Colores diferentes

Capítulo 2

La directora Haggins, luego del suceso, ordenó a que todos los estudiantes debían mostrar el contenido de sus mochilas antes de entrar. Nunca había sucedido algo así, había puesto a todo el personal en alerta. Ese tipo de situaciones dejaban en una muy mala posición a Haggins. Todos se preguntaban quienes estaban detrás del grupo x, por supuesto, yo solo tenía curiosidad por aquél chico del salón de pintura. Para ser sincera, no lo había visto antes, quizás porque no estoy interesada en los extraños. 

Mi madre, Annie Guiz, me llevó en carro hasta el colegio. Le dí un beso, bajé del vehículo y caminé hasta la entrada. Ahí estaba el gran idiota del señor Tony Giggs, el maestro de química. 

—Mochila, por favor. 

Lo miró no muy sorprendida.

—¿Ahora, será así? ¿Nos tratarán como sospechosos narcotraficantes?

Me devolvió mi mochila y frunció el ceño.

—Puedes darte media vuelta e irte. 

No digo nada, ignoro verlo, sigo caminando hasta el salón de matemática. Veo que Mina y Mily sí entraron a la clase, eso quiere decir que no tendré que lidiar con el descerebrado de Josh. Me siento en medio de las dos. Hablaban sobre el grupo x y los posibles sospechosos. 

—Tom Kell. 

Ambas se quedan viéndome como si fuera nombraron a un demonio.

—¿Qué sucede con Tom? —pregunta Mily. 

—Quizás esté detrás del grupo x —contesto —¿Lo conocen?

—Muy poco, no habla con nadie —comenta Mina. 

Pienso en decirles lo que sucedió ayer, pero me detengo antes de hacerlo.

—Muchos dicen que puede ser Bobby Pull. Tom Kell es el chico más misterioso, podría llegar a la conclusión que esos dos sean los responsables —continúa Mina 

—«responsables», suenas como la directora —no la culpo, me encanta el estilo de Haggins— digo que, quizás solo haya sido una broma más. 

Mina toma su lápiz y saca la punta ansiosamente. 

—Hay que estar pendientes, el grupo x puede regresar. 

—Por favor Mina, no lo digas como si esto fuese una película de terror, no sabemos lo que ellos en realidad quieren, nadie aún ha muerto —explico riéndome.

—Hay algunos que dicen que el grupo x se reune en los salones solitario —explicó Mily —. Muchos han visto a Tom por los salones cuando no hay nadie. 

Intento morderme la lengua para no hablar. Comienzo a sentirme sospechosa. Se me hace incómodo actuar como si no supiera nada. Mina y Mily, son las dos únicas amigas que me conocen exactamente, nunca les oculto nada, pero esta vez es diferente, no puedo hablar libremente de como me encontré a Tom minutos antes de que el grupo x actuara, sin duda alguna me señalarían como su posible integrante. 

—Olvidemos por un momento el tema, me está estresando —pongo mis ojos en blanco —¿Irán a la fiesta de Félix? 

Ambas se miraron sin decir una palabra.

—Que obsesión con ese chico, es tan idiota, dios. 

—¿Por qué preguntas? Mily no irá, yo tampoco.

—¿No puedo preguntar si asistirán a una simple fiesta de cumpleaños?

—¡Simple! —exclamó Mina —. Es obvio que Félix se acostara con todas las chicas que quiera esa noche.

—Ni siquiera pienses ir —dijo Mily con un tono amenazante.

Me quedé viendolas sin ninguna expresión en mi cara. 

—No iré.

En realidad sí quería ir. Soy masoquista, lo sé. He estado enamorada de Félix desde 8° año. Solo hablamos un par de veces, y fue simplemente por casualidad, ¿Los saludos cuentan como conversación? 

—¿Segura?

—Segura Mily.

—No quiero verte triste por ese... 

—¡Descuida! —interrumpí antes de que soltara alguna palabrota. 

Julio llegó un poco tarde al salón y empezó a dar su clase. No estaba de ánimos para prestarle atención a todos los garabatos que escribía y explicaba en el pizarrón. La intriga y la curiosidad rodeaban mi mente preguntándose por Tom, el chico rarito. ¿Será que tiene que ver con lo que sucedió afuera del colegio? ¿Pertenecerá al grupo x? ¿Bobby y él serán cómplices? Sí, eso quiere decir que estoy en peligro. 

Julio me da permiso de ir al baño, salgo del salón y camino por todo el pasillo, no hay señales de nada misterioso. Ni Tom, ni un tal Bobby, ni mucho menos nada con respecto al grupo. No tardo mucho en salir del baño, camino de nuevo por el pasillo y observo a lo lejos unos de los casilleros abiertos. No me sorprendería que unos de los chicos lo haya dejado abierto. Me acerco lentamente y observo que dentro de él están varias cartas. Intento acercarme más para tomar una, pero escucho algunos pasos que me avisan que alguien se acerca. Voy hasta unos de los muros y me quedo escondida allí. Trato de mirar hacia el casillero y allí estaba Tom, pensando en agarrar una carta.  El chico nervioso volteó hacia todas partes y la tomó, justo al hacerlo huyó del lugar. 

El idiota había cerrado el casillero, no pude agarrar unas de esas cartas. Regresé al salón, con muchas más preguntas que las de antes. Al salir de clases, fuí hasta mi casillero junto a las chicas para buscar algunos cuadernos. Abro la puerta y veo un pequeño papel colo negro con destellos dorados. La tomó y la leo.

Mis amigas me miran con preocupación.

—¿Qué sucede? —preguntan ambas. 

—Nada, recordé que tengo una tarea aquí para entregar. Ya saben, soy un poco torpe con las entregas. 

Miro el pequeño papel de nuevo. 

 

Grupo x

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En el texto hay: adolescencia, amistad, acosoescolar

Editado: 08.08.2022

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