Como el agua y el aceite

13A

Que Gonzalo me haya dado un beso de infarto en el parking del colegio ya era de ensueño, pero es que encima me ha traído un regalo.

- Es un detalle eh, de momento nada con quilates, no te emociones.

Saco su regalo de la bolsa y veo un libro de Federico Moccia, mi autor preferido.

- "Esta noche dime que me quieres". ¿Indirecta?

- Ni que me hiciera falta –bromea.

- Gracias, muchísimas gracias.

- Lee la dedicatoria cuando estés tú sola en casa.

Asiento y guardo el libro con cuidado en mi desbordante mochila y le beso en la mejilla. Me dirijo al maletero para guardarla y veo una gran caja roja. ¿Otro regalo? Menuda emoción. Estoy a punto de abrirla y Gonzalo me coge del brazo. Su rostro está muy tenso y su mirada es gélida.

- Gon, suéltame. Me haces daño.

- No lo hagas –me contesta cortante.

Intento zafarme de él y abro la caja. Mis manos se paralizan y la tapa se me cae al suelo. Soy incapaz de mirarle a la cara porque sé que a estas alturas soy capaz de creer cada excusa que ponga. No, por favor, tú no. Otra vez la misma historia. Me armo de valor y veo su expresión. Al principio me fulmina con la mirada pero cuando ve mis ojos empañados de lágrimas, se le cae el alma al suelo y me aparta la mirada.

- No es para mí, te lo prometo –se atreve a decir.

- No sé qué es peor.

Me aferro a mi mochila como si fuera lo último que me quedara en el mundo. Me está llamando pero oigo su voz distorsionada. Estoy enfurecida. Estoy derrotada. Te lo habría dado todo, Gonzalo.

Veo pasar a Raúl con su moto ante mí. Ha debido ver mi estado por que se baja y saca el otro casco del cofre. Me lo tiende y me lo pongo. Subo a su moto y no puedo mirar atrás porque el dolor y la traición que siento en mi interior es mucho mayor ahora mismo que la tentación de quedarme.

 

El viento sacude mi pelo y agarrada a la espalda de Raúl intento encontrar seguridad y fuerzas en algún lado pero vuelvo a fallar en el intento. Para en el portal de mi casa y me bajo de la moto. Me ayuda a quitarme el casco y acaricia mi barbilla.

- Llámame para lo que quieras –dice tiernamente.

Finjo una sonrisa y subo a casa. Me meto directa en mi cuarto, en mi cama, lejos de todo el mundo. El único lugar que me parece seguro ahora mismo. Cojo el iPod que está en la mesilla y pongo aleatorio. La suerte no está de mi parte porque la melancólica voz de Christina Perri inunda mi ser. "Human" suena en mi cabeza.

But I'm only human.

And I bleed when I fall down.

I'm only human

And I crash and I break down.

Your words in my head, knives in my heart.

You build me up and then I fall apart.

Because I'm only human

 

Pero soy humana

Y sangro cuando me caigo.

Soy humana

Y me golpeo y me quiebro.

Tus palabras en mi cabeza, cuchillos en mi corazón.

Me levantas y luego me vengo abajo.

Porque solo soy una humana.

 

Y como si no me hubiese mortificado lo suficiente, cojo el libro que me ha regalado y veo la dedicatoria con letra clara.

"Querida Ale, he parado a echar gasolina y he visto este libro de este autor que tanto te gusta. Para que veas que me acuerdo de ti y que te hago caso. Cursiladas varias. Ya me contarás de qué trata. Y ya veremos qué me dices tú a mí esta noche. Con suerte igual estamos empate en esto también. Cuídate. Gonzalo. Pd: me parece buena la frase de la parte de atrás"

Instantáneamente miro la parte de atrás del libro azul con estrellitas y veo una cita en grande, en el medio.

"Cada vez que conoces a alguien tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado, yo he entrado en tu vida y tú en la mía."

El corazón se me parte en dos. Por qué Gonzalo, esas cosas supongo que formaban parte de su pasado pero lo había dejado atrás. Tiene una familia que lo adora, unos estudios, amigos... ¿Qué hay detrás de todo esto? Le conté lo mal que lo pasé con lo del amigo de Nora. Sabía que no quería nada de drogas ni nada que me relacionase con ese tema. Aun así siguió conmigo, enganchándome poco a poco. No puedo creer que haya sido tan egoísta.

Los días pasan y estoy apagada. En casa me preguntan qué es lo que pasa y no sé qué contar. Temas de chicas, les digo. Mis amigas, por supuesto, no han sido tan fáciles de convencer. Les he explicado lo mío con Gonzalo, todo menos el asunto de la droga. Les he dicho que hemos discutido. diferencias irreconciliables, aunque bueno, al fin y al cabo lo son.

La semana pasa volando y ya estamos a sábado. El grupo de amigos ha organizado una excursión a San Juan de Gaztelugatxe, en Bermeo. Es un islote que está unido a la tierra por un puente y hay infinitas escaleras hasta llegar a la ermita de arriba. Las vistas son magníficas y el plan me apetece muchísimo. Pasar el rato con amigos es una estupenda forma de despejar todo lo malo.

- Ale, ¿nos vas a contar ya qué es lo que pasa entre el guaperas de la charlita y tú? –suelta mi amigo Xabi.

Sé que llevan queriéndolo preguntar desde aquel sábado que me llevó a casa y del que yo apenas guardo recuerdos. Con más razón después de lo que ocurrió e otro día en el parking del colegio.

- Es familia del marido de Nora –consigo decir.

- ¿Estáis juntos entonces? –continúan los chicos.

Niego con la cabeza y suspiro.

- Pues vaya. Con lo que tú eres, Ale, haberle comido la boca en el parking y luego no tener nada...

Ángela le da un codazo a su pobre novio. Su cara salpicada de pecas tiene una expresión malhumorada. Me mira y entorna los ojos como diciendo, este chico es tonto. Me río ante la situación.

- La verdad es que sí. Yo también creía que íbamos a estar juntos. Las cosas se han torcido un poco –les explico.



#30591 en Novela romántica
#6948 en Joven Adulto

En el texto hay: juvenil, drama, amor

Editado: 28.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.