Era un ángel, lo más cercano que tenía a Dios, y así fue como me enamore de él; después descubrí sus demonios, para mí nunca dejo de ser mi ángel, un ángel caído que me encantaba, que tenía poder absoluto sobre mí... y entonces deje que se convirtiera en mi amo, cuando fuera, donde fuera, y como fuera, siempre y cuando fuera con él. Mi ángel caído a quien siempre regreso cuando quiero huir. Ya no existen las rosas, los chocolates, las citas románticas, toda la cursilería queda de lado, con él nada de eso era necesario. Por que de una manera peculiar me enseñó a ser fuerte, a ser auténtica, a luchar por lo que quiero y a no rendirme nunca, por que sin quererlo me hizo la mujer más fuerte que jamás imagine.
POR QUE EL DIABLO TAMBIÉN TIENE DERECHO A ENAMORARSE