pero la mirada intensa de su acompañante hace que me arrepienta por lo que solo le sonrió un poco, él me devuelve la sonrisa y seguimos nuestros caminos.

–Uyyyy, tu novio tiene competencia– dice Gloria al ver el intercambio. –cuidado Andy, estas en terreno peligroso.

–Solo nos sonreímos.

–Así se empieza.

No yo estaba demasiado bien con Ernesto como para cagarla con el güerito, porque si bien no niego que esta guapo y mas joven si que no hay nada ni habrá absolutamente nada mientras yo esté en una relación estable con Ernesto y dejar a mi novio sería algo estúpido después de estar tras de él durante mucho tiempo.

Obviamente seguía teniendo la idea de cambiarme a un departamento para mi sola, de hecho, Frank insistía en que me saliera de casa de Ernesto lo antes posible antes de que me acostumbrara a tantas comodidades y sobre todo antes de que llegara Diego, eso ultimo quería evitarlo a toda costa.

Mi jornada escolar termina y me encuentro esperando el camión, últimamente viajo mas en camión que antes y es que mi horario no coincidía con el de Ernesto y la verdad no quería que perdiera mucho tiempo cruzando la ciudad para llegar por mi ya que tanto su oficina como la otra universidad quedaban lejos del campus.

Así que tenia que sufrir el infierno de calor a las 3:00 pm, las cumbias que ponía el chofer, solo espero que el tipo que anuncia las rutas afuera del campus no se subiera una vez más porque el otro día se sentó al lado de mí, que además iba viendo mi escote y que intento sacarme conversación incontables veces pues decir que me sentí incomoda es quedarse corto.

Llego a casa de Ernesto y hago la misma rutina del ultimo mes, dejo la mochila en la sala porque quiero hacer tarea; saco los tazones de la lonchera y tiro la comida sobrante o sea casi toda y por último comienzo a hacer a comida, es lo único que me pide hacer Ernesto así que lo hago con todo gusto.

Decidí hacer una ensalada de aguacate, pasta y pescado; era algo sencillo y rápido porque las ganas de cocinar se habían ido en cuanto vi la comida que tire hacia un rato, tenia el estomago cerrado, me dolía la cabeza y lo único que quería era dormir.




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