Como destruir a un estudiante

Evan Clark tiene una admiradora.

La primera semana del club había empezado al igual que sus actividades, y Thor creía prudente otorgar el primer debate a los nuevos miembros.  

-En dado caso que se llevase a cabo, cabe la posibilidad de ejecutar a un inocente. Por lo tanto, el estado y la sociedad estarían cometiendo la misma atrocidad que intentan castigar. 

-El castigo severo es lo que ayuda a las personas en pensar dos veces sus acciones. Si el castigo es la muerte por ciertos delitos, esto podría ayudaría a disminuir la inseguridad en la sociedad. 

- ¿Y quién juzga a los criminales? 

-El estado. 

-Entonces el Estado se convertiría en el dueño de la vida y la muerte, lo que causaría que este adopte una figura dictatorial, que causaría un espiral de violencia social. Todo lo contrario, a lo que busca corregir.  

- ¡No! Eso es como el dicho “ojo por ojo, diente por diente” 

-Siguiendo tu lógica, entonces, ¿Qué hay del canibalismo? 

Silencio 

- El canibalismo es una práctica aborrecible, y no por eso debemos devorar a los caníbales. Funciona igual que con el homicidio.  

-… 

Oficialmente estaba vencida.  

-Uno –cuenta Thor – dos, y, tres. Gracias chicos pueden regresar a sus lugares. Evan lo hiciste excelentemente bien –le da unas palmadas en la espalda – Angela tus últimas palabras cavaron tu tumba, no fue muy inteligente de tu parte, de igual manera bien hecho –sube sus dos pulgares a la altura de su rostro con una sonrisa de boca cerrada.  

- ¿Enserio? -pregunta Jane al tomar mi asiento. 

-Espero las notas sobre el tema de hoy que fue La pena de muerte, el debate de mañana se pospone hasta pasado mañana, turno de Devon y Clay, se tocará el tema de la Eutanasia. Hemos terminado ¡Nos vemos mañana! -Grita agitando sus manos antes de cruzar la puerta e irse.  

Como bienvenida, no solo nos dieron el privilegio de otorgarnos el primer debate del año, sino que también nos dieron la fantástica tarea de organizar el salón para el día de mañana, usualmente se queda tal y como esta, pero como mañana se hará una mini fiesta de bienvenida se tenían que recorrer las mesas. 

Evan movía las mesas y yo acomodaba las sillas. 

Quería decir algo, no sé, cualquier tontería, o mejor algo inteligente. 

-Gran batalla la de hoy. 

Silencio.  

-No estaba muy preparada, a decir verdad casi no investigue. 

Me otorga una leve mirada.  

-La pena de muerte... 

-Basta, no busques conversación conmigo solo porque te hayas cambiado la apariencia, recuerda que, aunque la mona se viste de seda mona se queda –sonríe – solía decirlo mi abuelo, un dicho viejo como el, pero encaja perfecto en tu lamentable situación. 

-¡Oye! 

-Seis, solo guarda silencio. 

Evan Clark tenía el don de la última palabra.  

Al finalizar la limpieza mi simpático compañero y jefe de aula toma sus cosas de los pequeños casilleros que tenemos en el mismo club, usualmente solo se utilizan para guardar cosas importantes, nadie los utilizaba salvo Evan, que guardaba absolutamente todo. 

Pero bueno, que se esperaba de alguien que exigía que le devolvieras el lápiz que te había prestado. Usualmente y lo normal en un estudiante es dar por perdido el lápiz o pluma prestados.  

Quise esperar hasta que Evan saliera por completo, cuando digo por completo me refiero que espere que saliera del edificio. Me asegure de eso husmeando por la ventana.  

Me debatí en hacer lo políticamente correcto, hacer las cosas me gustaría que me hicieran. Pero hoy mi moral quedo olvidada, y pisoteada por mí. 

Lo guarde en mi mochila y llame a mi madre para que viniera de urgencia por mí. 

Cuando haces algo mal, o, mejor dicho, cuando tomas cosas que no son tuyas la presión sanguínea sube a un nivel que crees que el corazón te saldrá por la boca. Te causa una angustia y una preocupación de que alguien se dé cuenta y te señale.  

Por suerte cuando salí no había nadie, ni siquiera la persona de limpieza. Doble el pasillo y lo vi, pare en seco, el hombre me ve y desvía su mirada al suelo. 

-oh no, levanta lo que has tirado. 

Miro el suelo, una bola de papel justo delante de mí pie izquierdo. Sin protestar hago lo que le hombre de limpieza me ha pedido, aunque el papel no era mío lo guardo en mi bolsillo.  

Mamá llego en cuestión de minutos, le había inventado que me llego la regla y que padecía de cólicos fuertes.  

Cuando llegue a casa tome el portafolio y comencé a revisar hoja por hoja.  

Para una persona tan ordenada, me costaba creer que el portafolio le perteneciera. Había apuntes de algunas materias que llevamos, tareas por entregar, y cosas que le dan a los Jefes de Grupo, como listas de asistencia, control de tareas y trabajos de los alumnos, y otras cosas que los maestros les dan a cuidar cuando no quieren hacerse cargo o les da pereza hacer su trabajo y se lo pasan al jefe de grupo.  

Al parecer no había tomado algo muy importante.  

A no ser... 

Tú y mil veces tu.  

Te quiero.  

Evan. 

¿Qué? 

Todas las mañanas espero despertar y verte a mi lado.  

¿pero qué diablos? 

Una sonrisa tuya me da mil años de vida. 

Evan, Evan tenía un romance, un romance, pero, ¿Pero con quién? 

Busque entre los papeles dentro del portafolio, había más, uno más cursi que otro. 

Me complementas los días y me destrozas las noches

¿what? 

La chica que escribió estos recados sin duda me ha hecho la tarde. No puedo evitar pensar en él haciendo el cursi con una chica. Esto sin duda lo avergonzaría.  

Me remuevo en la cama, un poco incomoda me rasco la pierna y me doy cuenta que sigo llevando el papel que recogí en el pasillo. Lo saco, pienso en botarlo, pero me detengo al pensar que podía ser de Evan, ya que fuimos los últimos en salir del edificio y tal vez, solo tal vez, podría ser algo. 



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En el texto hay: vengaza, estudiantes, amor

Editado: 26.07.2020

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