Código Prohibido

Capítulo 11: Los No Registrados

El amanecer en Blackridge nunca era natural. Un cielo teñido de azul sintético, un sol proyectado desde torres de luz, y un aire tan perfectamente calibrado que no olía a nada.

Pero para Alina, ese día olía a peligro.

Cassandra había detectado una señal vieja, enterrada en una frecuencia que solo un puñado de personas en el mundo sabrían descifrar.
Una secuencia de coordenadas y un código: ALN-03V / ACTIVO.

—¿03V? —preguntó Alina—. ¿Otro sujeto del proyecto?

Cassandra asintió mientras proyectaba un mapa tridimensional.
—Si esto es real, hay al menos tres más como tú. No registrados. No borrados.

Kael entrecerró los ojos.
—Y si sobrevivieron, puede que no todos estén de nuestro lado.

Llegaron a las afueras del sector 12, donde los escáneres del Código apenas funcionaban. Ruinas, túneles olvidados, zonas sin vigilancia oficial.

El lugar donde los fantasmas del sistema iban a morir… o a renacer.

Descendieron por una grieta cubierta de escombros. Bajo tierra, el aire era húmedo, vibrante. Había vida… y vigilancia. Viejas cámaras de los primeros años del proyecto aún parpadeaban con energía mínima.

—¿Seguro que esto es buena idea? —murmuró Kael—. Si 03V sobrevivió aquí abajo, debe estar más que paranoico.

—No es paranoia si el sistema realmente quiere borrarte —respondió Alina, avanzando.

El encuentro no fue pacífico.

Alina apenas esquivó una descarga de energía antes de que una figura encapuchada emergiera de entre la oscuridad, sus ojos brillando con implantes antiguos, mal calibrados pero funcionales.

—¿ALN-07? —preguntó con voz distorsionada—. Te creí muerta.

—Yo también pensaba que estaba sola —respondió ella.

La figura se quitó la capucha. Una mujer. O al menos, lo que quedaba de una. Cicatrices recorrían su rostro, y sus pupilas parecían adaptadas a un sistema operativo desconocido.

—Mi nombre era Nova. Fui la tercera. Nos criaron para resistir el miedo… pero no el olvido.

—¿Hay más? —preguntó Kael, sin bajar su arma.

Nova lo miró como si ya supiera quién era.

—ALN-01 fue el primero en escapar. Se hizo llamar Orfeo. Fundó una red de subversión. Luego desapareció. Y 05… bueno. 05 enloqueció. Se convirtió en algo que el sistema aún no puede borrar.

—¿Dónde están? —preguntó Alina con urgencia—. Necesitamos encontrarlos. Hay una guerra viniendo.

Nova sonrió, sin alegría.

—La guerra ya empezó. Tú solo llegaste tarde.

Esa noche, mientras acampaban entre ruinas, Nova les reveló los datos que había protegido por años: fragmentos del Proyecto Origem, registros de pruebas, fallos del sistema, y sobre todo… nombres.

Nombres de otros como ellos.

Y entre esos datos, una transmisión incompleta, bloqueada por una firma desconocida.

Cassandra la descifró en parte:

“Si estás leyendo esto… ya es tarde. El sistema se está reescribiendo. Proyecto Origem fue solo la primera capa. Hay algo más... más antiguo, más profundo. Un protocolo oculto. El Núcleo.”

El silencio fue absoluto.

Hasta que Alina susurró:

—Entonces no somos el origen… solo la primera grieta.




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