Código Rojo

Prólogo

En una sala de laboratorio científico se encontraban tres personas, una mujer rubia de unos ojos azules celestes, su cabello rubio caía en hondas por su espalda, era una hermosa mujer alta y de un esbelto cuerpo que sin duda no traía ni una cirugía plástica, la otra persona era un hombre, iba vestido con una bata blanca y usaba unos lentes de aumento, tenía un cabello castaño y unos ojos avellanas, era alto y su cuerpo no era fornido. Entre los brazos del hombre había una pequeña niña de cabello castaño y ojos azules celestes, estaba con sus pequeños pies alrededor del cuerpo del hombre y con sus brazos en el cuello del él.

Aquella niña era la hija del hombre y de la mujer, el hombre llevó a la niña hasta una camilla y la depósito ahí, la niña estaba dormido por lo que no sabía que pasaba a su alrededor, aquella habitación científica era de color blanco, tenía tres camillas y al lado de esta había una gran máquina y de esta surgía una especie de miscrocopio o mas bien un rayo láser, también había una pequeña mesa con una especie de computador en donde tecleo algo, miró a la mujer quien tenía sus brazos cruzados de una manera para protegerse de algo, él se acercó a ella y colocó sus manos en los hombros de ella.

— Tranquila, Emma estará bien — Dijo para tranquilizar los nervios de la mujer.

— No puedo estar tranquila viendo lo que le harás.

— Solo intento protegerla.

— Y condenarla también, ¿no te das cuenta que cuando los demás sepan de esta fórmula querrán matarla para obtenerlo?— Aquellos azules ojos reflejaban toda la preocupación y el miedo que sentía.

— Descuida nadie lo sabrá, ni ella misma — Ante la última frase miró a la pequeña niña quien estaba dormido por alguna cosa que él le dió a ingerir.

— Es muy pequeña, apenas tiene dos años ¿No crees que podemos espera a que crezca algunos tres o cuatro años más? — La voz de ella están cargada de súplica.

— No, esto debe ser ahora, ya después no habrá tiempo y todo el mundo sabrá de la fórmula — Dijo él volviendo hacia la pequeña.

Busco algo que servía para mantener los ojos abiertos y con ellos se los colocó a su pequeña hija quien no sentía nada, la madre cerró los ojos y dejo caer un lágrima, aunque su hija no sentiría nada pero ella si lo sentía porque era su madre. El hombre tomo una especie de lapicera y en la pupila de su hija agrego dos palabras y tres números "AU202", quien las vieras diría que no tienen ningún significado pero él sabía lo que eso significaba.

— Ya está, ahora nadie sabrá que esa marca existe, nuestra hija estará protegiendo un código que nadie puede saber porque o sino se desatará algo malo muy malo — Tomo a su hija en brazos y se la llevó.

 

 

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Una historia en colaboración con una muy buena amiga colombiana, entre las dos (más bien ella me ofreció participar) a escribir juntas está maravillosa historia que espero que les guste, sus escritoras son Aída Hoyos creadora de la historia y Shady Life quien ayuda con el desarrollo de la historia.

Lamento algunos errores ortográficos.

No sé olviden de darle un me gusta, de comentar y de seguirnos.

 

Gracias.



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En el texto hay: misterios cientficos, codigo

Editado: 14.07.2019

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