Narrador.
Después de una guerra devastadora, en la cual los humanos mataron a miles para obtener el poder de los Fey, un grupo selecto entró en acción. Tres seres de gran poder idearon un plan que separaría de una vez por todas a ambos mundos y crearía un nuevo hogar para todas las criaturas mágicas existentes, un lugar en el que fueran bienvenidos y estuvieran seguros.
El hechicero supremo Arethur, líder regente de todos los hechiceros trazó un triángulo perfecto en el origen de la creación, aquel lugar que había visto nacer a los Fey, y se colocó en un extremo, que representaría el aire, el agua y la tierra, elementos esenciales para el hechizo que daría forma, consistencia y ambiente para que todas las criaturas pudieran vivir.
El dragón Najiri, quien se había convertido en el último dragón que la guerra había dejado en pie se posó al otro extremo: este representaría el elemento del fuego y además sería el ancla del hechizo, siendo el único de los tres que viviría para siempre asegurándose que el hechizo se mantuviera vigente y los dos mundos estuvieran separados eternamente.
Y la bruja Calepsio, pitonisa y líder universal de todas las brujas se colocó en la punta del triángulo ancestral, pues ella sería quien diera final al hechizo y representaría al elemento de la magia.
En un pequeño refugio no lejos de ellos, se encontraban todos los sobrevivientes mágicos que ascenderían a este nuevo mundo, siendo los responsables de restaurar a su especie e iniciar una nueva vida, entre ellos una bebé de 5 meses de edad, la única heredera que Arethur y Calepsio engendraron, dejando en ella la responsabilidad y el poder de ayudar a los suyos cuando sus padres hubieran partido.
Lo que ellos desconocían era que a pocos kilómetros de distancia un ejército de guerreros humanos aguardaba, dispuestos a asesinar a estos tres pilares y quedarse con todo el poder del mundo.
Al colocarse los tres en el triángulo este desato una poderosa ola de magia, con la que dieron inicio al hechizo. Arethur fue el primero en comenzar, en su mente recito un hechizo creado por él, en una lengua que para muchos sería imposible de entender, imaginando en su mente como se vería el nuevo mundo, rodeado de basta flora y fauna, con espacio suficiente para todas las criaturas existentes que aún estaban vivas.
Najiri comenzó un canto lirico en su propio idioma, quien con su melodía se unió al hechizo de Arethur, este cantico dio el poder de la vida, pues su llama eterna jamás permitiría que esta tierra basta muriera. Así como impediría que la magia que cada ser poseyera fuera arrebatada al dejar el mundo humano, manteniendo la promesa de convertirse en el ancla inmortal para asegurar la vida de todos aquellos que vivieron gracias a los sacrificios de otros.
Y para finalizar, Calepsio fortaleció aquel hechizo con su propia vida, sacrificando su magia y su propia esencia para sellar el hechizo, dejando en su propio lazo sanguíneo el poder de abrir un portal entre ambos mundos por seguridad, así solo quien compartiera aunque fuera una mínima partícula en común con esta pudiera crear un portal para cruzar ambos mundos.
Para cuando terminaron el hechizo Arethur y Calepsio cayeron de rodillas, pues al hacer un hechizo de esa magnitud, sus vidas comenzaron a deteriorarse. Cuando creyeron que todo se había acabado, escucharon los gritos de los guerreros acercándose y a pesar de las pocas fuerzas que les quedaban decidieron quedarse para morir en la batalla, defendiéndose con la poca magia que aún les quedaba.
Uno tras otro los cuerpos del ejército humano salieron disparados en todas direcciones, recibiendo ataques y hechizos defensivos de estos poderosos seres, solo basto un momento de debilidad para lograr que una flecha atravesara el corazón de Calepsio, quien cayó de rodillas debilitando el hechizo protector. Arethur con una profunda ira desato un hechizo de muerte que elimino al ejército humano de una vez por todas, y se arrodillo junto a su amor tomándola en brazos y acariciando su rostro, sintiendo como su vida se iba entre sus manos lanzo su ultimo encantamiento hacia la humanidad, borrando de la memoria humana cualquier registro de la existencia real de cualquier ser mágico, dejando los libros que estos habían escrito como meros relatos para asustar a los pequeños de noche.
Y solo entonces un rayo de luz salió disparado hacia el cielo, llevándose consigo a cada criatura con sangre mágica en sus venas hacia su propio paraíso, donde cada raza mágica tendría su propio espacio para poder coexistir en paz... Por último se designó un rey y una reina soberanos, para que todas las razas pudieran convivir en paz.
Al final de todo, Najiri fue el último en ser trasladado, viendo morir a sus amigos sin poder defenderlos y para cuando llego al reino prometido, se alejó de todo y de todos, para vivir su pena en paz, prometiéndose a sí mismo que haría lo posible por mantener el mundo por el cual se habían sacrificado.
Cuenta la leyenda que El Gran Vigílate permanece oculto en sombras y vida, esperando lo que se le fue prometido para poder salir y así revelar, el secreto que se le fue confiado.
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Este capítulo está dedicado para mi Khun Omma de mi corazón. Gracias por haber ayudado a editar este capítulo, gracias por tu amor y apoyo incondicional.
valeriiaa21
Espero les haya gustado, con cariño.
ABLV. ❤