Clóset

—Terminamos.

Me quedé perplejo al escuchar esa palabra.

— ¿Qué dijiste?

—Terminamos, ya hasta aquí llegó, game over, no te quiero, ¿en qué idioma te lo digo?

—Pero ¿por qué?

—No sé, simplemente ya no es lo mismo, tal vez me guste alguien más, no sé, solo sé que hasta aquí llegó esto.

Fruncí el ceño aún sin entender, pero ayer estábamos bien, o al menos eso creía.

Ella se levantó del asiento y cogió su bolso—Buena vida, adiós.

Se fue sin más, dejándome aún más confundido y la factura del café.

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—Hoy en mi casa, descontrol a las 9, tenemos que celebrar la vida.

— ¿Qué vida?

—Toda y ninguna, traigan ron, cerveza, stoli, lo que sea, hasta agua de panti si es posible, pero hoy beberemos hasta que nuestros calzones estén en nuestras cabezas.

— ¿y quiénes van a ir?

—Todos, esas puertas estarán más abiertas que las putas que llevas a tu casa, ok no, pero estarán abiertas.

—Le diré a todos.

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—Loco, cambia esa cara, hay más chicas en el mar.

—Pero ninguna es como ella.

—Ni modo, esa es la idea…Mira hay una fiesta hoy, vamos te consigues otra, te diviertes y te olvida que tu novia te dejo.

—Gracias por recordármelo, iré pero no prometo hacer nada.

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Llegamos a la fiesta, vimos a mucha gente fumando, bebiendo, perreando, en verdad no me sentía en mi ambiente, solo fui por mi amigo.

—Hey, Alex —dijo un tipo acercándose a mi amigo.

— ¡Bro!, what‘s up? —dijo Alex  mientras se chocaban los puños.

—Él es mi amigo C.

—What’s up, C, no te había visto nunca, ¿alguna vez que había venido?

—No, lo dejo la novia y está un poquito down.

—Oh, pero ese resuelve de una—paso su brazo por mis hombros—Te hare olvidar hasta tu propio nombre.

Caminamos entre la multitud hasta llegar a la cocina donde había otro grupo reunido.

—Chicos, él es C, tiene un 269 y tenemos que ayudarlo.

Me pusieron en medio del círculo, y empezaron a ligar unas bebidas, entre risas, jugar beer pong, la música cada vez era más fuerte y me sentía cada vez más mareado, en mi sistema solo había alcohol y aunque no quería parar sabia que debía hacerlo.

Caminé hacia el baño, o bueno para donde yo creía que era el baño, pero llegué a una habitación, de pronto se me entró una tristeza profunda, a ella le gustaban las habitaciones, me senté en la cama y luego miré otra puerta, tal vez era el baño, caminé hacia ella y descubrí que era un closet, me senté dentro, cerré la puerta y me puse a llorar.

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Dejé de besar a una y luego volteé a besar a la otra.

—Chicas ustedes están on fire, pero yo tengo que ir al baño, ahora vuelvo.

—No tardes mucho—dijo una guiñándome el ojo.  

Si ellas supieran que ni siquiera sé sus nombres.

Caminé hacia el baño, pero no a cualquier baño, ni loco iba a ir al baño común, debe estar infectado de quien sabe qué con toda la gente que está aquí, entré a la habitación principal, la cual era la habitación de mi tía, fui al baño y al salir escuché unos sollozos provenientes del….¿clóset?

Abrí la puerta y entré, encontré a un tipo llorando al lado de los zapatos.

— ¿Qué tú haces aquí? —pregunté.

— ¿Quién tú eres? —respondió.

—Soy el primo del que hizo la fiesta.

—Una muy buena fiesta, me divertí.

Me senté a su lado.

— ¿Qué haces aquí solito?

—Me dejo mi novia.

—Oh, qué triste.

 —Y yo no sé porqué, yo beso bien y soy buen novio, pero para ella al parecer no fui suficiente, ¿por quién crees que me cambió? Espero que sea Chris Evans mínimo.

Este chico está tan borracho, pero al mismo tiempo tan…comestible.

— ¿Quieres olvidarte de ella?

— ¿Cómo lo hago?

—Cierra los ojos….

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Cerré los ojos dudoso, estoy borracho sí, pero una parte de mi no.

Sentí su aliento, olía a ron.

Sus labios impactaron con los míos, estaban húmedos, mis labios reaccionaron a los de él y sentí su lengua dentro de mi boca, sus manos acariciaron mi cara y las mías se apoyaron de sus hombros.

Sus labios, su toque, besaba tan bien que por unas milésimas de segundos me olvidé hasta de mi nombre, luego él se separó.

— ¿Ya la olvidaste?

—No—y lo volví a besar.

Fin.