Cociendo tu corazón

Capítulo 5: Las llaves

La expresión de los presentes no fue muy buena, en especial la de la cuñada de Tea

–Susana, ¿cómo estás?, tiene mucho rato que no te veo.--dijo tea.

–¿Por qué mi cuñada está tan alcoholizada?–preguntó Susana.

–Pues llegó hecha un desastre, dijo que su marido la engañó y…–Mario, se detuvo un momento a analizar lo que está diciendo y la situación en la que se encuentra – Tu eres su cuñada ¿Verdad?.

–Si –Dijo un poco sacada de onda–Me está diciendo que mi her–.

–Es culpa de él, él me dijo que nos fuéramos en su coche.--Señaló a Emiliano y lo acusó.

–¿Mi culpa?, tu me dijiste que nos estaba persiguiendo un mombi

–¡Zombi!, ¿Por qué no se te quedan las palabras? –Dijo enojada– ¡Todos los hombres son iguales!

–¡Eso no es cierto!, yo no soy haci, solo por que te toco un infiel no es mi culpa, no generalices. –Dijo Emiliano muy enojado y ofendido.

Ambos se enojaron y se pusieron de espaldas uno al otro.

–Bueno, quitando las conversaciones anteriores, ¿Ya nos podemos ir? La verdad tengo sueño. –Dijo en amigo de Emiliano

–Si es lo mejor, yo todavía tengo que lavar algunos vasos. –Dijo Mario con expresión de cansancio

–Ustedes dos carguen a la chica y yo a Emiliano. –Dijo el amigo de Emiliano

Sin problema cargo a Emiliano, Susana y Mario si les costó un poco levantar a Tea, más por que comenzó a ponerse un poco testaruda.

–Mamá, no quiero ir a la escuela. –Dijo y se quiso volver al suelo, pero no pudo.

Comenzaron a caminar, muy lentamente, Tea vio a Emiliano ser cargado por su amigo y se puso a gritarle.

–¡Emiliano!, me dijiste que te gustaban las chicas, no que también te gustaban los de la otra banqueta. –Dijo mientras la cargan y luchan por no tirarla y no caerse.

A Emiliano le dio risa y al estar borracho no pensó lo que decía –¡Cállese cornuda!. –Le gritó y se volvió a voltear.

–¿Cómo me dijiste?, ¡te recuerdo que tu esposa le valió tu presencia para estar con amante!--grito enojada y luchando por zafarse de Mario y Susana.

–Si no deja de moverse nos va a tirar–Le dijo a Susana.

¡Ricardo!, calla a ese borracho y apurate–Le gritó a los dos hombres que caminan delante de ellos,

–Ja no me digas, y quien tiene un video de la amante en el baño…–-Dijo sin voltear atrás.

–-Emiliano, ya calmate, parecen niños chiquitos–dijo y lo reprendió–Además, ni la conoces, ni sabes si su familia es de dinero, que tal si recuerda todo de mala manera y te va mal, no seas…

Y sin esperarlo ni imaginarlo y como si de un par de presas, les cayó un león, pero solo se comió a uno, Tea se liberó tirando a Mario y a Susana, corriendo y se aventó a Emiliano, el al estar borracho cayó sin empujarlo con mucha fuerza, y le comenzó a pegar, Ricardo se quitó y se alejó, pues no quería terminar en el piso.

–Cómo te atreves.--Dijo y comenzó a llorar golpeándolo–Yo te dije que eso me lastimo mucho.

–Pues a mi también me dolió, es doloso que me recuerdes a esa mujer.--Emiliano se quejó y comenzó a sollozar.

Y ambos comenzaron a llorar–Perdóname, no era mi intención recordarte algo feo–Le dijo Emiliano a Tea–No, tu disculpame a mi, no debí decirte eso.

y de los golpes pasaron a los abrazos y a los lloriqueos, Ricardo, sin saber que hacer fue a ayudar a Susana y a Mario.

–¿Están bien?--Preguntó Ricardo y se volteo a ver a Mario–¿Te ayudo?--le dijo–No gracias, estoy bien.

Se voltearon a ver a los borrachos, que estaban llorando y abrazados como si fueran niños.

–Una disculpa por los problemas que está causando mi cuñada, no entiendo nada de esta situación.--Susana se disculpó con Ricardo.

–No se preocupe señorita, la disculpa se la debo yo a ustedes, el no se comporta tan…–lo volteo a ver, estaba llorando disculpándose con Tea. –Infantil– terminó su frase.–solo que sufrió un poco con la traición de su ex esposa.

El teléfono de Susana comenzó a sonar.

–Permítanme, es mi esposo, ¿Bueno?...

Mientras ellos esperaban a Susana, Tea y Emiliano, se calmaron y comenzaron a platicar.

–Perdoname, por lo borracho dije cosas que no.-- Dijo Tea.

–-Perdoname tu a mi, yo debi comportarme como un caballero, no como un patán, sabes, me caiste bien, ¿Que te parece si vamos a otro lugar donde podamos tomar?--Dijo Emiliano.

–Estaría bien, pero ya nos vamos a ir, tu a tu casa y yo…supongo que a un hotel, por que no hay donde me quede.

–¿Pero mañana?, ¡vamos a divertirnos!, o mejor me dices cuando, toma.--Dijo Emiliano y le dio una tarjeta–Es mi número, me llamas y salimos.

Tea se emocionó, pues ya tenía mucho que no tenía un amigo, y aceptó la tarjeta.

–Yo te marco mañana, pero tienes que llevarme a un lugar interesante.

–¡Va!

Mientras ellos ya hacían planes, los tres adultos se ponían de acuerdo como se los llevarían.

–Mi esposo ya viene para acá, el se lleva a Tea, ¿Les ayudo con…?--Dijo Susana

–Emiliano–Completo la pregunta de Susana–Está bien, lo llevamos nosotros, ya no estamos tan lejos del carro.--Dijo Ricardo

– Buenas noches, o Días, ¿Dónde está Tea?--Saludando y preguntando llegó su esposo.

–Buenas noches, están sentados, la verdad intentamos llevarlos, pero…son muy infantiles tomados.

–No se preocupe, hace mucho que había visto a Tea borracha, pero es normal que sea tan infantil.--Dijo como si ya estuviera acostumbrado a las borracheras de Tea

Habló y se acercó a Tea.

–Loca, ¿Qué haces en el piso?, Tu mama te va a regañar, ven vamos por tus muñecas a tu cuarto.

Ricardo y Mario se quedaron pasmados, no sabían quién era más infantil, si los dos borrachos sentados o él hablándole a una adulta de 25 años como si tuviera 5.

–Pero, ¿puede venir?--señaló a Emiliano

–Sip, pero el ira después, nosotros nos adelantamos para ir a arreglar las muñecas.

–Está bien.

Ayudó a que se levantara, y la apoyó para que caminara.




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