Código Purpura: El espejo de la Verdad.

Capítulo 32: La Conexión.

POV ALEXIS.

Mi mente no podía procesar con suficiente rapidez lo que estaba pasando. Hacía solo unos minutos estaba discutiendo con mi tío y ahora estaba sentada junto a una reina que se sentía muy viva para tener más o menos 200 años de muerta.

- Cuando Naeron me dijo que tenía un mensaje para mí, no imagine que sería así - confesé de repente haciendo reír a la Reina frente a mí.

- Lo imagino, pero no debería sorprenderte. Naeron es más que un libro viejo, es una conciencia viva con sus propias reglas y realidades - hablaba exactamente como lo imaginaba, dulce pero directa. Amable pero con sabiduría evidente.

- Y a esta conciencia sigue sin gustarle que se refieran a él como Viejo - la interrupción de Naeron la hizo reír, mientras yo lo miraba con incredulidad.

- Siempre has sido un libro sensible Naeron. Te extrañe - sonreí ante el comentario, muerta o no se podía escuchar el cariño que sentía por él.

- Y yo a usted Alteza, perderla tan pronto fue un golpe duro para todos - era la primera vez que detectaba un pequeño rastro de una emoción en Naeron. Por lo general era más correcto al hablar y menos emocional.

- Lo sé, pero esto no se trata de mí. Y temo que mi tiempo es limitado, así que es momento de hablar sobre el tema en cuestión -

- Yo primero si me permiten. ¿Cómo es que esta aquí? Frente a mí, no se supone que esta... -no sabía encontrar una mejor palabra para decirlo.

- Muerta. La palabra que no quieres decir es precisamente esa querida. Y si, lo estoy. Pero ya deberías saber que la materia no se crea ni se destruye. Solo se transforma, y eso en nosotros es muy literal - No sabía que era más sorprendente, que en efecto estuviera hablando con un fantasma o que este citara a Lavoisier para mí.

- Pero aún no lo entiendo, si está en el más allá - la vi fruncir el ceño cuando cambie la palabra - ¿Cómo es que esta aquí y puedo tocarla? - aun recordaba el tacto suave de sus manos, y lo calientes que se sentían, como si aún estuviera viva.

- Todos nosotros, humanos y Fey compartimos cosas en común. Ahora menos que antes, pero es cierto que las similitudes existen, y una de ellas es la Esencia querida niña. El poder de dejar algo de nosotros, por muy pequeño que sea en objetos o lugares. Y este es el mío - señalo la habitación, tan pulcra e impecable. Encapsulada en el tiempo.

- Ósea que usted está atrapada. ¿Aquí? - señale la habitación.

-Atrapada no, puedo irme cuando quiera. Mejor pensemos que prefiero pasar mi tiempo entre estas paredes, observando y reflexionando. Aunque con el paso del tiempo me he ido debilitando. Antes la gente venía y hablaba conmigo, dándome el poder de seguir aquí. Pero ahora nadie lo hace, es por eso que mi tiempo es limitado. Y debo hablarte de asuntos importantes -

- La profecía - el solo decirlo me provocaba querer correr de nuevo. Tan harta de ella.

- Sé que ahora mismo no lo entiendes, pero esa profecía es más importante de lo que piensas -

- Todos dicen lo mismo, pero lo que nadie me dice es porque yo... Hacía un año todo esto no estaba en mi existencia -

- Y eso es abrumador, aterrador sin duda. Pero no lo hace menos real. Entiendo cómo te sientes, tan perdida y confundida, contrariada y enojada. Asustada de que todo este asunto acabe en más muertes. Muertes con las que cargas como una daga en el pecho, que no te animas a retirar por miedo a que algo más pueda pasar -

Y tenía razón, desde el primer momento me había tomado esas muertes como mi responsabilidad. Y todo lo que pasaba se iba sumando cada vez más a esa carga invisible pero muy real que no me permitía ver más allá.

- ¿Cómo puede saberlo? Lo que siento - pregunte con un poco de sentimiento, intentando retener las lágrimas en mis ojos.

- Porque yo sentí lo mismo en su momento. La culpa de las muertes que aunque no las ejecute sucedieron por mí, la tristeza de no poder consolar a las familias. La frustración, por no saber que nos hace tan especiales, y la ira. La ira que nos hace desear que todo desaparezca -

- Pero todo tiene un propósito, y sé que ahora mismo no lo ves, ni tienes por que hacerlo. Solo debes saber que existes cosas, momentos, que no importa que. Deben pasar. El que comenzaras a soñar con esa sombra que te salvo anoche no es una coincidencia, ni el que ese joven fuera asignado para traerte hasta aquí. Todo eso, debía suceder -

- ¿Cómo lo sabe? ¿Lo de mis sueños? - solo una persona lo sabía de verdad.

- Porque, querida niña. Esa sombra a la que hasta hace poco creías tu enemiga, en realidad es mucho más que eso. Ese ser ha estado contigo desde que naciste, acompañándote, guiándote, protegiéndote. Y preparándote, para lo que viene - eso no tenía sentido, apenas y lo había comenzado a soñar, lo habría notado si alguna vez lo hubiera visto.

- ¿Y por qué se esconde? Si quiere protegerme porque no hace más que perseguirme en mis sueños -

- ¿Estas segura de que te persigue? ¿Alguna vez has intentado detenerte para enfrentarlo? - abrí la boca, y la volví a cerrar. Incapaz de debatir.

- Pero, que tiene que ver esa sombra con la profecía -

- Todo está conectado querida. Y sé que no lo ves ahora mismo, pero un día lo harás. - me mostro una sonrisa cálida, llena de esa seguridad que yo no poseía.

- Pero... ¿Por qué yo? - para este punto me parecía inútil seguir preguntando.

Lenor tomo mi mano entre las suyas, su tacto era cálido y amable. Todo lo contrario a lo que podría pensar de un fantasma.

- Porque tú posees algo que nadie más aquí tiene, posees la conexión. Un don aunque raro muy valioso. Estas conectada a tu mundo y a este por sangre y vida. Una que te permitirá hacer mucho más de lo que te imaginas si te das la oportunidad -

- No sé de qué clase de poder habla, pero yo apenas y puedo invocar los elementos y eso es con mucho esfuerzo. No hay mucho de magia en mí - hacía apenas unos meses incluso pensábamos que era una Norux.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.