Close to you

Capítulo XXVII: Problemas

Después de unos minutos, no sé cuántos sinceramente, pero puedo decir que la espera se me hizo eterna hasta que me dieron los resultados. Pago los análisis y salgo del local.

Camino con rapidez hacia casa de Ernesto, las manos y las piernas me tiemblan y solo puedo rogar a señor todo poderoso que solo sea un susto, que no esté embarazada, que todo esto sea por mis tonterías de no querer comer.

–Por favor, por favor no– susurro abriendo el sobre. – Prometo volver a comer… por favor no…

Mis ojos pasan con rapidez aquellas líneas, hasta que llego a lo que verdaderamente me concierne.

Carajo, maldita sea.

–positivo– leí en voz alta llena de pesar en mi voz.

Estúpida, eres una estúpida ¿y ahora que pendeja?

Me di de topes contra la pared, sin lastimarme obviamente. Soy una estúpida, nada mas a mi se me ocurre tener relaciones sin condón, ya había pasado un susto, pero Jocelyn me había ayudado con el problema además fue al día siguiente, esta vez tonta de mí no pensó en las consecuencias.

Mi madre. Esa mujer me mataría y después me apoyaría, pero primero me mata, mi abuela lo primero que dirá es que soy una pendeja. ¿y qué decir de mis hermanos? Ellos si que me mataran.

Tengo que admitir que siempre he soñado con una familia, pero no ahora, no así, no con 20 años ¿Qué se hace a los 20 años con un bebé?

Camino dando vueltas por la habitación. Adiós a mi carrera, eso es lo único que pienso, adiós maestría, el doctorado, adiós a mis amigas… ¿qué voy a hacer? ¿Cómo se lo diré a Ernesto? A decir verdad, me preocupa más mi familia que Ernesto y es que ese hombre siempre me ha apoyado además estamos en una relación seria y sabe lo que hacemos; un bebe se hace con dos personas, así que me vale tiene que apoyarme.

¿Por qué lo hará verdad?

¿verdad?

Igual y no lo hace me digo mentalmente horas después al verlo iracundo. Se lo había dicho después de comer (porque esta vez lo hice) y es que en mi defesa estoy asustada, no sé qué hacer, y cuando terminamos de comer las palabras salieron solitas.

–No puede ser– susurra dando vueltas, tal como lo hice yo en la mañana, y se jala el cabello con desesperación– No puede ser verdad ¿Cómo es que paso?

Abro la boca para responder algo gracioso, pero él voltea a verme enojado y solo dice <no respondas>.

–¿Cuántas semanas? – Inquiere después de unos minutos.

–Supongo que no muchas– me encojo de hombros y paso saliva en un intento porque el nudo en mi garganta se deshaga.

Doy un pequeño salto en mi silla cuando me mira iracundo, me acorrala en la silla y su cara está cerca de la mía.

–¿no muchas? – dice frente a mí. –¿¡No muchas!?

–Ernesto cálmate– digo estremecida, definitivamente no esperaba esta reacción–por favor, yo estoy asustada y haces que esto empeore, pero juntos podemos salir adelante.

Él ignora mis palabras y se va en dirección a su despacho. Lo sigo confundida, las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero intento no dejarlas salir, tenemos que resolver esto.

–¿Qué haces? –pregunto cuando lo veo sacar su chequera, claramente me ignora y escribe.

Las ideas llegan a mi cabeza, no soy tonta, o sea sí pero no tanto. Se cuál será su “solución”, no puedo permitir esto, va en contra de mis ideas, pero no digo nada cuando Ernesto completamente enojado y tenso se para frente a mí y me tiende un cheque.

–Es suficiente para resolver el problema.

Mis manos tiemblan cuando tomo el cheque, veo la cantidad y es relativamente alta. No puedo hacer esto sin luchar, me niego. Es inaudito que no acepte a este bebe cuando tiene otro hijo ¿o será porque este será mío? Inconscientemente llevo mis manos a mi vientre ¿será que trato de protegerlo? Ante el gesto, Ernesto aprieta sus dientes.

–Él o ella no es un problema – susurre con tristeza– Es nuestro hijo.

–eres solo una niña. –niega con la cabeza y sonríe con burla.

–eso no pensabas mientras me cogías ¿no? – imbécil, doblemente estúpido, cabron de mierda– ¿Qué es diferencia hay entre mi hijo y Diego?

–No metas a Diego en esto.

–Lo meto porque también es tu hijo ahora dime ¿Cuál es la diferencia?

–Andrea no vamos a ser una familia feliz ¿entiendes mi punto? – dice mirándome más tranquilo– no es el objetivo de esta relación.

–si lo entiendo– claro que lo entendía, ahora más que nunca– Resolveré el problema.

–bien, vayamos a descansar.

Si pensaba que iba a compartir cama con él, estaba muy equivocado.

–¿A dónde vas? – pregunta cuando ve que no lo sigo.

–A la sala.

Agarro un cojín y lo pongo en el sillón más largo y por una vez agradezco el calor infernal de marzo.

Justo antes de dormirme mando un mensaje a las personas que pensé que no volvería a dirigirles la palabra; abro el grupo donde solo estamos las tres y no dudo en enviar el mensaje.

Andy: Las necesito.

Jocelyn: Vaya vaya, ¿miren quien regreso?

Tiare: ¿Qué ha pasado?

Andy: ¿podemos vernos mañana?

Jocelyn: Mañana en casa de Tiare a las 12:00.

 

Veo a Tiare y a Jocelyn después de contarles la situación con lujo de detalles tal como le gusta a Jocelyn. Mientras Tiare me ve con preocupación y cierta lastima, Jocelyn es un volcán a punto de hacer erección.

–estas bien pendeja. – dice finalmente Jocelyn. –wey te dije que fueras al ginecólogo, incluso te dije que yo te acompañaba, además hay condones, hay pastillas del día siguiente. Tonta, eres una tonta.

Que me diga algo que no sepa.

Wey no seas tan culera con ella– dice Tiare– necesita nuestro apoyo no tus regaños.




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