¿cómo enamorar a un canalla?

Capítulo 9: Lo imposible obsesiona

—Ya tienes mi atención—me susurra en el oído respirando en mi cuello y su cercanía me pone tensa—¿qué quieres de mí? Me gustas y sé que yo también a ti ¿Quieres ser mi amante? —masculló mi jefe haciéndome palidecer. 

—No soy esa clase de mujer—respondí dando unos pasos hacia atrás y él se recostó a su escritorio pasando la mano por su mandíbula mientras su vista recorría todo mi cuerpo—usted está casado. 


—Es solo un matrimonio de apariencias—refutó sonriendo y dando unos pasos hasta quedar frente a mí. Yo ya conocía bastante bien que tenía una larga lista de amantes y que era un mujeriego sin escrúpulos, quería verme como otro de sus pasatiempos, pero no lo iba a conseguir. 

—Ni siquiera es mi tipo—terminé diciendo y sonrío acercándose más hasta quedar a solo centímetros de mí, desvié mi mirada hacia el suelo pues la situación era bastante incómoda. 

—No lo creo—susurró acariciando mi rostro y haciendo que lo mirara, sus ojos verdes brillaban con intensidad—si no te gusto ¿por qué estás tan nerviosa—susurró en mi oído—te tiemblan los labios—pronunció haciéndome sentir su respiración en mi cuello—Amber—masculló mi nombre con voz ronca—no puedes negar que existió una conexión única entre nosotros desde el primer momento en que nos conocimos. 

—La única conexión que existe entre nosotros es estrictamente laboral y eso nunca va a cambiar, no seré una más en su extenso expediente amoroso—sonrió al escuchar esto último. 

—Te quiero para mí y yo siempre consigo lo que quiero—terminó diciendo y levanté la vista hacia sus ojos. Si de una cosa estaba segura es de que estaba logrando mi objetivo, Francis había posado su vista en mí, no del modo en que yo quería, pero si lo había hecho. Esto no era suficiente, para investigarlo debía meterme en su casa y hacer que se enamorara perdidamente de mí, pero lo imposible obsesiona y si él me veía como algo inalcanzable para él iba a poner todo su esfuerzo en tener una relación conmigo. Lo miré a los ojos un instante, y tragué en seco, su mirada era profunda y tenía unos ojos tan bonitos que cualquiera podía pasar horas solo mirándolos. 

—Debo irme—dije intentando escapar de allí lo más rápido posible porque la verdad estaba bastante nerviosa, salí con rapidez mientras él solo se quedó observándome. 

********
Detengo mi auto frente a la casa de Francis, suspiro y bajo de él, una de las empleadas me recibe cuando toco el timbre y al poco tiempo su esposa está allí. 

—No se imagina el inmenso honor que es tenerla en nuestra casa, por favor entre señorita Wilson. —pronunció la esposa de Francis. 

—Gracias, puede decirme Amber—digo entrando y nos sentamos en la sala. 

—Espero podamos ser amigas, ya que nuestros esposos siempre fueron buenos amigos—comenta con agradabilidad, heredé una inmensa fortuna de mi esposo que además era socio de su compañía, obvio que va a tratar acercarse, así son los ricos, buscan a los ricos. 

—Yo también, pero le puedo ser sincera he venido aquí con otras intenciones, tengo un tema muy delicado del que deseo hablarle que es probable que a su esposo no le guste. 

—Me ha dejado intrigada ¿a qué se refiere? 

—Los niños, soy psicóloga, conocí a los niños por casualidad y pedí su caso, me gustaría pasar tiempo con ellos y examinar cómo desempeña Francis su papel como padre. La abuela materna también quería la custodia de los niños y los pequeños deben estar donde más cómodos se sientan y más protegidos estén—explico.

—Justo eso le decía a Francis—habla sin pensar y luego se queda en silencio. 

—Puede hablar con confianza, él no lo sabrá—digo y sonríe aliviada. 

—Francis pasa todo el día trabajando, yo estoy siempre ocupada, no tenemos tiempo ni sabemos como educar a dos niños, y le soy sincera quería tener mi propia familia con Francis creo que lo mejor para los niños es irse con su abuela, así todos seremos más felices. 

—Por supuesto—comento, cómo esos dos pequeños van a ser felices viviendo con unas personas tan egoístas como ellos. Es obvio que esa mujer no quiere a los niños y solo los ve como un estorbo, pero lo importante aquí es como los ve Francis, mi intención no es separarlos de los niños, solo uso este método para poder estar más cerca de él e investigarlo mejor. 

—¿Crees que pueda ver a los niños? —termino preguntando. 

—Por supuesto—afirma ella—los mandaré a llamar. —dice y al poco tiempo aparecen los pequeños. —debo atender una llamada—dice la señora mirando su teléfono a penas ve llegar a los niños. 

—Hola ¿cómo están? —los saludo y me miran asombrados. 

—¿Eres la persona que quería vernos? —pregunta la niña quedándose ambos de pie frente a mí. 

—Sí, pensé que podríamos ser amigos—expreso.

—Dice papá que no podemos ser amigos de desconocidos—responde el niño con algo de duda. 

—Hacen muy bien, pero la verdad soy psicóloga y visito algunas familias a ver si sus niños son felices —le explico. 

—¿Y si no son felices? —pregunta el pequeño. 

—Tratamos de ayudar a que lo sean. —les digo y se sientan en silencio. —¿Ustedes son felices? —pregunto y ninguno se atreve a decir nada, sin embargo se escucha una voz proveniente de la entrada. 


—Si lo son—responde el padre de los pequeños caminando hacia nosotros—pero eso no creo que sea de su interés. 

—Ya le expliqué antes, soy psicóloga y junto a los de servicio social estaré al tanto de sus hijos. 

—Psicóloga y dueña del 30 por ciento de las acciones de mi empresa ¿Quién eres Amber Wilson? ¿Por qué estás tan relacionada con todos los asuntos de mi familia? ¿Por qué siento que te conozco de antes? ¿De qué lugar saliste? y por qué siento que eres un misterio y que estás llena de sorpresas y odio las sorpresas.... 



#5025 en Novela romántica
#1329 en Chick lit

En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 08.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.