Ricardo despertó con una patada que lo sacó de la jugada, digo de la cama, pues Emiliano se despertó.
—Pero que mierda te pasa, asi me agradeces haber ido por ti hasta el bar en la madrugada, eso es lo que me gano por buen amigo. —Se queja mientras se revuelca en el suelo del dolor.
—¿Qué pasó?. —Pregunta desconcertado.
—¡¡Pues lo que sucede todas las malditas noches carajo!!. —Le grita. —¡¡Sigues regresando al bar para olvidarla, solo que ahora te topas con una cachuda igual de loca que tú y…
Emiliano, cansado y queriendo pensar le lanza una almohada, dejando a Ricardo fuera de la jugada, Emiliano queriendo ir a buscar a la muchacha con la que estuvo en el bar sale disparado de la cama y busca sus llaves, pero no las encuentra y regresa con Ricardo.
—¿Dónde están mis llaves?. —levanta del cuello de la camisa a Ricardo para despertarlo, pues se quedó dormido.
—¿Crees que tengo ganas de buscarlas?. —Le dice con una cara de muerto en vida.
—Me vale si tienes ganas o no, mientras no las tengas ahi todo bien, dime en qué bolsillo las tienes y yo las busco. —Le dijo buscando en sus bolsillos.
—No las tengo, ayer las busqué en tu ropa pero no las encontré, supongo que las perdiste, o se las diste a ella. —Dijo sin pensarlo mucho.
—Se las di a Tea, si es cierto, yo no me las quede, no me dio su numero. —Se sentó en el suelo decepcionado.
Mientras tanto con Tea…
Tea, después de entrar al cuarto, solo se agacho a llorar, buscando papel en su bolso encontró las llaves y la tarjeta.
Con eso se acordó de su película que armó con el hombre del bar, y que las llaves no eran suyas, así que pensaba devolverlas, solo que las ganas se le quitaron por la vergüenza.
Regresamos con los otros 2…
Ricardo al ver a Emiliano triste, pues le tocó sacrificarse, le marcó a Mario, para ver si tiene el número de la chica
—Buenos días, una disculpa que te moleste, quería preguntar si sabes el número de la chica de ayer, se quedó las llaves de Emiliano.
—Buenos días, sabes, me encanta recibir llamadas de guapos en la mañana, si lo tengo, pero que me darás a cambio. —Dijo Mario a la otra línea.
—¿Te parece si te doy $1500 y las gracias?. —Dijo para librarse de la curva que venía.
—Qué te parece que si mejor vienes en la noche y me los das, ya de paso un beso. —Dijo en una forma coqueta.
—Está bien, pero sin el beso, de todas formas, voy a tener que ir por Emiliano. —Dijo rodando los ojos
—Te paso el numero por mensaje, hasta la noche papi. —Y con eso colgó la llamada y e llegó un mensaje, y marcó el número.
—¿A quién llamas?. —Dijo Emiliano
—A la muchacha de ayer. —Dijo y Emiliano se puso de nervios.
El celular sonó por un momento antes de que contestaran y fue directo al grano.
—Buenos días señorita Tea, al parecer las llaves de mi amigo se le quedaron a usted, me gustaría que me las devolviera para poder sacar el coche del bar. —Ricardito estába soportando el dolor y la mirada de Emiliano.
—Ya que mi buen amigo perdió las originales y las que usted posee en sus manos son la copia, podría decirme usted un punto de reunión para encontrarnos.
Tea sosteniendo el celular con fuerza dijo. —Buenos días, nos podríamos encontrar en un café, para la cruda jaja, perdón, en el café La polilla estaría bien para mi.
—La cruda que usted se carga, mi buen amigo ya anda viendo que me roba de mi armario para ir a verla y… —Lo interrumpieron, pues le quitaron el celular y le aventaron una camisa sudada, bueno eso escucho Tea.
—La vemos en el café La polilla, Tea. —y colgaron, Tea se puso roja, emocionada salió del cuarto pegando al cucaracho, buscando sus zapatos, pues tenía que llegar a devolver las llaves y ver a alguien...
holaa, soy yo de nuevo, ya acabo el semestre con migo, hasi que estare de regreso, jaja. gracias a los que han guardado y comentado, adios.