Close to you

Capítulo XXXXIII: De oficinas y café

Había pasado un mes desde mi integración a la candidatura del Dr. López, todo estaba relativamente tranquilo y puedo decir que mi trabajo, por el momento, ha terminado, cosa que me alegra porque no quería seguir con eso de la política.

La candidatura estaba a punto de terminar, ya solo faltaban las votaciones que se llevarían a cabo el viernes, así que solo tocaba esperar.

De ahí en fuera, me encontraba tranquila, mi relación con Dante seguía, mi amistad con Oliver cada vez se afianzaba más y con referencia a Ernesto pues al menos puedo verlo y comentar mas en clase, sin temor a ponerme nerviosa; creo que se me esta yendo poco a poco el encanto.

Puedo decir, que poco a poco mis sentimientos por él se han ido desvaneciendo, de a poco, pero voy bien, incluso estoy pensando en pedirle a Dante que sea mi novio, ya se, es muy raro, pero siento que Dante esta aguardando a que me sienta preparada para una relación, y no sé, creo que ya es momento de avanzar con él y dejar todo atrás.

Estoy en clase de planeación financiera, justo estaba peleándome con mi calculadora porque no me salía bien el costo absorbente, tan enfrascada estoy en mi calculadora que no me doy cuenta cuando tocan la puerta del salón.

–Andrea…– me llama la maestra, volteo y veo a la maestra en la puerta junto a un señor.

–¿si? –digo con extrañesa.

–Debes acompañar al profesor a direccion– dice mi maestra con cierto deje de preocupacion.

–Si… esto ¿les encargo mis cosas? Por favor– les pido a Xiomara y a Gloria– espero no tardar.

–si amiga, no te preocupes–dijo Xiomara.

Me levanto de mi asiento y tomo mi celular de la mochila, sin mas salgo del salon con el profesor.

–Buenas tardes, señorita Gamez– me saludo el hombre.

Suponia que era un profesor aunque nunca lo habia visto en el campus, era un hombre de mediana estatura, suponia que tenia alrededor de cincuenta por la calvicie y su peso, lo que si me sorprende es la seriedad con la que me trata.

–Buenas tardes– le duelvo el saludo y emprendemos nuestra marcha.

En el trayecto no hablamos, cada vez me siento mas incomoda y la verdad es que no me imagino porque tengo que ir a direccion, digo a nadie llaman a direccion, soy jefa de grupo pero no soy alguien tan importante.

En fin, tomamos el ascensor y subimos hasta el quinto piso donde esta la oficina del director actual.

De repente mi corazon empieza a retumbar en mi pecho y siento que algo no va bien, y dicha sensacion asciende cuando veo a Ernesto saliendo de la oficina del director.

El profesor que me acompaño ingresa a la oficina del director junto con la secretaria.

Miro asustada a Ernesto, pero este se detiene por un breve momento junto a mi.

–Niega todo– susurra y si ya estaba asustada ahora estoy aterrorizada.

–El director la atendera ahora– dijo la secretaria.

Paso saliva y camino hasta la oficina.

–Buenas tardes– saludo en cuanto entro a la amplia oficina del director.

Puedo decir que era la primera vez que venia a su oficina ademas solo habia visto a este hombre en conferencias y en muy escasas.

–Pasa Andrea– dice amablemente el Dr. Zapata–Toma asiento, por favor.

–Gracias– mi voz sale tranquila y tomo asiento.

El director es un hombre alto, delgado y relativamente joven, moreno, debe tener unos 45 años, aunque las entradas en su cabello oscuro no le favorecen mucho, algo que le atribuyo es su semblante tranquilo, solo espero que no sea alguien pasivo-agresivo.

–El coordinador de tu carrera me ha hecho llegar tu acta de calificaciones– dijo señalandome tres hojas– Excelentes por cierto, dos reprobas pero pasadas con buena nota…

Sonrio y muevo mi pierda izquieda con inquietud, no creo que me haya citado aquí solo para hablar de mis calificaciones.

–Asistes a conferencias, jefa de grupo, organizadora de un par de eventos dentro de la escuela– dijo rascando su escasa barba– una conducta intachable… justo como la del Dr. Marin.

No muestro ningun signo de emocion ante la mencion de Ernesto. Tenia ya la ligera sospecha de porque estoy aquí y se me hace de lo mas extraño ya que yo no tengo una relacion con Ernesto.

–No entiendo que tiene que ver el Dr. Marin conmigo– le digo con tranquilidad, me acomodo mejor en la silla y sonrio– Si puediera ser mas claro, por favor.

–Me han hecho llegar este formulario– me tiende tres paginas, las tomo y la energia escapa de mi cuerpo al leer las primeras palabras– El Dr. Marin y usted estan acusados de mantener una relacion sentimental.

Leo la primera pagina, obviamente no dice el nombre de quien nos denuncio, pero si viene la posicion de Ernesto, la mia, el nivel jerarquico que ocupa Ernesto dentro de la universidad, viene ademas si actualmente Ernesto es mi profesor, que materia me imparte, nuestras edades. Paso a la siguiente pagina y viene una parte que describe nuestra conducta inadecuada.

Me tiemblan las manos del coraje al leer lo siguiente:

La señorita Gamez y el profesor Marin mantienen una relacion desde hace aproximadamente un año. Desde mensajes de texto, e-mails institucionales y encuentros furtivos dentro de la escuela, la inmoralidad de dichos individuos es denigrante hacia todos nosotros y mas esta decir que la señorita ha sido favorecida por el profesor tanto en calificaciones como en otras actividades.

Tengo la seguridad de decir que estuvieron viviendo juntos y que ademas sus amigos la encubrian en varias ocaciones.

El denunciante anota sus evidencias aunque no estan anexadas en el formulario.

Termino de leer el formulario y la verdad es que no se como sentirme, si dure aproximadamente un año con Ernesto pero aquella estaba terminada. Ademas la denuncia incluia a mis amigos, era ilogico aquello.




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