¿cómo Arruinar Una Boda?

34.1 Operación rescate


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Claire

Las palabras nunca han sido mi método de persuación favorito y algo me dice que aunque le pida de por favor a Maximilian con la amabilidad que me caracteriza de que me devuelva a Tracy, él dirá que no.

Presentimiento de loca.

Tracy ha entrado en estado de emergencia, ya todos los hermanos Wilscreek saben de lo mi loca amiga tiene entre sus manos o más bien entre sus entrañas, y ahora, la retienen. Se niegan a dejarla marchar.

Así que cuando volvemos a la mansión luego de varios vuelos de escala, taxis y una pequeña siesta de quince minutos en el taxi de vuelta a casa que me deja un poco atontada, estoy sentada en la mesa de vidrio blanco de la sala de la mansión Evans, demasiado gigante para comer ambos, y al mismo tiempo no lo suficiente para contener la presencia de los dos en un mismo sitio.

Mi cabello está lo siguiente a despeinado, no hay ni una sola gota de maquillaje en mi rostro, y me siento un poco cansada en conjunto a que los huesos de mi cuello crujen y se quejan por la posición en la que dormí mientras volvíamos a la mansión.

La señora Choopkins está de vacaciones, ese es el motivo de que no esté pululando alrededor de ambos preguntándonos al respecto, el regreso del viaje se adelanto al menos cuatro días. Estamos solos y la quietud de la estancia comienza a resultarme desesperante, el volver a sentir es destrozante, y por más que quiero, no estar preocupada no puedo evitarlo.

Quiero a mi amiga de vuelto pero no es tan sencillo como tocar la puerta del magnate millonario y pedir por la rubia.

Porque, por mí, Demian también está de vuelta, ambos estamos sentados en la mesa, estoy en la cabecera de la mesa y él a mi izquierda, con su codo apoyado sobre la mesa para sostener su mandíbula y en calma.

—Me gustaría saber la razón por la que acabamos nuestras vacaciones tan pronto —inicia con voz oscura y grave, y un brillo de fastidio en sus ojos—. Tracy está en problemas —dice con voz aguda y ridícula—, no parece respuesta suficiente.

Aprieto mis labios, juntando mis dedos sobre mis piernas cruzadas.

—Esas no eran vacaciones —respondo y sus cejas se enarcan en un arco al verme—. Tú estabas trabajando todo el tiempo, sólo que desde un lugar distinto al cual sueles hacerlo.

Me sonríe mostrando sus dientes blancos.

—Me alegra que estés de vuelta —dice, como si nada, acomodándose en la silla, y ubicando sus manos relajadamente detrás de su nuca—. Y ese tipo de circunstancias, en dónde sigo trabajando pero en otros lugares lejanos, yo las llamo vacaciones.

Me encojo de hombros, ignorando la extraña definición.

—Ayúdame a conseguir a Tracy —pido, y eso ocasiona que un brillo travieso y divertido cruce sus ojos.

—Claire Blunt pidiéndome ayuda —dice con un gesto de falsa sorpresa en sus facciones varoniles—. No pensé que viviría para esto.

Cruzo mis piernas haciendo que el vestido blanco suba un poco y él desplacé la mirada hasta mis ojos.

—Lo haré, contigo o sin ti —informo con mucha seguridad. Pero en mi cabeza, no estoy tranquila repasando los pasos de un plan que se forma en mi mente. Con la ayuda de Demian todo sería más sencillo, aunque me pica el orgullo, deja de importar que se lo este pidiendo porque se trata de Tracy y si ella pidió que la sacará de allí, algo raro debe estar sucediendo.

Demian suspira, largo y tendido.

—Es una misión suicida —informa chasqueando sus dedos como si no lo supiese.

Se trata de infiltrarse a la mansión de una de las familias de millonarios más oscuras.

—Hoy es un buen día para morir.

Sus ojos verdes se oscurecen y balancea la copa de vino entre sus dedos.

—No me gustaría perder a mi esposa a tan temprana edad —declara entrecerrando los ojos, intentando ver que tan enserio voy con mi plan de salvar a Tracy. Y lo hago, estoy yendo con todo para salvar a mi amiga.

Tracy ha estado allí cada vez que la he necesitado. Ha ayudado a arruinar cada una de mis bodas. Ha apoyado mis locuras y ha traído papel higiénico al baño cuando se ha acabado. Ha sido la de las ideas de beber cuando me he sentido triste por Adler. 

No está a decisión salvarla. Es una elección ya hecha.

—Debiste considerarlo antes de casarte conmigo.

Me levanto y la silla se desplaza hacia atrás cuando me levanto de la mesa, mis tacones haciéndome parecer aún más alta de lo que soy cuando Demian está sentado. Le dirijo una última mirada antes de irme. Estoy subiendo las escaleras cuando lo oigo.

Su voz ronca resonando por toda la estancia,

—Somos alíados —reitera y me detengo a mitad de las escaleras con la mano sujeta al barandal de color negro.

Asiento para hacerle saber que lo escuché, y me dirijo hacia mi habitación en la mansión, murmurando para mí misma.

—Me parece que ambos somo más como El eje.

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Cuando pisas lo profundo, sólo tienes dos opciones, impulsarte hacia arriba o quedarte en la profundidad, ahogándote.

Elegí la segunda elección.

El aire es pesado y a veces asfixiante, pero cumple su función. mantenerme viva. El dolor sigue allí como una bola arrasadora que amenaza con derribarme, pero lo acepto, lo acoplo, lo hago parte de mí.

Sin embargo, mi mente no puede concentarse mucho en el pasado porque debo mantenerme en el presente, elaborando un plan futuro que me ayudé a conseguir a Tracy.

La he estado llamando, y todas esas veces la llamada se ha desviado al buzón. El no saber si está bien, es un agujero en mi estómago que me mantiene lo suficientemente preocupada como para no dormir mientras busco la forma perfecta para entrar al hogar de los Wilscreek. 

Mis manos están en puños mientras observo los planos de la mansión Wilscreek que Demian consiguió para mí, luego de cobrar algunos favores con una institución de arquitectura. Mi corazón revolotea mientras intento buscar alguna forma de entrar a la infraestructura hecha de titanio sin tener la huella dactilar de ninguno de los Wilscreek, y eso sólo es la primera parte, porque luego de pasar la seguridad genética, debemos atravesar un grupo de guardias y de nuevo otra fortifiación con un código del cual no podría saber menos, excepto que cambia cada tres días.



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En el texto hay: risas, bodas, desastre

Editado: 28.12.2023

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