Código Purpura: El espejo de la Verdad.

Capítulo 5: La Hija Perdida de Marea Roja.

POV Alexis.

¿La hija perdida de Marea Roja?

Definitivamente esa no era el tipo de información que había esperado obtener y no ayudaba en nada a darme una idea de con quien estaba o donde estaba. Comencé a sentir una leve presión en mi cabeza, como si alguien sujetara mi cerebro. Me removí un poco buscando aliviar esa presión.

- "No debes temer, nadie en esta habitación te hará daño"-

Abrí mis ojos lentamente con algo de temor solo para toparme con unos hermosos ojos esmeralda que me miraban con ternura y tranquilidad, dos emociones que no sentía en ese momento.

- "Puedes estar tranquila, te prometo que estas a salvo aquí"-

Mi mente comenzó a alucinar ante la posibilidad de aceptar que la voz de la hermosa mujer frente a mí de alguna manera se estaba colando hasta mi subconsciente y me permitía escucharla.

- Majestad, sería prudente que desista todo intento por mantener una comunicación telepática civilizada con esta humana, durante mi corta estadía en su mundo fue fácil percatarme de que para ellos no es normal mantener una comunicación de esta manera con otros - Mi mente no podía con la información que estaba recibiendo, y como si no fuera suficiente el chico frente a mi acababa de confirmar que de algún modo la mujer que aún tenía su mirada sobre mi intentaba hablar conmigo sin emitir una sola palabra.

- ¿Estás seguro Marcus? - preguntó la mujer.

- Completamente Alteza, es imposible para ellos realizar cualquier mínima demostración de habilidad mágica alguna - Afirmo el chico.

No creía lo que oía, estas personas no solo se vestían como personajes sacados de una película, sino que también hablaban como si estuvieran en una.

- ¿Y que más descubriste acerca de ese mundo Marcus? - La pregunta del hombre asombro al chico, mientras que este ni se inmuto, pues sus ojos seguían clavados en mí.

- Lo que aprendí en mi corta estadía no es mucho Majestad, conservan el mismo comportamiento egoísta, competitivo y narcisista desde hace siglos y a mi parecer nada cambio desde la separación - aseguro el chico mientras se encogía de hombros.

- Entonces si los humanos no contienen ningún atributo distintivo, ¿Por qué razón crees que he mandado a uno de mis mejores guerreros, aliados y alumnos a traerla a ella?... – Esta vez el chico permaneció en silencio absoluto intentando encontrar una respuesta y yo tome su silencio como señal para tomar algo de valentía y hablar.

Dude un poco ante la mirada tan penétrate que aquel imponente hombre dirigía hacia mí, pero la mujer a mi lado tomo mi mano dándome extraños ánimos para sacar mi voz al exterior ayudando a levantarme de la cama.

- Yo...No quisiera interrumpir su conversación pero me preguntaba si alguien puede decirme ¿Quiénes son ustedes y porqué estoy aquí?- pregunte confundida.

-Tienes todo el derecho de cuestionarnos querida y con gusto responderemos a todas tus dudas con la verdad absoluta, pero primero quiero hacerte una pregunta a ti y una vez que la respondas prometemos ser completamente honestos y transparentes- el hombre frente a mi ofreció aquella respuesta como un trato verbal hacía mí. De repente me vi rodeada por esta pareja singularmente linda y de aspecto alegre sonriendo hacia mí con un ápice de esperanza en sus ojos.

– ¿Y bien? – Insistió la mujer mientras volvía a apretar un poco mi mano.

Asentí en silencio preparada para cualquier clase de pregunta, menos la que salió de sus labios.

-¿Cuál es el nombre de tu padre?- Aquella pregunta entraba en una pequeña selección de temas que no solo estaba prohibida en mi casa si no que de cierto modo también en mi corazón, pero por alguna extraña razón hablar de ello frente a estos completos extraños no se sentía mal ni incorrecto, sino todo lo contrario... Sentí que frente a ellos podría hablarlo por primera vez en años sin temor a causar daño alguno.

La decisión era difícil pero finalmente opte por decir la verdad, después de todo no sabía dónde estaba y si contestar una pregunta tan sencilla por muy personal que esta fuera me sacaba de aquí... Podía responder con la verdad.

- Mi padre se llama - Titubee un momento mientras aclaraba lo mejor que podía del nudo en mi garganta antes de continuar - Se llamaba Oliver.... Oliver O 'Moon - En cuanto dije su nombre aquella extraña y de algún modo cariñosa pareja salto sobre mí en un abrazo que me hizo retroceder por completo hasta acabar de nuevo acostada atrapada entre sus cuerpos mientras me apretaban cada tanto y murmuraban palabras en mi oído, pequeñas frases que se hacían inaudibles ante el claro hecho de que sollozaban un poco.

- Disculpen - murmure después de unos segundos de permanecer en aquella posición - No quisiera incomodarlos pero... Están invadiendo mi espacio personal - Se alejaron un poco de mi soltándome mientras emitían una pequeña disculpa, la mujer comenzó a limpiar las lágrimas de los ojos del hombre, que me veía como si hubiera encontrado algún tipo de tesoro perdido.

- Ahora que he contestado mi pregunta, ¿podrían contestar a las mías?- pregunte con vacilación.

- Bueno - soltó el hombre sentándose ahora frente a mí- Un trato es un trato y creo que lo más apropiado hubiera sido presentarnos desde un inicio, pero estaba tan emocionado que lo olvide - respondió soltando una pequeña carcajada.

Coincidí con su comentario pero decidí no interrumpirlo, después de todo estaba cumpliendo de buena gana nuestro trato y temía que si lo interrumpía dejara de hablar.

- El joven que esta por allá – señaló al chico que estaba apoyado una de las patas de la cama mirándome fijamente con expresión seria– Es Marcus - señala a la mujer frente a mí - Esta bella mujer que ves aquí es mi esposa, Tatiana, y yo soy tu Tío Rowan, Rowan O 'Moon – Al oír eso se me erizaron los bellos del brazo inmediatamente...

No daba crédito a lo que acababa de escuchar... Por años mi madre afirmo de forma un tanto cruel aunque acertada que si a ella le llegaba a pasar algo el único familiar vivo que me quedaría sería mi abuela Layla. Ella siempre me había dado a entender que mi padre era hijo único, y que jamás había conocido a algún familiar o amigo cercano de él, pero la declaración del hombre frente a mí no solo significaba que tenía más familia de la que alguna vez había soñado, sino que también quería decir que mi madre me había mentido o en su defecto no conocía tanto a mi padre como ella creía o como me había hecho creer... Era una mentira tan grande que no se podía considerar como una mentira blanca, o al menos no en mi opinión.




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