“El arte consiste en
celebrar, cantar y
llevar a cabo la belleza.”
Balthus
(Balthasar Klossowski de Rola)
Al volver tenía miles de ideas lo que me ayudó demasiado a presentar, no sólo lo que me habían pedido, sino más; lo que no sólo me alegraba sino que me hacía sentir demasiado orgullosa de mí misma
El día D había llegado, y fui, con la ayuda de Azul y Tobi a la galería, llevar todos esos cuadros no era nada sencillo.
Entramos en el lugar y, como cada vez que iba, me había quedado con la boca abierta. Las obras que se exhibían allí me parecían tan espectaculares y geniales, que, me resultaba imposible de comprender el hecho de que mi nombre se encontraría entre todas esas personas a las cuales, admiraba y respetaba.
- Increíble. - murmuró Carmen mientras revisaba lentamente cada uno de los cuadros. Yo estaba parada, en el medio de la sala, intentando no caer de rodillas, de lo que me temblaban las piernas. La realidad era que me estaba jugando mucho al presentar todo eso, la mujer podría decir que lo que había llevado no le gustaba y yo me quedaría peor que antes. - Lila este concepto es muy novedoso y me encanta. Me recuerda al Hans Hoffmann. Maravilloso. - miré a Azul, la cual al escuchar el nombre del artista bajo la mirada mientras sonreía.
- Gracias. - dije feliz. - Es un artista que me trae buenos recuerdos. - agregué.
- De seguro son recuerdos hermosos, porque estas obras son una de las mejores cosas que vi en varios años. - reprimí el impulso de ponerme a saltar en ese mismo instante o de hacer algún tipo de baile de la victoria. - Esto estará en la muestra del mes que viene Lila, es maravilloso. - repitió. - Durará 5 meses. - se giró y me miró, colocando una de sus manos en su cadera. - ¿Estas de acuerdo?
- ¿Con que mis obras estén expuestas en una de mis galerías favoritas durante todo ese tiempo? - Carmen asintió. - Por supuesto. ¿Dónde tengo que firmar? - es respuesta rió ruidosamente.
- Excelente déjamelaa y cuando se ignagure te avisaré.
- Nunca dude de ti. - susurró en mi oído Azul mientras me abrazaba, en el instante en el que salíamos del lugar.
- Al fin Lil. Te lo mereces. - Tobi me abrazó después, no podía soportar la alegría, era demasiado para mi cuerpo.
***
Un mes después, allí estaba, en la ignaguración de la presentación.
Me había comprado un vestido demasiado costoso, pero, no me interesaba, quería estar perfecta.
- Aquí conocerás gente muy importante Lila. - me dijo Carmen cuando entramos. - Es una enorme oportunidad para que obtener contactos. - lo sabía, por eso estaba tan nerviosa.
- Todo saldrá bien. - comentó Azul tomando mi mano.
La gente se acercaba a mis obras, murmuraba, comentaban, todos tenían buenas críticas y eso me enorgullecía demasiado.
- Lila, mi vida. - antes de que pudiera reaccionar, mi madre me abrazó, no la había visto llegar, por lo que no estaba preparada. - Felicitaciones hija. - al soltarme mi mamá tenía los ojos llenos de lágrimas, logré ver detrás de sus hombros, como mi papá también se acercaba. - Encantada. - le dijo a Azul mientras mi padre también me abrazaba.
- Igualmente. Soy Azul. - mi mamá se tapó la boca con las manos.
- Escuché tanto de vos que siento que te conozco de toda la vida. - le respondió. - Gracias. - le dijo mientras también la abrazaba a ella. - Gracias por hacer posible esto. - agregó señalando el lugar. Azul se puso completamente roja y bajó la mirada.
- Lila. Ven. - escuché mi nombre y me giré, Carmen, estaba a unos metros, con un grupo de personas. Me disculpe de todos y me acerqué. - Ella es la joven promesa de las que le he estado hablando.
Carmen pasó media hora hablándoles a esas personas de mi y halagandome, todo me parecía tan irreal.
- ¿Están en venta estas obras? - me preguntó una de las mujeres. - Tengo el lugar exacto para colocar esta. - miré a Carmen pidiendo auxilio, no sabía cómo responder.
- ¡Claro que sí! - respondió la mujer. - Pero no ahora. Esta muestra no puede ser desarmada y menos en este momento Mónica.
- Entonces esperare. - la mujer saco de su cartera una tarjeta. - Toma querida, cuando Carmen te autorice, me llamas y me decís cuánto dinero querés que te de por esa obra de arte. - me dio un beso en cada mejilla y miro a Carmen. - Demasiado hábil, eso es lo que sos. Nos haces enamorar de la obra y la artista, para después decirnos que no. - ambas rieron y yo me quedé un poco descolocada, no por no comprender, sino porque no podía creer lo que había sucedido.
A los diez minutos volví a mi puesto, mis padres y Azul hablaban demasiado animadamente. Me detuve un instante para mirarlos a los tres; eran sin duda, lo más importante que tenía en mi vida. Acercarme a ellos y hablar en tono relajado, era lo que necesitaba.
***
Cuando la muestra termino nos subimos al auto, mis padres nos habían invitado a cenar, pero la realidad era que sólo quería acostarme, pasados el estrés del momento, el cansancio se había apoderado de mi.
Azul comenzó a hablar de la muestra, pero me dolía la cabeza, simplemente quería pensar en otra cosa.
- Esta bien. - me dijo. - Hablemos de algo completamente diferente. - Tus padres son increíbles.
- Son lo más extraño que hay en este mundo. - respondí entre risas. - Están divorciados hace 10 años y viven en el mismo edificio, un departamento al lado del otro. - Azul me miró con los ojos muy abiertos. - Dicen que no se aman pero que no pueden vivir lejos.
- Increíble. ¿Tienen pareja? - esa era la pregunta obvia, lo sabía.
- Si, ambos. Tanto Helena como Javier, son maravillosos, han aceptado esa extraña relación que tienen.
- Puedo preguntar... - dijo con un hilo de voz. - ¿Cómo fue que les dijiste que...
- ¿Que era lesbiana? - ella asintió casi con verguenza. - Había ido con Tobias a mi casa, necesitaba estar con alguien y él era el único que lo sabía. - suspiré. - Cuando estaba por decirles, mi mamá me interrumpió y le preguntó a Tobi si él se había sentado con sus papas a decirles: "Me gustan las chicas". Él dijo que no, que no hacía falta. Entonces... mi mamá respondió que tampoco hacía falta que yo les de explicaciones. Que me amaban a mi, por lo que era, no por que persona me gustaba. - terminé de hablar con un nudo en la garganta, con demasiada emoción. - Soy quien soy gracias a esos dos y a que siempre han estado ahí para apoyarme.