"Esterlina"

"¿Tú piensas..." CJ se rió "qué te vas a llevar a mi hijo?"

Louis estaba temblando, manteniendo a su hijo detrás de él. Tragó saliva con dificultad, dando un paso hacia atrás. "Lo haré."

CJ soltó una carcajada, aplaudiendo con histeria "Un omega, sin pareja,
¡con un hijo!" CJ estampó su pie contra el suelo, limpiando lágrimas de
sus ojos. "¿Cómo vas a trabajar, hm?" Sonrió burlonamente "¿Crees que
alguien te va a respetar? ¿Crees que algún alfa respetable siquiera te va
a mirar?"

Louis se negaba a derramar otra lágrima frente a su futuro ex-marido.
Pasó la lengua por la cortada en su labio. "Tú nunca me respetaste"
podía escuchar a su hijo gimotear detrás de él. "Estaré bien. Estaremos
bien."

CJ resopló. "Llévatelo, vas a volver."

Louis negó con la cabeza "No volveré" debería sentirse más seguro,
estaba en un juzgado. Pero nada era seguro con ese hombre, ni siquiera
en un lugar público. "Cuando firme esos papeles, él será mío. Nos
iremos."

Una sonrisa ladina se extendió por el rostro del contrario "Hazlo,
probablemente ni siquiera es mío, yo nunca produciría un alfa tan
débil."

"¡Tiene dos años!" Louis gruñó.

CJ le restó importancia "no debería asustarse por cualquier cosa."

"¡Es mi hijo!" Louis bramó "¡No me importa lo que le asuste!" Sintió a Abraham temblar, aferrándose más fuerte a su pierna. Respiró profundo cuando sintió un cambio en el aura de CJ. "Ya nos golpeaste lo suficiente, ya no seremos tus juguetes para abusar. Debí dejarte antes."

CJ se cruzó de brazos, "vas a regresar."

Louis se relajó cuando la puerta se abrió, dejando ver a su abogado.
"Mientras mi hijo respire, nunca volveré contigo."

                               _
Louis apresuró a Abraham dentro de su pequeño departamento. Se
estremeció por el frío aire que se sentía. Puso su bolso en el suelo antes dee quitarse su grande chamarra; se agachó, sonriéndole a su hijo
mientras le quitaba su pequeña chamarra. "Hace mucho frío, ¿no es así Abby?"

Abraham asintió, levantando sus brazos para que su madre pudiera
quitarle la chamarra con facilidad. Talló sus ojos. "Hambre"

"Okay, precioso." Louis colgó sus chamarras.

El departamento no era nada especial, una habitación y un baño. A Louis no le importaba realmente mientras mantuviera fuera el frío y la lluvia, mientras mantuviera a Abraham a salvo.

Louis tenía un trabajo, la paga no era demasiada pero era suficiente para alimentar a Abraham y a si mismo. La manutención había llegado ayer, aliviando a Louis de la renta y la cuenta de la luz por este mes. Habían pasado ya tres meses de que se había divorciado de CJ, lograrlo le costó a Louis todo el dinero que había ahorrado pero había valido la pena.

Louis trabajaba en un kiosco vendiendo joyas, pasaba ahí largas horas y ahora, gracias al frío, las horas se sentían incluso más largas. No ayudaba el hecho de que Abraham tenía que ir con él, hacía mucho frío para mantenerlo fuera pero no había mucho que Louis pudiera hacer al respecto. Necesitaba un niñero pero no podía pagarles apropiadamentehasta que ahorrara un poco más de dinero.

Abraham era el mejor amigo de Louis, tenía tres años ahora, su
cumpleaños había sido hace dos días. Louis pudo comprar un pequeño pastel y Abraham pareció disfrutarlo. Louis y él eran bastante similares en cuanto a sus emociones, ambos siendo controlados por sus
sentimientos. Abraham no hacía amigos, ni siquiera lo intentaba. Era un niño nervioso y Louis sabía el por qué; si pudiera, mataría a CJ. Su más grande arrepentimiento era haber caído por una sonrisa amable y unos ojos azules.

Ser un omega con un alfa abusivo era algo normal, especialmente
porque nadie podía decir en qué punto se convertía en abuso. Los alfas eran reconocidos por ser agresivos. CJ era su primer alfa y Louis era de esas personas incapaces de diferenciar el abuso de la agresividad pero lo entendió cuando CJ abofeteó a su hijo tan fuerte que lo arrojó al otro lado de la habitación.

En aquel momento, todo dentro de Louis le decía que matara a aquel hombre, pero los omegas no tenían estómago para la muerte. Las
criaturas que dan vida no podían quitarla pero Louis nunca estuvo tan cerca como en ese momento.

Recordó que cuando empacó y se fue estaba aterrado, no ayudó que siempre había sido un manojo de nervios y sumisión. Louis intentó
superar eso, por él y por Abraham. Todo lo que quería era una familia, pero había aprendido que Abraham y él eran suficiente. Eran lo suficientemente felices, no necesitaba nada más.

"Aquí tienes unas galletas por ahora, Abby." Louis le pasó un pequeño bowl verde. "Ve a mirar televisión, mami va a preparar la cena."1

Abraham tomó una galleta y se la tendió a Louis, éste se arrodilló "esas son para ti, precioso."

El pequeño negó, acercando más la galleta hacia él "Mami."

Louis tomó la galleta con delicadeza "gracias, Abby."

Abraham asintió, alejándose de la cocina. Louis sonrío, mirando la galleta antes de darle una mordida. Se estaba muriendo de hambre, así que comenzó con la cena.

Abraham era un niño callado, no muy amigable pero oh, tan amable. No habla mucho y se asusta con facilidad, es un niño de mamá y a Louis no le importa eso. El pequeño es un alfa y la gente suele burlarse por lo asustadizo que es. Eso normalmente termina en Louis tomando a su hijo en sus brazos y alejándose porque no es justo. No es justo que su hijo tenga que ser de una manera u otra. No era justo que su hijo tuviera que ver cómo su madre era golpeado por una persona a la que se suponía, tenía que admirar. No era justo que esa misma persona lo hiciera sentir
inferior, que lo golpeara. La gente no sabía eso y Louis no creía que
tenía por qué explicarles eso.
Abraham era su mundo.
Louis tomó una olla mientras acariciaba la parte trasera de su cuello.