CAPÍTULO 93 : Alex-2
La atmósfera en el laboratorio se tornó densa, cargada de tensión y peligro palpable. Fénix y Alex se miraban fijamente, evaluándose como dos depredadores en la misma jungla, ambos sabiendo que el más mínimo movimiento podría desencadenar una batalla feroz.
Fénix podía sentirlo en el aire. Este chico no era simplemente una creación de Viktor; había algo más. Alex no solo irradiaba confianza juvenil, sino una presencia oscura y peligrosa, como un depredador listo para atacar. Y antes de que pudiera reaccionar, Alex se lanzó.
En un instante, Alex cruzó la distancia entre ellos con una velocidad cegadora. Fénix apenas tuvo tiempo de levantar sus manos para defenderse cuando un destello de acero oscuro cruzó su campo de visión. Sintió un dolor punzante en su ceja, seguido de un calor que se esparcía por su rostro. El filo de las uñas de Alex había dejado un tajo profundo en su ceja, y la sangre comenzó a gotear por el lado de su cara.
—"Vaya, chico,"— comentó Fénix, llevándose una mano a la herida y sintiendo la sangre caliente en sus dedos. Una sonrisa se dibujó en su rostro, casi divertida. —"Nada mal para un novato."—
Pero entonces, algo cambió. Fénix esperaba sentir la habitual picazón que precedía a su regeneración, el cosquilleo que indicaba que su cuerpo estaba cerrando la herida. Pero esa sensación no llegó. El corte seguía ahí, abierto, sangrando.
—"¿Qué demonios...?"— murmuró, mirando con incredulidad la sangre que aún brotaba de su ceja. Nunca había tenido problemas regenerativos antes; era prácticamente su segunda naturaleza.
Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Alex lanzó su siguiente movimiento. Con una velocidad y precisión sobrehumanas, su mano se alzó y se dirigió directo al hombro izquierdo de Fénix. No hubo tiempo para reaccionar. Los dedos de Alex, afilados como cuchillas, atravesaron la carne y el hueso de Fénix con facilidad. El sonido húmedo y desgarrador de la carne desgarrándose resonó en el laboratorio.
Fénix gritó de dolor cuando Alex atravesó su hombro con un golpe brutal. La fuerza del impacto fue suficiente para lanzarlo hacia atrás, atravesando una, dos, tres paredes de acero reforzado antes de estrellarse finalmente contra una columna. Cayó al suelo con un estruendo ensordecedor, dejando un rastro de polvo y escombros tras él. Su hombro estaba destrozado, colgando de un ángulo extraño; la sangre fluía libremente, empapando su ropa y el suelo.
Fénix se tambaleó para ponerse de pie, jadeando por el dolor. La sangre manchaba su frente y su brazo herido. Podía sentir que su cuerpo estaba tratando desesperadamente de sanar, pero algo lo estaba bloqueando. Su hombro seguía completamente destrozado, y el dolor se extendía como una marea negra.
—"¿Qué... demonios me hiciste?"— preguntó, su voz cargada de incredulidad y rabia.
Alex se acercó lentamente, disfrutando del momento, con una sonrisa satisfecha en su rostro. —"¿Esperabas que esto fuera como siempre? Tus heridas simplemente cerrándose, tu cuerpo curándose como si nada hubiera pasado. Lo siento, pero este no es ese tipo de juego, Fénix."—
Fénix entrecerró los ojos, luchando por mantenerse en pie. —"Habla claro, chico."—
Alex alzó las manos, mostrando sus garras. —"Mi sangre, Fénix. Está imbuida con un veneno especial, uno que inhibe la regeneración de los vampiros. Es un pequeño regalo de Viktor y los científicos de Antigen. Pensaron que sería útil contra alguien como tú."—
Fénix apretó los dientes, un destello de furia pasando por sus ojos. —"Bastardo... No me importan tus trucos. ¿Crees que un poco de veneno me va a detener?"—
Alex soltó una risa burlona. —"Oh, lo sé. No te detendrás. Pero ver cómo intentas mantenerte en pie mientras te rompo en pedazos es... divertido."—
Fénix apretó los puños, sintiendo la debilidad que se extendía por su cuerpo. Su regeneración, su ventaja más fiable, estaba completamente neutralizada. Sin embargo, eso solo parecía encender una chispa de determinación en él. —"Bueno, chico, si crees que este es el final, estás muy equivocado. Aún tengo algunas sorpresas bajo la manga."—
Alex se lanzó de nuevo, moviéndose como un rayo, pero esta vez Fénix estaba preparado. Con un movimiento rápido, esquivó el ataque inicial de Alex, girando su cuerpo hacia un lado para evitar otra embestida mortal. Usando su mano buena, lanzó un puñetazo directo a la cara de Alex, el impacto resonando como un trueno. Alex se tambaleó hacia atrás, su sonrisa de confianza desapareciendo por un segundo.
—"No subestimes los trucos de la vieja escuela"— gruñó Fénix."—
Pero sabía que tendría que ser más astuto y rápido. Alex era más joven, más fuerte en muchos sentidos, y su regeneración estaba bloqueada.
Fénix, con el dolor latiendo en su hombro destrozado y la sangre goteando de su ceja, sabía que quedarse peleando con Alex no era una opción. Necesitaba ganar tiempo, encontrar una ventaja, cualquier cosa. Alex se estaba recuperando rápido, listo para atacar de nuevo, así que Fénix tomó una decisión.
Con una explosión de velocidad, Fénix se lanzó hacia Alex antes de que este pudiera reaccionar. Con un movimiento hábil, sacó una daga de plata de su cinturón y, en un barrido rápido, cortó los tendones del pie derecho de Alex. El joven vampiro lanzó un grito de dolor cuando su pierna se dobló bajo su peso, incapaz de sostenerlo.
—"¡Maldito...!"— gritó Alex, tratando de levantarse, pero su pie no le respondía. Fénix aprovechó ese momento de debilidad para continuar. Sabía que quedarse aquí, en ese laboratorio frío y desolado, era una sentencia de muerte.
—"Lo siento, chico,"— dijo Fénix con una sonrisa torcida, sin mostrar piedad. —"Pero me voy. Puedes quedarte a lamerte las heridas."—
Fénix comenzó a caminar hacia la salida, su paso más lento y pesado de lo que le gustaría. Sentía el dolor punzante en su hombro con cada movimiento, y la sangre seguía goteando de su herida sin regenerar. Mientras avanzaba por los pasillos del complejo de Antigen, no pudo evitar dejar escapar una risa sarcástica, incluso a pesar del dolor.