Codiciados

Capítulo 9

Arrugaba una y otra vez el dobladillo de mi ropa, como ya se me hacía costumbre desde hace tiempo para cuando me sentía nerviosa por cualquier cosa.

Miraba sin tener algo fijo en que pensar. Escudriñaba la comida en mi plato, como si eso me fuese a dar las respuestas o la tranquilidad que tanto quería, sin siquiera dignarme a comer algo. Y no fue hasta que mi madre alzó la voz, que pude salir de mi trance.

—¡Lira! —El sobresalto se plasmó en mi cara cuando oí el grito— ¿No me estabas escuchando? ¿Qué te sucede? —con el entrecejo fruncido, me miraba atenta a cualquier detalle.

Era obvio que notaría algo extraño en mí. Sentados los cinco en la mesa y siendo la única que no ha tocado su comida, creo que es obvio. Supongo que no me esforcé en disimular demasiado.

—Solo estoy algo distraída… —me excusé.

—¿Segura que te sientes bien? —Mi hermano menor, Eliot, tan preocupado por todos como siempre—. Nos dijiste que te estaba siendo fácil el instituto ¿Acaso no era así?

—No, no, no es eso —reí un poco por su rostro de tristeza— Es solo que es un ritmo diferente a lo que es la escuela, solo debo terminar de acostumbrarme a eso…

—Debes practicar tus enseñanzas Lira… —interrumpió Luna. Hermana melliza de Eliot— ¡Si alguien te molesta! ¡PATEA SU HORRIBLE CULO JAJAJA! —alzó uno de sus brazos al aire en una pose victoriosa.

Nadie hizo ni el más mínimo ruido, logrando que Luna solo se sentara en silencio. Sin escaparse del regaño de mamá

—¡Cuida tu lenguaje señorita! —regañó mamá, ganándose un sonrojo por parte de Luna, quien solo se volvió a sentar.

Todos comenzamos a reírnos ante la improvisada idea de Luna, de las cuales ya nos habíamos acostumbrado.

Intenté sacar mis preocupaciones de mi cabeza por ahora. Al menos en la comida, quería poder hablar tranquilamente con mi familia y así no preocuparlos de más.

Por suerte la cena terminó bastante rápido, bueno, cuando tenemos temas de los que conversar, el tiempo pasa más rápido de lo que nos gustaría.

Lo cual agradecí bastante. Solo quería poder distraerme un momento.

Eliot y Luna se encargaron de levantar los platos de la mesa y lavarlos una vez que terminamos, mi padre atendía una llamada y mi madre terminaba de limpiar algunos muebles.

Sonará de perezosa, pero yo no me levanté.

Sin siquiera darme cuenta, todos hacían algo menos yo, solo estaba sentada con la mirada perdida en la mesa.

Realmente me tiene los pelos de punta todo ese jodido asunto de la maestra Bridget y el equipo elemental.

—…Debes esconderte…

¿Qué?

Me volteé a todos lados para ver quien me hablaba. Pero no tuve que pensar demasiado para adivinar quien era la persona que se encargaba de hacer las malas bromas en esta casa…

Luna… —suspiré—. Deja de hacer eso…

—¿Me hablaste Lira? —gritó desde la cocina a mis espaldas.

La ignoré.

…Ella vendrá…

Luna debería dejar de jugar. No siempre es divertido.

…Ya sabe quién eres…

¿Por qué no lo deja de una vez?

…Corre…

¿Luna no lo va a dejar?

… ¡ESCONDETE!...

—Luna ya detente… —Las palabras se me deslizaban entre dientes. Cerré los ojos, masajeando mi cien.

¡Mantente oculta!

Luna… —gruñí.

¡NO DEJES QUE TE VEA!

¡Ya basta Luna! —grité poniéndome en pie, buscando con la mirada a la niña que me molestaba.

—¿De qué hablas Lira? —entró como si nada, con un plato a medio secar en la mano.

—¿Qué pasa Lira? Luna no hizo nada… —defendió Eliot.

—Deja de susurrarme cosas ¿Quieres? ¿Qué es eso de esconderme, que ella me verá? —Respiré hondo intentando calmarme—. No sé qué es lo que haces, pero ya debes parar. Estoy muy cansada como para tolerar tus bromas ahora —regañé, solo para encontrarme con dos miradas perdidas.

—¿Qué está pasando Lira? —llegó mi padre— ¿A qué viene todo esto de regañar a tus hermanos?

—Luna no ha parado de susurrarme cosas para molestarme… —Me crucé de brazos.

—¿Es cierto Luna? —la miró con reproche.

—¡No! No es cierto. Estaba secando los platos mientras hablaba con Eliot y de la nada, Lira comenzó a gritar mi nombre, pero no sé de qué me está hablando…

—Lo que dice Luna es cierto papá… Luna hablaba conmigo cuando Lira gritó.

Mi padre se volteó hacía mí, con una clara pregunta en su rostro, y con un poco de irritación.

¿Por qué estaba gritando entonces?

No sabía que decir, Yo estaba segura de que era Luna quien me molestaba, pero si no era ella… ¿Entonces quién?

Lo último para mí, sería enterarme que estoy comenzando a alucinar e imaginar cosas que no son.




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