Tierras bastardas, así es como termine apodando a este lugar, y con razón justa y aparente. No hay nada en este lugar que tenga vida y por el contrario todo parece perecer, estar podrido o abandonado en una oscuridad que te cega y te imposibilita caminar.
No sirve de mucho pedir ayuda pues realmente era la única que me encontraba en aquel sitio o al menos con vida pues hasta los árboles que podía observar parecían estar secos como si sus mismas raíces los hubieran absorbido.
Técnicamente las tierras bastardas no eran más que una réplica de nuestra realidad con unas cuantas diferencias, como que el sol no brilla si no que es como una nubosidad de color grisácea detrás de lo que aparentaban ser nubes, muy similares a las que anuncian aguacero, solo que aquí no hay lluvia o almenos nunca he presenciado una en este lugar, en realidad ni siquiera he visto que anochesca no importa el tiempo que estuviese perdida aquí.
-dios que helado esta-
Ahora mismo la estructura del colegio se veía mucho más deteriorada, incluso algunas paredes parecían haber sido quemadas al igual que las estatuas.
-demonios como regreso?-
Un gemido ahogado y lleno de sufrimiento se escuchó a lo lejos mientras avanzaba por los diversos escombros, aquello no era una buena señal.
-lo que me faltaba -susurre mientras me cubría con los escombros de un costado y cenizas del suelo mientras cubría mi boca para evitar emitir cualquier sonido.
Y es que no era la primera vez queme encontraba con aquella criatura, era una de las razones de por qué odiaba llegar allí.
Un ser humanoide alto y delgado pero inacabado, desde la espesa neblina podrías confundir su silueta con un humano cualquiera pero en cuanto te acercas ves como su forma se desvía hasta desfigurarse, con sus brazos casi tocando el suelo y dedos que parecieran estar hechos de ceniza compacta.
Podía ver su silueta deslizarse entre los escombros en completo silencio como una verdadera sombra como si su sola presencia hiciese que los sonidos de todo el lugar se apagasen para emitir un sonido gutural que te hace incomodar desde muy dentro como si se rayara un disco con una aguja dentro de tus propios oídos.
tape con mis manos mis oídos pero era difícil tolerar aquel desgarrador sonido sin emitir ningún sonido.
-mierda-
Aquella silueta voltio mostrando lo que parecía una máscara de porcelana repleta de grietas sobre ceniza prendida abriéndose ante mí, mientras vociferaba tan agudo que sentía que reventaría mis oídos.
Corrí al interior de la escuela escaleras arriba evitando mirar hacia atrás, el pasillo del segundo piso estaba hecho un desastre con pedazos de muro en el suelo y algunas de las estatuas infectadas de una extraña plaga oscura, entre a un aula y me escondí detrás de unos pupitres encima dos unos en otros mientras me aferraba en no respirar ni hacer sonido.
Aquella cosa solo se detuvo en la entrada del aula por unos segundos pero tras escuchar un ruido a lo lejos desapareció igual que una sombra entre las ventanas.
-necesito volver ..
Y he aquí la complejidad del asunto, no es sencillamente volver o querer hacerlo, es como despertar de una pesadilla eterna entre más lo deseas más difícil se hace.
A veces bastaba con solo cruzar una puerta para sentir que despertaba de un sueño muy largo, pero entre más me adentraba a este lugar más difícil se hacía encontrar aquel “umbral” como si mi yo se disolviera o se fundiera con este lugar.
“Hey, estás bien?”
Un susurro emergió. Curioso, ya que ni brisa había en ese lugar, trate de ignorarlo pero nuevamente se hizo escuchar.
“No busco hacerte daño, puedo guiarte”
-como puedo confiar en ti?- silencio.
“¿Confías en Eli?
Si confías en ella confía en mí”
-bien, guíame
Algo en su voz no sonaba engañosa, sonaba cálida o al menos mucho más de los ecos que retumbaban en las paredes.
“Sube al tercer piso, allí está lo que buscas, justo encima de ti ahora mismo”
Perfecto. No necesitaba más charla que la necesaria, además aún no sabía qué o quién era el que me hablaba pero una cosa es segura, es la primera vez que no me siento tan perdida y sola en este lugar.
-bien aquí voy.
Las baldosas crujían así que debía ir con el mayor cuidado para evitar alarmar a las criaturas que se encontraban en el piso de abajo, mientras no llame su atención podría subir por la escalera sin tanto problema.
Parte de ella se encontraba desplomada y la otra parte estaba cubierta de aquella plaga oscura.
“Apresúrate”
A pesar del estado, aún podría usarla para trepar, solo debía ser cuidadosa, cada escalón era una decisión. Algunos peldaños parecían deshacerse de solo mirarlos y otros posiblemente me delatarían por solo apoyarme en ellos. Equivocarse era caer, y caer era el menor de mis problemas.
Debía subir sin ser vista, así que escalón que tocaba aguardaba con fe con la respiración atrapada en mi pecho.
Un salto en falso y solo resbale, la tierra sobre el escalón como arena se deslizó, y aunque podría ser algo imperceptible era más que suficiente.
“Corre”
Ya no importaba el ruido, solo brinque por los tres escalones restantes hasta el segundo piso, trepe por unos casilleros desplomados en el pasillo y empuje algunos pupitres arrinconados como una barricada oxidada, mis manos estaban sucias y con algunos cortes pero no importaba, no me detuve, allí estaba la puerta.
Aquella extraña voz me había dicho que el umbral estaba en la sala sobre mi.
Corrí.
Era todo o nada, solo quería volver.
Y cruce.
Pero nada sucedió.
Nada ocurrió, todo seguía exactamente igual
-hey no es el umbral correcto..
Silencio.
-¿Me estás jodiendo?!--grite.
Pronto sentí el piso bajo mi vibrar y ondular como si un terremoto sacudiese el edificio.
Bastaba de mirar de reojo para ver por los dos extremos del pasillo como las criaturas seguían mi rastro.
#639 en Paranormal
#1132 en Ciencia ficción
paranormal romance amor imposible, paranormal misterio fantasmas espiritus, paranormal romance
Editado: 23.09.2025