POV ALEXIS:
Despertar un sábado por la mañana sin nada más que el sol acariciando tu cara era posiblemente una de las mejores sensaciones del mundo, sin embargo despertarse con el incesante sonido de una alarma era algo que no daba paz ni tranquilidad. Me levante de mala gana a apagar ese infernal aparato y me dedique a mirar a la nada por lo que se sintió una eternidad hasta que Marcus entró por mi balcón como era su costumbre, para este punto solía dejarlo abierto o entrecerrado, sabiendo que en algún momento del día el cruzaría esas puertas. Y pese a que no siempre venía se había convertido en un hábito para mí dejar las puertas de ese modo.
- ¿Por qué sigues acostada? Hay un largo día por delante - comentó con una alegría fingida.
- Primero que nada, esa expresión no te queda... Y en segundo lugar es muy temprano como para tener deberes - exclamé mientras me volvía a tapar con las mantas.
Claro que mi acción no duró ni 10 segundos, puesto que Marcus retiró las mantas dejándome descobijada, levante la cabeza solo para encontrarlo de brazos cruzados mirándome con su sonrisa de superioridad. Me estire durante un par de segundos antes de extender los brazos para que me ayudara a levantarme. En su lugar me arrastro de una pierna hasta dejarme sentada.
- Vamos, aún hay mucho por hacer si queremos llegar a tiempo para la cena con tu madre - comentó como si nada.
Asentí de mala gana recordando el desastroso momento donde mi madre se había enterado de la existencia de Marcus de un motivo muy peculiar...
Había pasado hacía apenas unos días, como de costumbre me había levantado tarde para ir a la escuela y por las prisas olvide contestar el Enchantum, solo eso bastó para que Marcus llegara a mi habitación en poco menos de cinco minutos. Ni bien le expliqué que estaba llegando tarde Zeke toco a mi puerta apresurándome, así que no me quedo de otra más que dejar a Marcus con la palabra en la boca y salir apresuradamente.
Al volver de clases mamá, Nana y la abuela me esperaban a en la sala. Nana se veía nerviosa y mi abuela muy sonriente, mientras que mi madre estaba con su típica mirada inescrutable.
Después de un par de minutos de preguntas extrañas mi madre me hizo la pregunta más ridícula de todas...
-"¿Desde cuando tienes novio?"-
Al oír esa pregunta Zeke comenzó a carcajearse sin parar, hasta que mi Nana se levantó y le susurró un par de cosas al oído, y después de eso Zeke se unió a la fila de las preguntas. Al parecer sin querer Michael había visto el momento en el que Marcus había llegado al Instituto para traerme un par de cuadernos que había olvidado, y atendiendo a la interrogante del collar y el anillo saco sus propias conclusiones, dejando como resultado un rumor que se extendió hasta llegar a oídos de mi madre. A quien tuve que explicarle y asegurarle reiteradas veces que solo se trataba de un amigo, pero aun así mi madre no desistió de la idea hasta que le prometí que llevaría a Marcus para que lo conociera, increíblemente explicarle a Marcus toda la situación y convencerlo de ir a la cena fue menos complicado. Lo que nos llevaba a este sábado, en el que no solo tenía que entrenar nuevos hechizos, sino que también debía someterme al interrogatorio de mi madre.
Por suerte había previsto esto y había ensayado una historia más o menos creíble para mi madre, claro... Suponiendo que Marcus pudiera recordar su parte y no meter la pata.
Tomé mi ropa y me metí rápidamente a la ducha, intente no tardarme pues sabía que entre más tiempo durará aquí más oportunidades le daba a Marcus de fisgonear mis cuadernos, lo había descubierto hacia poco tiempo, pero por alguna razón la idea de capturarlo infraganti me parecía más divertido.
Al salir Marcus estaba parado junto a mi balcón, sin asomarse por completo.... Parecía que solo tomaba aire pero parecía bastante pensativo.
- ¿Está todo bien? - pregunte acercándome a él. De inmediato se enderezó y guardo algo en su bolsillo derecho de forma descuidada.
- Como siempre, si ya está lista es momento de irnos - asentí de forma monótona y camine hacia el balcón, por instinto voltee a ver a los lados aun sabiendo que nadie podría verme saltar del balcón aun si lo quisiera, Marcus bien se había encargado de eso.
Solo espere el momento adecuado para saltar a la MTEA y aferrarme a Marcus rápidamente. Al llegar al parque estaciono donde siempre y después de unos minutos más nos detuvimos en medio de los árboles. Habíamos descubierto qué mientras más en contacto estuviera con la naturaleza mejor control tenía sobre su invocación.
-Muy bien, es momento de pasar a los hechizos de ataque y protección tipo fuego - comenzó la lección quitándose la chaqueta.
Asentí aun si no me gustaba y me prepare mentalmente con los hechizos de evasión qué había aprendido, para mi suerte la mitad se encontraba en las palabras y la otra mitad en la intención, así que mientras no pensara en el miedo que tenía a quemarme podía concentrarme en evitarlo.
Al contrario de mi Marcus no necesitaba recitar los hechizos en voz alta para hacerlos, solo estiro su mano y la pequeña bola de fuego apareció al instante.
Respire profundamente recordando los relatos del libro, imaginando el escudo qué quería que me protegiera, hecho del mismo elemento para repelerlo, grande e imponente.
Abrí mis manos mientras recitaba en voz baja el hechizo, apenas y se hizo visible cuando Marcus comenzó a lanzar las bolas de fuego hacia mí. La primera me sorprendió, pero la segunda logro empujarme unos centímetros.
- Concéntrate - vociferó desde donde estaba.
-Estoy concentrada - asegure mientras intentaba fortalecer mi escudo.
Su siguiente ataque fue más fuerte y agresivo, lo suficiente como para deshacer la mitad de mi escudo, si bien no me lastimo eso basto como para debilitar lo que quedaba de mi escudo, quise parar para descansar, pero antes de poder hablar Marcus lanzo el siguiente ataque, uno que no estaba preparada para recibir.