¿cómo enamorar a ese omega?.

Capitulo 6

Cada día que pasaba todo se volvía más interesante en la universidad. Veían a cierto grupo de alfas juntándose con el grupo de omegas más populares de la facultad de arte.

 

Todos estaban al tanto de lo sucedido en el taller, y se había corrido el rumor de que Jeon Jungkook y Park Jimin eran pareja.

 

El Alfa y el Omega ni siquiera caían en cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Una vez que se ponían a hablar se perdían en su mundo.

 

Los chicos los miraban fascinados. Tae y Jin empezaban a tener sus sospechas del actuar de su amigo, pero no dirían nada delante de los alfas.

 

A su vez ambos estaban encantados con sus alfas. Gracias al trabajo, la comunicación se hizo más fluida y les ayudó mucho a conocer quiénes eran esos chicos de verdad.

 

WeeIn y Yoongi, era una pareja interesante. La Omega tenía un carácter especial y mantenía a todos a raya a su alrededor y al Alfa no podía estar más encantado. La veía poner en su sitio a simios enormes que querían propasarse y por alguna razón eso lo enorgullecía.

 

(⁠。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。⁠)⁠➜

 

Dos semanas más habían pasado. Jimin y Jungkook ignoraban a sus lobos a como de lugar.

 

Mientras Jeon descargaba todo en el entrenamiento para el primer partido de temporada, Park bailaba en el estudio secundario totalmente solo.

 

Ambos estaban enamorando del otro, y aunque sus lobos les rogado por la cercanía, los ignoraban. El Alfa por temor a la reacción del omega, y este por temor a perderse en el Alfa y terminar siendo un sumiso dependiente.

 

Jimin amada a su madre, pero sabía bien que ella era lo que él no quería ser. A pesar de tener su propio negocio, seguía su Alfa a como dé lugar. Siempre consultaba todo con él y si había un no, era no y fin.

 

Park HaNeul, era una amiga hermosa. Su cabello rubio largo, sus ojos verdes claros, su cuerpo delicado y firme.

 

Era la líder de las porristas cuando conoció a su Alfa. Que no conoce estudiaba en otra Universidad y a pesar de estar lejos del otro, comenzaron una relación.

 

Park Dak-ho, era un Alfa muy tranquilo. Estudiaba administración de empresas cuando al ir a otra universidad para asistir a un debate conoció a su Omega. Quedó más que encantado con esa bella chica.

 

Él era de enorme estatura, cabello castaño y ojos de color avellana. Primero en su clase Y heredero a la familia Park, era un prospecto que todo Omega buscaba conseguir.

 

A pesar de estar lejos del otro, esperaron y al finalizar sus estudios se unieron.

 

Jimin ya no tenía una relación de cercanía con su padre y esté no lo molestaba porque su hijo mayor ya estaba trabajando con él, o para él pensaba mejor el Omega.

 

Park MinKi, Alfa y primer hijo de la familia; era un gran hermano. Amaba a su hermanito omega y siempre cuidaba de él. Fue quien le enseñó a defenderse de todos los alfas y idiotas que se le acercaran. Ya tenía una amiga muy linda quien trabajaba junto a él, Jung Ahn, otro ejemplo que no quería ser.

 

MinKi estudió lo que su padre quiso que estudiara, pero no lo sufrió para nada. Se le daba todo muy fácil en los negocios y eso bastó para que su padre no molestara al Omega conseguir los pasos de la familia.

 

Al principio Jimin lo extraño, pero después vio cómo no quería que manejaran su vida, y se armó su propio camino.

 

(⁠。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。⁠)⁠➜

 

Terminada la práctica los chicos se dirigían cada uno a su cuarto. Excepto Jungkook quien se iba a una de las casas de sus padres a 20 minutos de ahí.

 

Cuándo iba llegando al estacionamiento recordó que no tenía las llaves. Su lobo y él estaba constantemente peleando y eso lo tenía distraído e intranquilo. Hace dos días no se veía con Jimin y se sentía fatal.

 

Volvió a su casillero Y tomó las llaves. Cuando estaba saliendo no sabía por qué pero se dirigía a un salón de baile en el que solo Se oía una suave música.

 

Se asomó muy despacio y si algo le faltaba a su corazón por caer por completa era ver cómo ese Omega bailaba con tanta delicadeza, y pasión esa hermosa pieza que él conocía muy bien, pues era la favorita de su madre.

 

Sacó su celular y grabó lo que parecía ser el final de un solo. Su sonrisa era enorme y sus palpitaciones parecían querer sacar su corazón del pecho.

 

De repente su hermoso aroma a melocotón y fresas invadió su nariz. Su lobo estaba enloquecido. Quería correr y atrapar al Omega entre sus brazos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.