Colmena de muertos #1

Capítulo 1

Raina regresó de la escuela con la esperanza de que, por una vez en su vida, encontrara a sus padres en la casa, esperándola. Pero no fue así. En la casa no se escuchaba ni una voz, como en la mañana. La chica se sirvió un plato del espagueti que había cocinado el día anterior. Mientras comía solo pensaba en la soledad de la casa; todo lucía reluciente y en su lugar, claro, ella era quien había recogido la casa, y se podía decir que solo una persona habitaba allí. Sus padres siempre estaban en viajes de trabajo. En realidad no le afectaba estar sola, pero, aun así, a todos les viene bien compañía de vez en cuando, y más de sus padres.

    Subió a su habitación después de haber lavado sus platos. Raina se sentó en su escritorio, de inmediato prendió la computadora y puso Beat it de Michael Jackson, su cantante favorito. Se ató sus lacitos de oro-como le decía su madre a su cabello- en una coleta, lista para trabajar. Comenzó a dibujar en su bloc; mientras escuchaba música todas sus creaciones e ideas fluían más rápido. De todos modos, ese momento de paz y en el que podía alejar todas las obligaciones de su mente no duró mucho. La alarma de su celular sonó indicándole que debía comenzar a hacer la tarea y enviarla a sus profesores.

  Cuando terminó de hacerla abrió su correo electrónico, estaba a punto de mandarla cuando le llegó un correo nuevo, lo raro era que el remitente no le resultaba conocido. Abrió el correo y comenzó a leer:

De: FOREST

Buenas tardes, señorita Verrat.

Se le envía este correo para informarle sobre nosotros, FOREST, una organización dedicada a la invención de nuevas vacunas y procesos para tratar distintas enfermedades. Se le solicita su ayuda para que usted sea partícipe en pruebas del prototipo de una vacuna. Si desea más información consulte a la Srta. Clarisse Shepherd.

Esperamos verla pronto.

Raina no sabía qué pensar. Era un correo muy extraño, sabían su nombre, era de una organización de la que nunca había oído hablar y con escaza información. Pero, lo más extraño de todo era Clarisse Shepherd.

¿Clarisse? ¿Su Clarisse? ¿Su amiga de toda la vida? Era imposible, ella jamás le había contado nada de una tal organización FOREST. Decidió llamar a su amiga pero en ese mismo instante le entró una llamada. Era su madre. Se olvidó del extraño correo y cuando respondió la llamada lo hizo entusiasmada; su madre le llamaba pocas veces.

 - ¿Mamá?

-¡Hola, cariño!-La chica se sobresaltó un poco por el grito de su madre, aunque debería estar acostumbrada.

-¿Cómo va todo mamá?

-¡Perfecto! Me la he pasado muy bien, aunque no debería, ya sabes, es un viaje de trabajo. ¡Pero es que no me puedo resistir a las maravillas de París! Te mandaré unas fotos.

-Mamá, ya lo hiciste. No quiero que me mandes más fotos de ese viaje; a veces mandas fotos repetidas.

-Oh, lo siento cariño- La línea al otro lado se queda en silencio por un minuto-.En fin, solo te llamaba para preguntarte si todo va bien.

-Sí, mamá.

-Bien. Nos veremos mañana por la mañana. Le mando un beso a mi princesa. Te amo.

-Y yo a ti.

Su madre fue la primera en cortar. Aunque le entusiasmaba un poco la llamada, no le contó mucho a su madre. Siempre que la llamaba parecía que su madre tenía prisa por colgar y disfrutar de sus lujosos paraderos.

   Agarró su cubo Rubik y trató de armarlo en menos tiempo que la vez anterior, en ese momento recordó que tenía planeado llamarle a Clarisse, pero decidió no hacerlo. Quería preguntarle en persona. Que ella le explicara sobre FOREST, esas vacunas y todo lo que tenía que saber. De todos modos, aunque Clarisse le explicara todo eso, ella no aceptaría la oferta. Le parecía muy riesgoso probar el prototipo de una vacuna.

     El resto del día leyó libros de Agatha Christie, le encantaba los libros del género policial y de misterio. Se hundió en el mundo de esas páginas para no regresar a la realidad que tan pocas cosas buenas tenía para darle.

 




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