¿cómo enamorar a un canalla?

Capítulo 6: ¿Dónde están los niños?

6
Francis
—Ya van 3 días desde que dijo que vendría a reclamar su lugar en esta empresa y ni siquiera aparece—le digo a mi hermano menor Fred mientras miro mi laptop. 

—Ya basta Francis, estás obsesionado con esa mujer. No puedes mostrarte desesperado. 

—¿Obsesionado? ¿Yo? —digo cambiando mi vista de la laptop hasta él—sabes que he tenido mil mujeres más lindas que ella. 

—No lo creo, tiene algo diferente al resto... 

—¿Te gusta? —lo interrumpo y duda en responder. 

—¿A ti te gusta? 

—No, claro que no...es muy común, solo me interesa saber que planes tiene y si piensa estar metida en nuestra empresa 24/7—miento, obvio que va a ser mía pero eso nadie lo tiene que saber. 

—A mí me encanta, no he dejado de pensar en ella ni un instante, hasta soñé que... 

—Ya que asco, ni lo digas—explico—mejor ve a trabajar que me estás interrumpiendo—agrego y lleva dos dedos a la frente extendiéndolos hacia adelante antes de salir. 

—¡Maldición! —exclamo cerrando la laptop—a él también le gusta, pero bueno en el amor y en los negocios todo se vale—digo sonriendo mientras la recuerdo, vestida de rojo, allí hablándome tan cerca, juro que todavía puedo sentir su olor cuando cierro los ojos, podía haberla hecho mía en esa terraza sin ningún tipo de remordimiento. 

******************
—Tengo hambre—le dice Adrick a la niñera. 

—Y yo, quiero un helado. —afirma su hermana

—Vamos, iré a la cocina y les prepararé la merienda—explica la niñera y los niños van tras ella—si quieren pueden esperarme en el jardín—pronuncia y los niños se alejan hasta el jardín donde está hablando su madrastra por teléfono. 

—Lo sé, lo sé, que esos niños estén aquí arruina todo. Quiero que Francis y yo tengamos nuestra propia familia, pero juro que lo lograré o haré que se vayan con su abuela o que Francis los ponga internados en alguna escuela para ricos. —dice al teléfono y Anyi  hala a su hermano lejos de allí. 

—Esa mujer es mala, quiere internarnos en una escuela—pronuncia el niño con tristeza. 

—Vámonos de aquí, a nuestra antigua casa y vivamos los dos solos—afirma la hermana. 

—¿Solos? papá nos regañaría. 

—En aquella casa éramos felices, no me gusta vivir aquí—pronuncia poniendo la mano y su hermano la toma mientras se alejan de la casa. 

**************
Me sorprende que los niños no salgan a recibirme cuando llego del trabajo. Voy hasta su habitación y tampoco están. 

—Rut—le digo a la niñera, que así se llama cuando la encuentro en la cocina—¿dónde están los niños? 

—Yo también los estoy buscando —responde—hace un rato vine a prepararles una merienda y cuando regresé ya no estaban en el jardín. 

—No puede ser—exclamo llevándome ambas manos a la cabeza. 

—Quizás están escondidos, jugando. —dice ella que también está nerviosa. 

—Busquemos por toda la casa antes de desesperarnos. —planteo y luego voy caminando por el corredor de la casa desesperado después de no haberlo encontrado en ninguno de los lugares donde los he buscado. 

—Cariño ¿cuándo llegaste? —cuestiona Mailén acercándose a mí pero sigo caminando. 

—Los niños ¿sabes dónde están? —es mi respuesta mirándola un momento. 

—Ni idea, yo estaba en la piscina, deben estar jugando con la niñera. 

—No están, no los hallamos, llamaré a la policía—exclamo tomando el teléfono y ella sujeta mi mano. 

—Espera, busquemos mejor dentro de la casa—dice caminando a mi lado, pero no están en ninguno de los lugares que hemos buscado y terminamos reuniéndonos todos en la sala. 

—¡¿Dónde están mis hijos?!—Grito exaltado—¿Cómo fue que dos niños tan pequeños desaparezcan delante de sus narices y nadie en esta casa vea nada? 

—Señor, juro que solo fui a la cocina por su merienda y cuando volví ya no estaban—se justifica la niñera. 

—Estás despedida y tenga por seguro de que si algo les pasa a mis hijos lo pagarás muy caro. No podías dejarlos solos ni un instante, para eso se le paga—pronuncio enojado. 

—Miré por todo el jardín y no estaban—explica Mailén entrando a la sala. 

—En la casa tampoco está. Mailén si tuviste algo que ver, si los maltrataste o... —exclamoenojado. 

—Soy tu esposa cómo puedes pensar algo así... 

—Llamaré a la policía y saldré por mi cuenta también a buscarlos. 

—Quizás los secuestrar0n... —duce Mailén mordiéndose el labio y eso que ha dicho me estresa aún más—eres rico y tienes muchos enemigos. 
Tomo el teléfono en la mano para llamar a la policía mientras abro la puerta para salir yo también a buscarlos y sonrío al verlos frente a mis puertas junto a ella, sintiendo una enorme sensación de alivio, esa chica de nuevo me ha salvado el día. 

—Niños ¿dónde estaban? Casi muero del susto—exclamo abrazándolos—Gracias por traerlos ¿Dónde los encontraste? 

—Intentaban  regresar a su antiguo hogar—pronuncia y traga en seco mirándolos—decían que allí eran más felices—me quedo en silencio y bajo la mirada. 

—Francis—me llama Amber por mi nombre por primera vez captando mi atención—si no demuestras ser un buen padre y que ellos sean felices en esta casa vas a perder la custodia de los niños. 

—¿Qué? Nunca permitiré que nadie me aleje de ellos—respondo y ella me muestra su tarjeta de identificación, donde dice que es psicóloga. 

—Acabo de hablar con los trabajadores sociales y comenzaré a atender a tus hijos. Ellos se merecen lo mejor y si no me demuestras que puedes ser el mejor padre para ellos vas a perder su custodia. 


 



#13635 en Novela romántica
#2628 en Chick lit

En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 08.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.