Scarlett tomó su teléfono y soltó un suspiro ante el mensaje en su pantalla.
"No puedo, voy a pasar unos días en la ciudad" —Ethan
No había vuelto a interactuar con el joven desde la salida al parque de atracciones y ya era fin de semana, días en los que normalmente se dirigen a Meat para comer hamburguesas, pero el pecoso no había aparecido, así que decidió contactarlo y aquella era la respuesta que había recibido.
Pensó por un momento preguntarle cuando volvería, pero sabía que obtendría alguna frase burlona y prepotente por respuestas, así que se decidió por escribir un "¿Todo bien?" y enviarlo.
—Todo perfecto—Le había respondido en joven.
El fin de semana de Scarlett paso lento, con tanta lluvia no habría podido salir de su casa ni aunque quisiera, así que se mantuvo distraída entre series y libros.
El lunes llegó y el clima no daba tregua. Bajo del autobús y corrió a toda prisa en dirección a la universidad, su sombrilla no era suficiente para cubrirla de aquellas violentas ráfagas de viento y lluvia. Con sus zapatos empapados se dirigió al baño para intentar secarse un poco antes de entrar a clases, no quería enfermarse por estar todo el día usando ropa mojada, aunque era muy posible que eso sucediera.
Cuando salió del baño se encontró con Josh dirigiéndose hacia el aula.
—¿Te mojaste un poco Sky? —Le preguntó con burla. El era la única persona que la llamaba de aquella manera.
—Muy gracioso—Le respondió la joven.
Mientras entraban al salón Sacarlett se percato de que una chica, que conocía debido a un par de trabajos que habían realizado juntas, saludo a Josh con una sonrisa tímida.
Al finalizar la clase el joven salió apresurado alegando que no llegaría a su trabajo a tiempo. Mientras tanto, la pelirroja recogió sus cosas y salio del aula tranquilamente.
—Scarlett— Escuchó que alguien la llamaba. Se volteo y descubrió que se trataba de la misma chica que saludo a Josh unos minutos atrás, Alison.
—Hola Ali ¿Cómo estás?
—Bien, esté yo bueno—Le respondió algo nerviosa—¿Eres amiga de Josh?
Scarlett sonrío ante aquella pregunta —Bueno, somos compañeros en varias clases— Respondió—¿Porque?
—¿Crees que podrías presentármelo?
—¿Presentártelo?
—Si bueno, si tú no estás interesada en él, claro.
—¿Interesada en él?—Repitió Scarlett desconcertada.
—Si—Le dijo la chica algo apenada— Es que como los he visto varias veces juntos pensé que tal vez, ya sabes, estaban intentado algo.
—No, para nada—Aclaró Scarlett— Claro que puedo presentártelo.
—Genial—le respondió la joven alegremente—Gracias, nos vemos luego.
—Claro—Dijo viendo como la chica desaparecía por el pasillo
Genial, ahora soy casamentera—Pensó Sacarlett divertida mientras caminaba a su siguiente clase.
La tarde llegó y a la pelirroja no le extrañó que Ethan no apareciera en todo el día. Se preguntó si todavía estaría en la ciudad y no pudo evitar pensar en qué asuntos lo mantenían allá.
La joven sabía que Ethan y su familia se habían mudado hace varios años, cuando aún estaban en el instituto, pero no conocía la razón. En realidad no conocía mucho sobre la familia del pecoso, sus madres eran amigas cuando ambos asistían al jardín de niños, pero al igual que ellos, se habían distanciado con el tiempo.
En cuanto a su padre, dado a lo que le contó Ethan sobre aquella vez en la cárcel y la fría mirada que poseía cuando se lo encontró en el instituto al lado de un Ethan bastante golpeado, suponía que no era un hombre muy dulce ni mantenía una muy buena relación con su hijo.
También era consciente de que el joven tenía una hermana menor a la que había visto un par de veces cuando aún vivían en el pueblo, pero no sabía demasiado sobre ella, y al igual que a su madre, Ethan nunca la había mencionado.
¿Que se traía entre manos aquella familia? Se preguntó la curiosa pecosa mientras caminaba a la parada para tomar el autobús de vuelta a su apartamento, sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando descubrió que se había puesto en marcha.
—No— Grito mientras corría tras el, pero ya era demasiado tarde.
—Esto es genial, ahora tendré que caminar.
Por suerte no vivía tan lejos de la universidad, pero con aquella lluvia le esperaba un largo y húmedo recorrido. Cuando al fin llego al edificio cada parte de su cuerpo estaba empapado, ahora sí que se iba a enfermar.
Necesito aprender a manejar— Se reprendió la joven refugiándose en la portería.
Comenzó a subir las gradas, pero todo estaba tan resbaloso que perdió el equilibrio y cayó sentada.
—Ya vida, por favor, déjame en paz—Pronuncio la joven en voz alta mientras miraba hacia el techo del lugar.
—No creo que la vida te esté escuchando—Pronuncio con tono divertido una voz femenina—Ven, déjame ayudarte.
La joven de cabello negro y tez morena le tendió una mano y Scarlett la tomó sin dudar. Necesitaba llegar a su apartamento sana y salva.
Juntas retomaron el recorrido hasta sus respectivos apartamentos y al parecer ella hablaba todo lo que Scarlett no. En el corto recorrido le había contado que se llamaba Monica, se acababa de mudar, vivía en el tercer piso, tenía un gato que se llamaba Luna e incluso la invito a ir a visitarla cuando quisiera. A Scarlett le pareció bastante agradable e inofensiva así que le acepto la oferta con amabilidad.
Así transcurrió el resto de la semana, entreteniendo su mente entre lluvia, clases y pequeñas charlas con Moníca en la entrada del edificio. Ademas, claro, de suposiciones sobre Ethan.
El joven aún no aparecía, ni tan siquiera se había dignado a contactarla por teléfono. Mientras tanto, Scarlett comenzaba a sentir los efectos del frío y el agua mojando sus pies cada día, su garganta dolía y los estornudos eran cada vez más frecuentes hasta el punto de no poder ir a clases debido al molestar general de la gripe.