¿cómo Arruinar Una Boda?

Epílogo

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Los 10 hombres más adinerados del momento

Dinero. Es lo que mueve al mundo. En medio de guerras, desorden y economías frágiles el dinero es un tema controversial, y cuesta creer que a pesar de estás situaciones haya gente que se llene los bolsillos.

¿Qué hacer cuando se tienen más de diez cifras en tu cuenta bancaria? Es la pregunta que nos hacemos mientras hacemos un recuento de los hombres con más saldo en su cuenta bancaria.

1. Edward Shawks.

2. Elomuk Asaader.

3. Chang Min Zheo.

4. Maximiliano Wilscreek.

5. Demian Evans.

País: Escocia.

Valor Neto: 82 mil millones de dólares.

En la sede principal de Inglaterra, un hombre de ojos verdes examina el título. Cliquea el quinto nombre, y procede a leer lo que sea que la prensa amarillista haya dicho ahora acerca de su ascenso a la cima.

Su meta por fin cumplida. Está en la cúspide.

El dueño de E&W, la empresa multimillonaria del momento, no deja de sorprendernos con su versatilidad y habilidad para escoger el negocio adecuado. Porque cada vez que el señor Evans decide invertir en una empresa, está se convierte en un rotundo éxito ¿Coincidencia o casualidad?

Causalidad.

Cotizaciones en bolsa, socio de una de las empresas de logística de envíos internacionales más rápidas y efectivas de la época. Estamos seguros de que el señor Evans no dejará de sorprendernos, y su cuenta bancaria tampoco.

El empresario se echa hacia atrás en su silla, la noche es luminosa a través de los ventanales de su piso. Su oficina permanece a oscuras porque prefiere trabajar de esta forma y las luces de la ciudad son suficiente.

Demian Evans, es ahora, el quinto hombre más rico del mundo.

Podría comprar seguridad.

Podría comprar un país pequeño.

Podría comprar cien mansiones y cientos de residencias.

E inclusive, sentado, mientras tamborilea con el lapicero que le dió ella, está haciéndose cada vez más rico. Y espera, espera sentirlo. El poder apoderándose de cada una de sus células, la sensación de ser el rey del mundo, el sueño prometido. La gloria.

Y lo siente, por supuesto que sí. Lo siente cuando sus empleados se quedan en silencio cuando pasa, cuando desconocidos se le quedan mirando pero no se siente bien.

Demian está incompleto. Y eso lo está destruyendo.

Toda su vida buscando un sueño, esperando, trabajando, siendo paciente e impotente, escalando hasta el nivel superior, para dominarlo todo desde la cima. Nadie por encima de él. Nadie más fuerte.

Tiene el mundo entre sus manos pero el precio que pago para obtenerlo es demasiado alto.

Ella ya no estaba.

Ya no le sonreía.

Sentía náuseas cada vez que recordaba lo que había hecho. La corona, a veces, se tornaba demasiado pesada sobre su cabeza y los recuerdos no dejaban de perseguirlo.

El poder, un año antes, le habria convertido en el hombre más feliz. Ahora, sólo está perdido.

Porque había tenido que dejarla caer para conseguir el poder.

Y hacerle daño a ella, nunca lo haría feliz. Le quemaba como ácido en las entrañas. Le hacía sentir enfermo. Como si el dinero no fuese suficiente para él. Como si nada lo fuese.

Apretó la lapicera mientras recordaba como sus rodillas cedieron al no alcanzar a su esposa, como un grito de dolor puro dejó su garganta y un vacío se extendió por su cuerpo en segundos.

En ese momento, se perdió algo que nadie pensó que Demian tenía: su alma.

Porque ni todo el dinero que poseía podría traerla de vuelta. Porque el proyecto XI de Seth había fallado.

La tecnología que estaba siendo aplicada sobre Claire, se trataba de un software que tenía por objeto cuidar a una persona, siempre que hubiese algún medio electrónico cerca de está persona, el objeto electrónico respondería al comando del software y haría lo posible para mantenerla a salvo, pero ningún tipo de informática la protegió.

Nada podía protegerla de lo que él le hizo.

Cuando se asomó por la terraza hacia abajo, esperó ver sangre, una imagen imborrable que jamás desaparecería de su cabeza y lo destruiría. Pero en cambio no recibió nada.

No había rastro de Claire.

Y aunque un rastro de alivio le llenó. Supo que aunque la arruinabodas estuviese viva, no volvería a confiar en él. Pero necesitaba saber de ella, hablar, pedirle perdón de rodillas, rezarle con devoción.

Darle el mundo si lo pedía.

Bajarle una estrella.

Hacer cientos de restaurantes con su nombre.

La reconquistaría. Y no se vería en la historia un período de conquista tan persuasivo como el suyo, porque la necesitaba.

Ahora ella formaba parte de él. Y él no la volvería a soltar.

Jamás.

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En el texto hay: risas, bodas, desastre

Editado: 28.12.2023

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