Codiciados

Capítulo 17

Necesito comenzar a aprender de todo ahora. Lo que sea sobre magia, conjuros, hechizos y sobre las runas antiguas. No me debería quedar atrás, ya que no parece que los maestros nos enseñen sobre eso ahora, porque no sería prudente.

Se acercan las semanas de descanso debido al invierno. No nos queda mucho tiempo hasta que tengamos esos días. Aunque sigo sin poder procesar el hecho de que solo llevo medio año en este instituto, y pareciera que he vivido más cosas que cualquier otro alumno de este lugar.

No me agrada esa idea.

Hace más o menos un mes, comencé a alejarme de Susan y Lira. Aunque sé bien que estas cosas suelen pasar muy seguido, supongo que en el fondo yo si quería ser su amigo.

Al mismo tiempo, lo que pasó lo de la fiesta De Peterman…

Ese es el foco que tengo para poder trabajar en los hechizos. Fintar no estaba segura, pero de todas formas aceptó. Aunque creo que no tuvo demasiadas opciones.

No me estoy dejando tener opciones. Ahora que soy consciente de lo que pasa alrededor, no es bueno que me quede a medias sin aprender nada.

No tengo entendido muy bien cómo se aprende para hacer conjuros o hechizos, porque no tengo libros que me ayuden a aprender, pero tendré que buscar la forma de algún modo.

Busqué por casi todos los lados de la biblioteca sin éxito. Al parecer esos libros ni siquiera están en el instituto.

También está Lisa, quien no sabe nada de lo que pasó en la fiesta, y que prefiero que siga así. No sabe muy bien que es lo que está pasando conmigo, y aunque insiste mucho, no logra sacarme información y le doy la vuelta a todo el asunto.

Aunque ella si ha querido seguir juntándose con Lira y Susan después de todo, aunque no la juzgo, porque yo también quiero hacerlo…

Es en este momento en el que debería decir… “Pero todo tiene un lado bueno…”

No.

No es así.

En mi casa no es mejor para nada. Apenas puedo soportar estar ahí más de cinco minutos antes de querer escaparme al mundo espiritual de Fintar para seguir entrenando.

Al llegar a casa, rápidamente cerré la puerta, y crucé lo más rápido que pude para correr por las escaleras.

—Liam…

Me detuve de golpe. No quise voltearme a verla…

—Que quieres. —A la mitad de la escalera, esperé su respuesta— Tengo cosas que hacer, asique dilo rápido.

El aire se sentía más frio de lo usual. Desde que mi papá se fue.

—No quiero que estemos así… Por favor. —la súplica en su voz era claro.

Yo tampoco quería tener que alejarme de esa forma. No quería alejarme de, ahora, la única persona de mi familia que eligió quedarse a mi lado.

Eso es lo que me detiene de no querer verla.

Ella si escogió quedarse conmigo…

—Que necesitas… —la volteé a ver directamente. Calmando su mirada al verme.

Me llevó hasta la cocina y comenzó a preparar una pequeña merienda para los dos.

El silencio me decía mucho. Iba a ser una conversación bastante difícil entre los dos, pero no importaba.

Ahora que solo somos nosotros dos, aunque me duela decirlo, Nunca había experimentado tanta calma en casa hasta ahora…

Y ni siquiera lo había notado.

El silencio era cada vez más común, pero no podía evitar sentirme intranquilo. Era como la calma antes de la tormenta.

—Debemos hablar un poco…

—Lo sé… —Mi suspiro llenó el silencio de la habitación, sintiendo como mis hombros pesaban cada vez más con cada respiración.

Aunque sé que hay que hablar de todo lo que ha pasado últimamente, no puedo evitar querer conservar lo poco que me queda de normalidad aquí.

—Las cosas van a cambiar ahora que solo estaremos los dos. Lo sabes —El tintineo de la cuchara al golpetear la taza al revolver solo se volvía un ruido incesantemente irritante— No quiero que pienses que hay un culpable en todo esto. Solo quiero que entiendas las cosas que ha pasado.

—Seria genial que dejaras de tratarme como a un niño… —Su voz se quedó en simples monosílabos al no saber muy bien que poder decirme.

—N-no te trato como a un niño Liam.

—Lo haces…, todo el tiempo —Al fin, quise mirarla a los ojos. Solo para arrepentirme de inmediato. En ellos solo había una mujer que debía ser fuerte solo por mí, dejando muchas cosas de lado solo para estar a mi lado—No quiero que me escondas nada, y siempre lo haces. Me mientes casi todo el tiempo que quiero saber que sucede en tu vida, o en lo que nos incluye a ambos.

Ya no quiero que me niegue todo lo que pasa a mi alrededor. Ya no es necesario que me esconda del mundo.

Ahora más que nunca, quiero tener su apoyo. Quiero que me enseñe. Quiero que esté conmigo, ya que mi padre no lo hizo. Quiero que me cuente las cosas. Quiero que no oculte nada. Quiero que no esté sola. Que sepa que soy su apoyo tanto como lo ha sido para mí de igual forma…

Es lo mínimo que puedo ofrecerle.




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