Colores

7. Cumpleaños

La perfección del arte consiste en ocultar el arte.”
Marco Fabio Quintiliano

- ¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños Lil? - había llegado a casa hacia una hora y seguía acostada en el sillón. Tobias, ahora estaba cocinando y me hablaba desde la otra habitación. - Tenés que hacer algo para cambiar ese humor horrible.

- No sé. Tal vez lo mismo de siempre. - respondí bufando.

- ¿Ese bar? - a mi amigo el lugar que yo había elegido durante tres años seguidos no le agradaba demasiado, decía que todos ahí parecían demasiado hippies, creo que por eso me gustaba.

- Si. Me gusta. Además... - me incorpore. - Siempre me dan tragos gratis.

- ¿Vas a invitar a Azul? - preguntó acercándose y apoyándose contra el marco de la puerta con un repasador en la mano.

- Claro que no. - conteste indignada. - Es decir, me encantaría pero... no creo que sea una buena idea.

- ¿Por qué no? - se encogió de hombros y se acercó. Mientras le hice un gesto para que se sentara a mi lado.

- Porque ella no es el tipo de persona que va a venir a mi cumpleaños. - me parecía bastante lógico, las únicas veces que Azul y yo habíamos hablado se mostraba de una forma tan... misteriosa, que me terminaba por confundir.

- Cómo quieras. Pero yo la invitaría. - volvió a levantarse.

- Ni siquiera es mi amiga. - me abrace a uno de los almohadones del sillón.

- Pero te tiene babeando. - su tono bromista me molestó un poco y rodé los ojos.

- ¡Basta Tobias! - le lancé el almohadón y él, con una especie de sentido arácnido, se agachó para que no lo golpeara.

- La verdad no duele ni ofende naranjita.

***

Feliz cumpleaños hija hermosa. - ese fue el primer saludo que recibí, por parte de mi padre. Me despertó a las 4:31 exactamente, horario en el que había nacido, siempre hacia lo mismo.

- Hola pa. Gracias. - me refregué los ojos y prendí la luz de noche.

- ¿Qué se siente ser un año más vieja? - bromeó.

- Lo mismo que el año pasado, nada. - soltó una carcajada y luego comenzó a toser; los años fumando le estaban comenzando a hacer efecto.

- ¿Cómo te está yendo con eso que estás pintando? - mis padres siempre me habían apoyado en mi elección. Mi mamá se molestó al principio pero luego comprendió, y, aunque no entendían absolutamente nada de pintura, siempre me habían apoyado.

- ¿El mural? Bien. Hoy lo termino. - le conté y eso me hizo dar cuenta de que... ese sería el último día en el que vería a Azul.

- ¿Me mandas una foto después?

- Por supuesto. - respondí sonriendo.

Te quiero.

- Yo también.

***

- Y listo. Terminado. - me aleje unos pasos para ver la obra completa. Estaba más que orgullosa de mi misma.

- Excelente. La verdad es que... quedó mucho mejor de lo que creí. - comentó Azul apoyando su mano en mi hombro.

- ¿No me tenías fe? - me giré para mirarla, sonriendo.

- Si, pero, superó mis expectativas.

- Gracias. Y... gracias por la oportunidad. - la voz se me cortó un poco. No podía terminar de expresar o agradecer lo que había hecho al contratarme.

Comencé a juntar mis cosas, muy lentamente, no quería irme, había postergado lo más posible el fin de la obra, pero, el momento de terminar había llegado.

- Lila. - dijo a mis espaldas. - Yo... le mostré a algunos de mis superiores tu trabajo. - me giré e hice un leve "Ohhh". - Y a ellos... les encantó. - parecía un poco nerviosa al hablar y yo estaba completamente en shock. - Me dijeron que, la empresa está en proceso de reforma y que... pues te van a tener en cuenta para hacer algo más en otras áreas.

Solté un grito de emoción y salte sobre ella a abrazarla. Al instante me aclaré la garganta y me alejé.

- Gracias.

- No tienes que agradecer, es decir, se supone que no debo decir nada solo eso, que no estoy autorizada pero... creí que era una buena noticia para darte en tu cumpleaños. - abrí mucho los ojos, sorprendida.

- ¿Co... Cómo sabes eso?

Río por lo bajo. - Mariana te tomó tus datos cuando te contratamos como empleada temporal.

-¿Y lo recordaste? ¿Después de más de un mes? - ese dato no podía pasarme de ser percibido.

- Es mi trabajo recordar estas cosas. Para mantener alto el espíritu de los empleados. - respondió como si no fuera la gran cosa, mientras se cruzaba de brazos.

- Claro. - dije un poco decepcionada.

- En fin... Feliz cumpleaños. Espero que... nos veamos pronto. - comenzó a caminar y a alejarse.

- Espera. - la frene tomando su brazo para que girara. - Hoy... a la noche voy a juntarme con unos amigos, ya sabes, para celebrar. Tal vez... - las palabras se agolpaban en mi garganta, pero un nudo hacia que me fuera muy difícil hablar. - Te envío ahora la dirección. - sin esperar respuesta teclie y se lo envié.

- Gracias, por la invitación pero... no creo poder asistir. - dijo y sentí como si un yunque me golpeara en la cabeza.

- Entiendo.

***

A la noche estaba en el bar con mis amigos, bailando y digamos, festejando, pero, seguía mirando la puerta, esperando que alguien llegará.

- No va a venir. - me dijo Mariana. Era una persona demasiado observadora y sin decirle absolutamente nada, se había dado cuenta.

- Lo sé Mari, pero...

- No perdés las esperanzas... - Tobias termino la frase. - asentí. Mariana rió y Tobias la miró con demasiada intensidad. Lo mire y le guiñe un ojo antes de alejarme un poco.

- Ahora vengo. - grité por sobre la música.

Estaba volviendo del baño cuando a la distancia vi a Azul subiendo las escaleras, dirigiéndose al segundo piso. Fui tras ella.




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