La escuela es un campo de guerra.
Si lo de arriba fuera una pregunta la respuesta sería obvia. Esta guerra que vivimos nosotros los estudiantes es tipo la guerra fría. Cada día se compite por títulos que quisieras obtener, como por ejemplo ganar el reconocimiento a la chica o chico más lindo/a, guapo/a, hermoso/a como lo quieran llamar, que según mi amiga Cindy se divide en tres categorías;
La más hermosa del salón de clases.
La más hermosa de tu grado.
La más hermosa de la escuela.
Claramente yo con mis trapos de vagabunda y mi cara ojerosa, no competía por el título, pero si mi amiga Cindy, que según la opinión pública se encontraba en el puesto número dos.
Pero ¿Qué título tengo? No sabía que tenía un título hasta finales de este año.
Eran finales del primer año de instituto, escuche a los hombres de mi salón de clases clasificar a las chicas del mismo, verán, el comentario que lanzo uno y todos estuvieron de acuerdo fue “Si Angela usara la talla correcta de uniforme y se dejara ver los tobillos, se recogiera el cabello y se rociara perfume fácil seria la numero nueve”
Como no estaba interesada en su top de chicas bonitas, todo segundo año seguí usando la falda debajo de la rodilla, mi cabello suelto y no compre perfume, hasta el día que me tope con Evan.
Sucedió igual, finales de segundo año.
Evan me miro de pies a cabeza inspeccionándome para al final soltar una risa seca, cabe aclarar no existía ninguna situación graciosa en ese momento.
-Mira que estoy sorprendido –alza su mano derecha a la altura del abdomen y en el espacio que hay entre los dos la desliza de izquierda a derecha – una estudiante nivel seis postrada ante mí.
Nivel seis, ese era mi título, de las feas yo era la más bonita, según los de mi clase, además mi título no se clasifico solo por belleza, sino por lo mal que me iba en los exámenes.
–Vine a asesorías, lo arreglé con la coordinadora –la voz me salió baja pero lo suficiente para que me escuchara. -Lo que te diré tómalo como una asesoría, Angela –da un paso seguro acortando su distancia y con su mano izquierda me da un golpe en el hombro haciéndome retroceder por voluntad propia –Sabes que, no hay cosa que me frustre más que personas como tú de capacidad lenta para comprender quieran perder a un más el tiempo, y no conforme con perder el suyo quieran hacerme perder el mío.
-No pretendía perderlo, yo solo...
-Solo quieres hacer en una hora lo que no logras hacer en un año, ¿eres consiente que ya es muy tarde? Los finales se acercan, y tú pasaras con seis si corres con suerte –pasa de mi aproximándose a la puerta- cuando tu IQ este por arriba del promedio puedes siquiera dirigirme la palabra, fíjate en tu nivel. -sale del departamento de tutorías.
Evan, Evan Clark se llevaba el título de idiota otorgado por mí, lástima que los demás no lo podían ver.
Primer y segundo año de instituto, fue lo peor gracias a él y su egocentrismo. Múltiples veces llamándome fea y estúpida a mis espaldas.
En vacaciones después de terminar el segundo año de manera lamentable, no solo mis padres estuvieron de acuerdo en que era tiempo de invertir mi tiempo en algo productivo. Por voluntad propia me inscribí en una escuela de verano. Descubrí que no era idiota, era muy floja, y si bien mi CI no está por arriba del promedio, si era promedio.
Decidí no solo invertir mi tiempo en lo académico, sino en otras áreas como moda y maquillaje, repostería y baile. Que nadie me dijera que no era bonita, porque, aunque no me interesara formar parte de la lista, quería demostrar que no soy todo lo que sus bocas dicen e incluyendo las palabras de Evan. Mas que demostrarles a ellos, quería demostrarme eso a mí.
En el instituto decían "Si opacas a una estrella, te volverás una estrella" y nadie brillaba más que Beck y Gynna, los ganadores de la corona el año pasado. Mi objetivo no era convertirme en una estrella como tal, sino, desterrar a una luciérnaga como lo era Evan Clark.
¿Cómo lo haría?
Lo primero era hacerse notar, y mi amiga Cindy me ayudaría en eso. Lo segundo era poder formar parte de un club, un club con prestigio no cualquiera. Y lo tercero, lograr ir al campamento de los Diez.
Evan Clark estaría devastado en no conseguir la mayoría de los logros de dicho campamento. Sería una lástima no poder presumirlo en la solicitud para la universidad.