¿cómo Arruinar Una Boda?

36. Una pequeña traición


.|.
 


Claire

La cabeza me palpita como si hubiese bebido una piscina de alcohol, pero no se trata sólo de beber.

Se trata de que mis recuerdos de la noche anterior son borrosos y vagos. Tracy sigue durmiendo y mi cuerpo se siente dolorido porque me quedé dormida en una mala posición, así que me estiro mientras detallo la pijama que tengo puesta y que no recuerdo haberme puesto. Hay un vaso de agua junto a una píldora en la mesa a la derecha de mi cama, tomo ambas antes de ir a cepillarme los dientes y lavar mi rostro, que no tiene ni una gota de maquillaje. Ladeo mi cabeza confusa, y camino con mi pijama rosado de felpa por la casa, la cual está extrañamente brillante y reluciente, observo el piso encerado del primer piso. Oigo una aspiradora y bajo los escalones a trompicones, esperando ver a la señora Choopkins.

Pero no encuentro a la señora Choopkins, en cambio, veo a Sean con un delantal de girasoles, limpiando la mesa en la que el día anterior comimos frituras.

—¿Tumor benigno? —pregunto confundida.

Me da una mirada cálida debajo de la víscera que sostiene sus cabellos.

—Claire, tenías está casa hecha un desastre —comienza Sean mientras comienza a afincar el paño de tela sobre la mesa que según el tiene una mancha que no quiere salir—. Había desorden, y bolsas, y suciedad...

Observo como limpia y me aparto cuando la aspiradora pretende limpiar por dónde yo estoy.

—Cuidado con Julie, ha tenido un trabajo arduo —declara y lo veo cayendo en cuenta de algo. Meneo mi cabeza mientras cruzo mis brazos sobre mi pecho.

—¿Terminaste con Cristal? —cuestiono, se le cae el trapo de las manos y vuelve a recogerlo.

Sean tiene la manía de limpiar cada que está triste. La primera vez que le rompieron el corazón rodó muebles y limpio ventanas. Cuando vió Titanic, trapeo el suelo durante una hora y reordenó la casa.

—¿Por qué lo preguntas? —Vuelve a su misión con la mancha, aunque en esta casa no existan manchas.

—Porque estás limpiando como en esos programas de obsesivos compulsivos —presiono y veo como enfurruña sus cejas ante mi acusación—. Y sólo haces eso... —Cuando estás desmoralizado, tu vida está hecha un desastre, y necesitas arreglar algo.

Coloca sus manos en su cintura y escucho a la lejanía La gata bajo la lluvia.

—No puedo hacerte un favor sin que lo malinterpretes —Menea su cabeza con desaprobación Sean, está vez dirigiendose a la cocina, la cual está llena de comida: papas fritas, hamburguesas y algunos emparedados, además de refresco.

—¿Envenenada? —señalo con mi cabeza la mesa, puesto que Sean cuando cocina, termina quemando la cocina antes de lograr hacer algo.

—Mcdonalds —se encoge de hombros y tomo una hamburguesa, porque se ve como un buen desayuno. Abro el papel y le doy un gran mordisco que me hace soltar un gemido de satisfacción. La gloria.

Sean comienza a lavar los trastes con diligencia mientras tararea Kilómetros de Sin Bandera y yo ladeo mi cabeza mientras continúo devorando mi hamburguesa.

—Entonces ¿Te pidió espacio o... inventó algo como, que durante está época, tú eras nocivo para ella? —cuestiono, curiosa. Sean deja los platos en el secador y seca sus manos con el delantal. Sacude su cabellera.

—No creo que podamos volver está vez —aclara el moreno con una mueca mientras se sienta frente a mí, pero seguidamente se levanta porque dice que hay una mancha en el mesón—. Hice algo malo.

Ruedo mis ojos y bebo, a través de un pitillo rojo, de un vaso de refresco de cola negra.

—¿Respirar?

Sean alza su mirada de la mesa.

—La herí —admite y veo como sus cejas se fruncen, hay una congestión creándose en su rostro y un gesto de culpa que no puede ocultar.

—¿Y qué hiciste? ¿Olvidar la fecha de su primer beso juntos? —cuestiono y Sean enseria la mirada.

—No fui bueno —recalca nuevamente.

Un golpe atenaza mi corazón al observarlo ser toda seriedad. Escenarios se crean en mi cabeza al ver que se niega a decir nada más.

—¿Qué hiciste? —pregunto mientras dejo la hamburguesa de lado. Mi hambre siendo interrumpida.

Muerdo mi labio inferior mientras él abandona el trapo. Desvía la mirada y se niega a observarme. Comienzo a ponerme nerviosa conforme pasan los segundos, mi corazón se acelera. Él me observa con seriedad.

—Le fui infiel.

Suelto una bocanada de aire, y me ahogo entre la sorpresa y el alivio, porque por un segundo crei que podría ser solo peor.

—Dame un momento. Necesito procesarlo —Alargo mi mano, mientras en mi cabeza comienza el proceso de entendimiento, dejo caer mi mano y asiento, volviendo a mi hamburguesa—. Ya lo procese —muerdo un pedazo de carne y veo a Sean, enfrascarse en una expresión de aflicción—. ¿Por qué lo hiciste? —pregunto.

Sean pasa las manos por su cabello en un gesto de frustración mientras sujeta su rostro entre sus manos.

—No lo sé —contesta. Enarco una ceja, incitandolo a qué prosiga—. Bebí un poco, luego esa pelinegra comenzó a hablarme. Y en un inicio fue una conversación normal, no tenía la intención de... —Sacude su cabeza—. Yo quería. No sé, Claire, las cosas con Cristal no estaban bien ni mal, pero simplemente no fluían. —Mueve sus manos para hacer notar su punto—. La quiero...de acuerdo, eso sonó hipócrita —Niega—. Mi corazón la quiere pero no porque le guste ella, sino porque está acostumbrado a quererla. No había chispa. Y, con está chica, sentí que podía respirar. Teníamos este magnetismo. Y lo hice.

Bebo un sorbo de mi refresco.

—¿Cuántas veces sucedió? —pregunto.

Sean me observa como si me hubiese vuelto loca.

—Una sóla —Pasa una mano por sus cabellos y niega—. Se lo conté al día siguiente. Cristal... —Hay lágrimas en sus ojos, y puedo ver cuánto lo lastima, cuánto se autodesprecia por lo que hizo—, quería intentarlo de todas formas.

En una relación siempre hay alguien que quiere más, por un segundo, pensé que ese alguien era Sean. Parece que me equivoqué.



#3883 en Novela romántica
#1444 en Otros
#417 en Humor

En el texto hay: risas, bodas, desastre

Editado: 28.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.