El hecho de estar completamente mojada no era algo que me alegrara precisamente, podría ser que amara la lluvia y que me guste sentir las gotas cayendo por mi rostro, pero cuando tienes que ir al Instituto caminando y además vas llegando tarde, que se largue a llover no era algo que pusiera de buen humor a nadie.
Precisamente eso era lo que hoy no tenía, para empezar me levante tarde y con la cara empapada por el vaso de agua que me tiró mamá porque a esta no se le ocurrió mejor manera de despertarme que esa, lo que solo causó que tuviera más ganas de matar a todos, y si a todo esto, le sumamos que cuando salía del baño e iba a la cocina me chocará con mi hermanito que terminó derramándome uno de sus experimentos que olían horrible, tampoco ayudaba a hacerme sentir alegre.
Así que oliendo horrible por lo que sea que me derramó mi hermano y no pudiendo cambiarme porque llegaba tarde, y con ganas de tirarme de un puente, apuro la caminata y rezo porque en la taquilla haya ropa para cambiarme, ya que no creía que sea precisamente bueno aparecer en clases empapada por la lluvia y además llegando tarde.
Lo peor es que el día recién comenzaba y por como iba no sería uno lindo, además después de cambiarme tendría que esperar a la próxima hora para entrar en clase y reunirme con mis amigas, las cuales estaban completamente insoportables mandándome mensajes amenazando de que si me estaba escondiendo por lo de la lista, iban a golpearme y hacerme trizas.
Todo se estaba yendo a la mierda y solo tenía ganas de hacer un berrinche mientras lloraba y daba un pisoton al suelo, pero no podía hacer eso, era grande y se suponía que tenia que actuar acorde a mi edad, por más que deseara con todo mi corazón hacer eso.
Así que resoplando y armándome de valor después de fijarme que el baño y el cambio de ropa logró que estara más decente que hoy, me dirijo hacía la próxima clase que compartía con dos de las chicas y que seguramente estarían esperándome para hacer muchas preguntas, y eso fue precisamente lo que sucedió cuando entro al salón y voy hacía ellas.
– Te ves como la mierda, ¿qué te pasó? – exclama Emma – ¿Los perros te volvieron a correr todo el camino hacía acá? o ¿Acaso tu hermano volvió a hacer uno de sus experimentos contigo?
– Primero y principal esa no es una linda manera de recibirme y si, estoy bien, gracias por preguntar – digo ofendida–. Segundo, los perros no volvieron a correrme y mi hermano no experimento conmigo, solo se le cayo uno de sus experimentos en mi remera y cuando estaba viniendo para acá se largo a llover.
– Creo que a eso le llamo fracasar en todo, estas cosas solo te suceden a ti, corazón–dice Ryan con una sonrisa– . Si a si comenzaste el día imagínate como lo terminarás.
– Gracias por alentarme de esa manera, hace que me sienta mucho mejor–digo con sarcasmo– . Ahora solo pensare en qué más me puede salir mal, aunque estoy segura de que ya nada puede empeorar.
Ellas ríen pero rápidamente sus caras cambían y muestran horror, parecen querer decirme algo cuando siento como un liquido viscoso y verde cae sobre mi. Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir, volteo para ver que Nicolas está tirado en el piso y hay un montón de cosas desparramadas a su alrededor, por lo que deduzco que fue él quien provoco que el balde con esta cosa que tengo encima cayera sobre mi y aunque sé que fue sin querer, no puedo evitar darle una mala mirada que parece asustarlo porque se aleja de mi y pide perdón.
Como si las cosas no estuvieran mal conmigo toda sucia con moco verde y con un montón de adolescentes sacandome fotos mientras se ríen, aparece el profesor de biología mirandome con asco y diciéndome que vaya a cambiarme.
–Espero que eso salga y que el olor se vaya con una ducha– murmura cuando me ve pasar por su lado– . Eso contenía una gran cantidad de desechos para estudiar su descomposición.
Su mirada de lástima solo me hace enojar más y querer romper algo, pero me contengo e insultando a todos interiormente voy de nuevo a las duchas deseando que este día termine rápido porque probablemente no sobreviviría si continúa así.
Al entrar en la cafeteria después de estar una hora intentando que todo ese liquido raro salga de mi y de que el olor se vaya, pienso que quede bastante bien –sin ninguna muestra de que hace una hora estaba manchada con desechos y con un olor que hasta estoy segura se olia desde mi casa –y que nadie va darse cuenta de nada, pero estoy equivocada porque todos estan mirando hacía la puesta expectantes y al verme parecen decepcionarse de que no este sucia, por lo cual algunos regresan a lo que estaban haciendo y otros solo ríen como idiotas.
Por lo tanto, cuando me dirijo a la mesa donde se encuentran mis amigas, los comentarios burlones no se hacen de esperar.
– Me entere de que te cayó mierda encima, Parker. ¿Fue un cambio nuevo o ya estas acostumbrada a tu olor?–dice un chico que esta en una mesa por la cual tengo que pasar.
–No, en realidad ya estoy bastante acostumbrada a oler ese nauseabundo olor por ti, cariño. El que te sientes atrás mio no es algo precisamente bueno. Sabes, hay algo que se llama desodorante, te lo recomiendo.
Eso parece hacerlo avergonzar al ver como todos en su mesa se ríen y casi siento lastima, pero el se metió primero conmigo y se lo merece por creer que iba a poder hacerme sentir mal.
Al llegar a la mesa donde están mis amigas, ellas me dirigen una sonrisa y me hacen lugar.
–Hola bebe, como me entere de que tu día estaba siendo una mierda me encargue de comprar tu almuerzo y además traje tus masitas favoritas– dice Cassie con una sonrisa.
No pudo evitar sonreír y agarrar las cosas con rapidez para poder comerlas.
–Gracias–digo con lo boca llena haciéndoles confundir por no entenderme–, te amo
-– Creo que dijo gracias y te amo –murmura Emma concentrada en su libro, haciendo que las otras dos asientan y quiten la mueca de sus caras por no entenderme.