Es una noche lluviosa, veo por la ventana y lo que mis ojos miran es una noche triste. Ese sentimiento inunda mi cuerpo, la tristeza se apodera de mi, las lágrimas se adueñan de mi rostro cayendo sin cesar y no sé como detenerlas.
Así mismo me siento yo todas las malditas noches y hay veces, en que las nubes grises me acompañan dejando caer su lluvia.