Código: Kitten Honey

Capitulo 1: Gata callejera.

Las aguas del puerto de Busan (Corea) que hasta ese momento habían permanecido tranquilas comenzaron a agitarse con fuerza, mientras que un temblor que iba elevando su potencia rápidamente comenzaba a remecer sus firmes cimientos, las grúas STS co...

Las aguas del puerto de Busan (Corea) que hasta ese momento habían permanecido tranquilas comenzaron a agitarse con fuerza, mientras que un temblor que iba elevando su potencia rápidamente comenzaba a remecer sus firmes cimientos, las grúas STS comenzaron a rechinar al remecerse. El movimiento cada vez se hacía más fuerte y los trabajadores comenzaron a evacuar la zona, sin embargo, el mar se levantó en una gigantesca ola, tan grande y tan poderosa que se tragó todo a su paso en cuestión de minutos, para luego emerger desde las profundidades algo que los ojos de los trabajadores que estaban a distancia segura no olvidarían, pues el tamaño de esa especie de calamar que había emergido de pronto era aberrante. La mayoría huyó despavorido, aterrado por tal visión, no obstante, sus ojos no solo recordarían a este monstruo marino protagonista de tantas historias de terror en el mar, sino también a una especie de dragón de reluciente piel congelada y grandes alas translúcidas de hielo que se enfrascó en una lucha titánica contra su enemigo marino en un espectáculo de bestias gigantes solo vista alguna vez en el cine en una película de fantasía.

Dos meses después.Región Metropolitana de Chile.

Un adolescente de aspecto infantil, de cabellos castaños lisos, piel trigueña y ojos Hazel, que vestía un Montgomery verde musgo aunque fueran los últimos días calurosos de Marzo, iba caminando totalmente inmerso en su móvil viendo un video reciente que había aparecido en redes sociales, mal grabado, con mucha interferencia y mala calidad de imagen por haber sido descargado y subido miles de veces el cual llamaba su atención ya que quienes lo publicaban decían que era un hecho real, los comentarios decían otra cosa burlándose de quienes aseguraban dicha información y aseveraban qué solo era un video promocional viral de una nueva película de cine fantástico coreano.

Para el muchacho cualquier información de ese lejano país era de utilidad, ya que estaba pasando por una situación bastante estresante emocionalmente para él. Buscaba la fuente de aquel video que acababa de ver cuándo de un momento a otro su smartphone ya no estaba entre sus manos. Segundos después cuando levantó la cabeza pudo ver como alguien le había robado el móvil y corría despavorido entre la gente, el muchacho inició una loca carrera tras el ladrón.

La gente se volteaba a ver el alboroto y luego los seguía con la mirada mientras el hábil y rápido ladrón corría como un felino y el chico iba a cierta distancia más atrás corriendo a todo lo que le daban sus piernas sin perderlo de vista y pisándole los talones, no iba permitir por ningún motivo que le robaran su preciado móvil. Así, la carrera se extendió por cerca de veinte minutos o quizá un poco más en los cuales pasaron por diferentes lugares, hasta que luego de saltar unas rejas en mal estado que protegían la orilla de un mirador para que la gente no tuviera un accidente, el muchacho perdió de vista su objetivo al rodar por la ladera cayendo pesadamente por ésta, hasta la parte inferior del parque mirador.

Al levantar la mirada vio como el hábil ladrón que no tuvo problemas para correr cerro abajo a diferencia de él, le sacaba distancia, al ponerse de pie y tratar de seguir se percató dolorosamente de que uno de sus pies no le respondía como quería y sintió un dolor horrible en éste, era imposible seguir corriendo.

En medio de la desesperación que le producía perder su móvil de esa manera y que no podía ponerse de pie, comenzó a gritarle al ladrón quizá con cierta esperanza de que se apiadara de su situación.

— ¡ESPERA! ¡TE PAGARÉ EL DOBLE! — al ver que el ladrón no se detenía mejoró su oferta — ¡EL TRIPLE DE LO QUE PEDIRÁS POR ÉL! — le gritó lo más fuerte que pudo.

Pero el ladrón no se detuvo, el muchacho bajó el rostro derrotado y le dio de golpes al suelo con sus manos empuñadas, desde hace un tiempo hasta ahora, parece que la mala suerte se había instalado en su vida. Ante la frustración, las lágrimas de rabia fueron inevitables.

<<Primero él desaparece y ahora, me roban su celular... ¡maldición!>> pensó lleno de rabia, frustración y tristeza mientras rechinaba los dientes y empuñaba las manos con fuerza.

Sentir a alguien cerca lo hizo contener su miseria y levantar la mirada que hasta ese momento se mantenía en la tierra.

— ¿Así que me pagarás el triple? — el muchacho se sorprendió al ver y escuchar que solo se trataba de una chica probablemente de su misma edad, de cortos cabellos rubios sucios, una camiseta vieja y sucia, short y zapatillas gastadas y rotas — si me estas mintiendo, entonces te tira muy mal... — le dijo burlesca — Si pretendes engañarme o de alguna forma ir con la policía, haré pedazos el teléfono, está claro — le advirtió de pie a unos metros.

— No pretendo nada, vamos a algún cajero y te daré el dinero...

— Esta bien, no necesito mucho, solo quiero comer algo...

— ¿Eh? — el muchacho la mira confundido — ¿Eso es todo?

— Pos si — le responde con expresión inocente — llevo muchos días sin comer... — El muchacho trató de levantarse y se dio cuenta que tenía el tobillo bastante dañado, probablemente un esguince.

— Haremos algo... me devuelves el teléfono y te daré la comida que quieras, mucha comida... pero con el pie así no podré ir a ninguna parte solo... Ayúdame a llegar a casa, allí te puedo dar dinero o comida...




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