—¿Una cita? —Pregunto Ethan con asombro—¿Cómo es que me voy por dos semanas y cuando vuelvo tienes una cita?
—La cosas que pasan cuando desapareces—Le respondió Scarlett sin más para luego darle un mordisco a su hamburguesa.
Así es, Scarlett Miller tenía una cita. Bueno, en realidad era una cita doble, pero seguía siendo cita.
—¿Quién es? ¿Lo conozco? —Inquirió el joven.
—Solo sé que se llama Manuel y estudia medicina.
—¿Solo sabes que se llama Manuel y estudia medicina? ¿No lo conoces?
—Es una cita doble—Declaró rendida— Una compañera de curso está interesada en Josh y me pidió que saliera con ellos y un amigo.
Ethan soltó una sonora carcajada a la vez que se relajaba. Se había preocupado al pensar que Scarlett pudo haber sacado aquel tipo de Tinder o algo así. La pelirroja le arrojo una papa de las que tenía en su plato. Se encontraban comiendo en Meat, en cuanto volvió, Ethan le dijo que tenían que ir a celebrar que ya no estaba enferma.
—La verdad es que no sé qué me sorprende más—Declaro el pecoso—Que tu aceptaras o que ellos crean que eres una buena opción para una cita doble.
—¿A qué te refieres? —Le espeto molesta.
—A que no te gustan los encuentros sociales con extraños, en una cita doble se necesitan personas sociables que creen un ambiente agradable.
—Para tu información yo he tenido numerosa cantidad de citas—Le espeto Scarlett con seguridad.
—No lo dudo—Le respondió Ethan—¿Pero alguna ha sido con un extraño?
Scarlett pensó al respecto por unos segundos, tenía razón, todas las parejas que había tenido le habían sido presentadas por alguno de los pocos amigos que tenía en el instituto, incluso, a su segundo novio oficial lo conoció gracias a un chico con el que había salido un par de meses.
—Ya cállate—Le respondió Scarlett al percatarse de que tenía razón.
En realidad, no sabía muy bien porque había aceptado aquella cita, le provocaba ansiedad con solo pensarlo. Aunque con Josh y Alison podía hablar tranquilamente, sabía que en algún momento de la noche quedaría sola con el extraño que estudia medicina y por su mente pasaban pensamientos que la motivaban a llamar y decir que continuaba muy enferma.
¿Y si no le caigo bien?
¿Y si todo se vuelve incomodo?
¿Y si no encajo?
¿Y si me siento apartada?
El estómago de Scarlett se encogió ante aquella idea, de repente su hambre se había apagado.
Si sigo comiendo así voy a estar inflamada esta noche y nada se me va a ver bien—Pensó la pelirroja.
Mientras la joven se sumergía en sus pensamientos, Ethan pudo notar que algo cambiaba en su semblante, su sonrisa se había borrado, había comenzado a mover sus piernas inquieta y a morder su labio con fuerza. En ese momento se percató de que no debió de haber hecho aquellos comentarios, la había puesto a dudar de sí misma.
—Vas a estar bien—Pronuncio con sinceridad—Sería un completo idiota si no nota lo genial que eres.
La pelirroja levanto su mirada y se topó con la mirada sincera y sonrisa cálida del chico.
—Gracias—Pronuncio tratando de apartar todos aquellos pensamientos de insuficiencia. Ella sabía que no eran ciertos, pero es difícil luchar contra tu propia mente.
Cuando terminaron de comer volvieron al departamento de Scarlett, la cita era esa noche y necesitaba arreglarse. La joven se encontraba recorriendo su armario mientras que Ethan estaba acostado en su cama revisando distraidamente su celular.
—¿Cómo es que no pensé en que ponerme antes? —Se preguntó Scarlett en voz alta.
—Porque a ti no te interesan esas cosas—Le respondió en joven—Vez, por ese digo que no sirves para citas dobles.
Scarlett ignoro aquel comentario y cuando estaba a punto de rendirse se le ocurrió una idea.
—Vuelvo en seguida—Dijo saliendo rápidamente del departamendo, subió las gradas al tercer piso y toco la puerta 49.
—¡Scarlett!—La saludo la morena alegremente—¿Que te trae por aquí?
—¿Me ayudarías a arreglarme para una cita?
—Claro que sí—Dijo casi dando saltos de alegría
Resultó que Mónica era muy buena en el tema, al final habían escogido un vestido negro y suelto al largo de las rodillas, medias pantis por el frío y unas botas. Sin embargo, esa no había sido la primera opción de la moreda, al principio estaba empedernida con una enagua de cuero negra que apenas cubría sus muslos y una blusa pegada al cuerpo, pero los comentarios de Ethan la hicieron desistir.
—Ese atuendo es ridículo, está haciendo mucho fío para que salga con tan poca ropa.
—Ashh—Exclamo Mónica con fastidio—Que molesto es este chico ¿Me recuerdas porque sigue aquí?
—Al fin alguien que me entiende—Respondió Scarlett sonriendo.
Cuando volvió de buscar a la morena Ethan continuaba acostado en su cama. Sus dos amigos habían pasado la hora que llevaba arreglandose discutiendo acerca de que debería usar.
—Muy chistosa pecosa—Scarlett sonrío al escuchar aquello—Yo solo digo que si le va a gustar a alguien que le guste por lo que es y no por lo que aparenta.
Ethan tenía razón y ambas lo sabían, así que al final se decidieron por aquel otro conjunto.
—Ya tengo que bajar—Les dijo a ambos, Mónica se despidió deseándole suerte, pero Ethan no parecía tener la intención de moverse de la cama—¿Acaso piensas quedarte a dormir? —Le pregunto con sarcasmo.
—Tu cama es muy cómoda—Respondió el pecoso.
—¡Ethan!—Le reclamo, ya estaba lo suficientemente nerviosa como para tener que lidiar con su molesto amigo.
—De acuerdo—Dijo rendido mientras se ponía de pie.
Cuando estaba en la puerta se detuvo y volteo su mirada a Scarlett— Te ves hermosa— Le dijo con una sonrisa.
—Gracias—Le respondió algo apenada.
Después de aquello Ethan emprendió su camino de vuelta a su camioneta. Cuando salió del edificio pudo apreciar a Josh esperando un su vehículo. Este le asintió con la cabeza en modo de saludo e Ethan le devolvió el gesto.