En Cubridge, un pequeño pueblo donde las lenguas son más filosas que los cuchillos del carnicero, nadie olvida ni perdona con facilidad. Wren, librera orgullosa y madre soltera, ha sobrevivido a base de entereza, sarcasmo y una voluntad más firme que las piedras de su propio muro de silencio.
Pero todo cambia el día en que Reed, el hombre que huyó dejándola con un hijo en brazos y la honra hecha pedazos, regresa decidido a redimirse. No viene con excusas, sino con gestos: manzanas en lugar de flores, clavos y tablas para reparar lo que tambaleaba, cuentos leídos en voz alta para el niño que aún no sabe medir la magnitud de la palabra “papá”.
El pueblo se divide: unos lo ven como cobarde redimido, otros como farsante reincidente. La taberna lo defiende con carcajadas, la iglesia lo condena con sermones, y en medio de la hoguera de opiniones, Wren lucha por mantener la compostura. Porque resistirse a los rumores es fácil… lo difícil es resistirse a un hombre que ahora parece empeñado en quedarse.
Entre risas, reproches, manzanas, astillas y besos robados, Wren descubrirá que el verdadero juicio no lo dicta Cubridge ni sus vecinas, sino el corazón que lleva años negándose a escuchar.
¿Podrá el fugitivo de ayer convertirse en el compañero de mañana?
¿O terminará el amor ahogado bajo el peso de las lenguas venenosas del pueblo?
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Editado: 23.09.2025