¿cómo Arruinar Una Boda?

34.2 Operación Rescate

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Claire
 


El sol pega sobre mí, calentando mi rostro y proveyéndome de vitamina C.

Por algunos segundos, cuando cierro los ojos al verme deslumbrada por el sol, podría afirmar que oigo las olas del mar de Cancún o siento el viento pegando mi rostro, pero los sonidos de los autos y el tráfico me devuelven a la realidad, donde tengo una misión.

Misión foca al agua: en proceso.

Un vestido blanco un poco más escotado de lo que suelo utilizar demarca mi cintura, estoy un poco más delgada y tuve que ceñir un poco más la tela en mis caderas pero logra su cometido a la perfección: atrapar la atención de las personas que pasan a mi alrededor.

Hago una mueca con mis labios pintados de rojo al no ver al objetivo de mi misión.

Los individuos pasan a mi alrededor, uno tras otro y reviso mi reloj de manera distraida, esperando que marque la hora adecuada.

Cold Wilscreek suele salir del trabajo entre las cinco y seis de la tarde y he estado andando como una especie de turista en frente del edificio, admirando la estructura en forma de diamante, con un gran parecido a un cristal creando una gran ilusión, ellos lograron que pareciera que un gigante diamante está sosteniéndose a sí mismo sobre su parte inferior. Esa es una sola de las tantas locaciones y fábricas que pertenecen a los Wilscreek, pero en está, sólo una pequeña minoría afortunada trabaja: entre ellos, uno de los hermanos, mejor conocido como la presa.

Transcurren alrededor de cinco minutos antes de que Cold, por fín, salga por las puertas de cristal de color gris que sólo se abren cuando formas parte de la pequeña lista de trabajadores de W-Shine.

El plan llevándose a cabo a penas la presa pisa el suelo de cemento con uno de sus caros mocasines.

Mi rostro luce perfecto, pero no es visible para todos por las gafas de sol que me coloqué luego de estar quince minutos expuesta sl sol.

Camino con andar despreocupado mientras llevo mi teléfono a mi oído y comienzo a hablar.

—No estoy segura de como salga esto —expreso en voz baja mientras la llamada es recibida y escucho un suspiro conocido al otro lado de la línea que de cierta forma, me tranquiliza—. No he afinado este plan tanto como me hubiese gustado.

Muerdo mi labio al escuchar que revele más información de la necesaria.

—Podría decirse que es un plan perfecto —recalca la voz masculina al otro lado de la línea y mis nervios reaccionan alterándose aún más.

—No estoy segura de confíar en ti —informo, retomando la caminata con la mirada fija adelante—. No pudiste conseguir tu empresa sin mi ayuda.

Su risa ronca al otro lado de la línea tranquiliza un poco mis nervios, porque esto podría ser otro juego entre ambos, de no ser porque se está jugando una vida...o dos.

—Por eso no deberías dudar —Su voz dura me devuelve a la realidad—. Si lo hicimos ambos, es un plan perfecto.

Un plan perfecto, repaso las palabras en mi mente, como si pudiese convertirlas en realidad con el pensamiento. A mi cabeza vienen todas las horas que pasamos afinando huecos en dónde podrían existir errores, y creando un plan B, en caso de fracasar con el primero, la tecnología, planeación y determinación con el que se planificó no deja espacio para errores. El corazón me retumba mientras me acerco a dónde está mi objetivo.

Atractivo como un dios pero en la misma medida peligroso como una granada. Ese es la definición correcta para Cold Wilscreek.

Observo un destello rubio a menos de cuatro metros, y me doy cuenta que estoy a segundos de dar inicio a nuestro plan.

—Solecito a la vista —informo en voz baja y lo oigo reír.

—Ellos te habrían desaparecido por decir eso —responde la otro lado de la línea.

—Antes deberían encontrarme primero.

—Tendría que permitirlo —contesta con voz oscura.

Y con esas palabras, la línea queda en silencio, tiemblo por dentro y cuando la presa está a dos metros, me contento de haber atrapado la atencion del rubio, quien me da una mirada de examinación antes de seguir al frente. Yo hago lo mismo.

Nos separa a penas un metro.

Y es entonces, donde me apoyo en el tacón débil izquierdo, haciendo que trastabille, y que mi figura tambalee. Suelto una maldición en voz alta mientras me siento caer y espero el golpe que me daré contra el suelo, la idea es que se detenga a ayudar a una mujer hermosa.

Porque Cold Wilscreek es dos cosas: un caballero y un mujeriego.

Ambas son contrarias pero lo definen bien. Cold no podría resistirse a una linda chica cerca de él. 

Sin embargo, el suelo nunca llega y entonces un suspiro sale de mis labios, seguido de varias maldiciones que no puedo detener, pero si hay algo que detiene mi caída contra el pavimento y es la mano de Cold Wilscreek, el jefe de diseños de la empresa de diamantes, que está sujetando mi espalda, estoy siendo sujetada por él mientras su cuerpo se inclina inevitablemente hacia mí para que no caiga, su perfume masculino se cuela por mis fosas nasales mientras su expediente se abre en mi cabeza.

Cold Wilscreek, 27 años, el hermano del medio, especialista en diseño de joyas, aficionado a las mujeres y a todo bar que tenga alcohol. Graduado en la universidad de Harvard y Yale, en Economía e Ingeniería petroquimica. Su madre es dueña de una empresa de diseño de modas reconocida mundialmente. Es un gran mentiroso, estafador y un buen ilusionista, así que me veo a través de sus ojos verdes mientras suelto un suspiro lento.

Él me devuelve la estabilidad al colocarme en pie y miro al tacón con una mueca antes de observarlo, puesto que sigue allí, que es lo que necesito.

—Son unos muy malos tacones —alego, meneando mi cabeza a lo que veo una mueca oscura y divertida en sus labios. Sus ojos marrones claros brillan a la luz del sol—. Gracias por evitarme una caída.

Su mano rasca su cabellera rubia y hay algo divertido en su rostro cuando me vuelve a mirar.



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En el texto hay: risas, bodas, desastre

Editado: 28.12.2023

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