Estamos en mi antigua habitación esperando a escuchar los pasos dentro de la casa y luego de un par de minutos llegan a nuestros oídos unos pasos seguidos de ruido de la ducha así que salimos y yo me siento en la cabeza del comedor con mi arma en la mano lista para disparar y los chicos se ponen de pie atrás de mi para protegerme y esperamos cinco minutos después aparece mi padre con un pantalón gris y una camisa formal
-hola papá me extrañaste-digo con una sonrisa de lado y levantando mi arma por lo que el palidece
-hi...hija...que haces aquí? -dice asustado
-que te sorprende que tu pequeño plan no funcionó? -digo en tono de burla mientras me pongo de pie y veo que su vista cae en la gran mancha de sangre en mi blusa y sus ojos se abren como platos-tranquilo tu socio está vivo aún, pero creo que, aunque respire no tendrá una buena vida-digo mientras hago un puchero
-lo la…me...n...men...to...-dice entrecortadamente
-siéntate-digo en tono frío así que lo hace
-bien dame tus armas-digo, pero el niega
-no llevo armas en mi propia casa-dice asustado y enojado así que camino a pasos lentos hacia él y pongo mi arma en si cien
-sabes no me costaría nada tirar del gatillo en este momento-digo en un susurro así que él saca sus armas y las coloca sobre la mesa
- ¿cómo llegamos hasta aquí? -pregunta de manera triste así que sonrío amargamente
-pues verás ahora te haré pagar por cada uno de los golpes que me diste cuando era solo una niña pequeña e indefensa y no sabes cuánto lo disfrutaré-digo y luego disparo en su dedo anular lo que hace que caiga al piso y se retuerce del dolor luego queda inconsciente por el dolor así que aprovechamos para atarlo a una silla, vendar su herida para que no se desangre pero que su dedo no se salve y amordazamos
-estas bien? -pregunta Max así que asiento y lo abraso
-sabes por muchos años creí que me sentiría mejor cuando me vengara
- ¿y cómo te sientes? -dice asustado
-me siento bien, pero me siento bien desde hace muchos años-digo así que él me acaricia el cabello y la espalda luego vemos que Ernesto despierta así que le quitamos la cinta de la boca y digo
-sabes tal vez no valga la pena desperdiciar mi día después de todo ya perdí tres días desde mi secuestro que tu organizaste así que mejor vamos chicos digo y luego le disparo en la pierna y el pliegue del brazo así que grita del dolor peor le colocamos otro trozo de cinta y nos vamos de allí pero antes de irnos yo vuelvo a mi habitación retiro una tabla falsa en el piso y tomo un anillo que era de mi abuela nunca me quedo cuando niña pero ahora si así que salgo de la casa y me pongo el anillo en el dedo anular y cada mi tío sube a su camioneta Mike en la de mi padre Suli en su moto y Max en la de Mike y yo en la mía y así nos vamos a nuestra casa de vacaciones pero nunca me esperé lo que sucedió antes de llegar